La sostenibilidad empieza por lo cotidiano
Un estilo de vida ecológico y sostenible es posible con pequeñas acciones de la vida cotidiana. Así lo entiende Unilever, que se ha fijado como propósito lograr que un estilo de vida sostenible sea algo cotidiano. No en vano, la multinacional angloholandesa, como recuerda Ana Palencia, directora de comunicación en España y responsable de RSC para Europa, “vende productos del día a día”, con marcas reconocidas en alimentación como Flora, Knorr, Frigo, Magnum, Ligeresa, Calvé, Hellmann’s y Maizena, entre otras, y en el cuidado personal y del hogar como TRESemmé, Dove, Axe, Rexona, Skip y Mimosín.
Palencia presentó a los medios el balance de los primeros cuatro años de vida del plan de sostenibilidad de la compañía, Plan Unilever para una Vida Sostenible, que fija objetivos hasta 2020. El plan se basa en tres pilares de actuación: la salud, el medio ambiente y la obtención de materias primas de forma sostenible. Y tiene un doble objetivo, “duplicar la cifra de negocio hasta los 80.000 millones de euros (cuando se inició el programa en 2010 la facturación era de 40.000 millones; el año pasado se ingresaron 48.400 millones), y hacerlo reduciendo a la mitad el impacto medioambiental”.
Investigación e innovación, para conseguir productos más saludables (dos terceras partes de su cartera de 400 marcas son de alimentación), y educación para un consumo responsable son la base para conseguir esos objetivos, según se infiere del plan.
La compañía ha alcanzado el objetivo de cero residuos no peligrosos en vertederos
De hecho, “el 33% de las marcas cumplen ya los más altos estándares en su composición. El objetivo ahora es duplicar el catálogo”, apunta Palencia. En este sentido, se ha logrado la eliminación de las grasas trans en todos sus productos y una importante reducción de las grasas saturadas en margarinas. Además, desde 2014 el 100% de los helados para niños contienen como máximo 110 calorías por ración, y el 72% de su cartera de productos cumple con la normativa de 5 gramos de sal al día.
Asimismo, Unilever España se ha convertido en banco de pruebas con iniciativas que se exportan luego a Europa, destaca la ejecutiva de la compañía. Es el caso de la creación del Día Nacional contra el Colesterol, que celebra el 19 de septiembre. “El objetivo es sensibilizar a la población acerca de la importancia del control de nivel de colesterol, del seguimiento de una alimentación variada y la realización de ejercicio físico diario”.
Otra iniciativa relevante en el apartado de salud es Unilever Comparte, que consiste en talleres de formación en centros escolares sobre aspectos como la mejora de la autoestima, la alimentación o la higiene bucal.
En el segundo eje del plan, el del medio ambiente, la compañía ha reducido un 12% los residuos asociados al uso de los productos por los consumidores desde 2010, ha rebajado un 37% la emisión de CO2 por el uso de energía desde 2008 y ha propiciado el gasto de un 2% menos de agua por parte de los consumidores. Además, se ha alcanzado el objetivo de cero residuos no peligrosos en vertederos. La asignatura pendiente sigue siendo el impacto de los gases de efecto invernadero por el uso del consumidor, que ha aumentado un 4%.
En el tercer pilar del plan, la multinacional ha conseguido que un 55% de las materias primas que utiliza provengan de fuentes sostenibles. “En Unilever vemos la sostenibilidad como una necesidad. Que los productos tengan un objetivo de sostenibilidad es una tendencia que ha venido para quedarse”, afirma Palencia. “De hecho, las marcas que más crecen son las de propósito social, y lo hacen el doble que otras marcas que no lo tienen, un 8%-9%, según un estudio de Boston Consulting Group”.
A nivel global, la compañía ha ayudado a 800.000 pequeños agricultores a mejorar sus prácticas. “Queremos hacerlo bien haciéndolo bien”, resume Ana Palencia.
Granja modelo
El interés de Unilever por proveerse de fuentes sostenibles ha llevado a la puesta en marcha del primer campo de agricultura sostenible a gran escala en España (en Badajoz) junto a uno de sus principales proveedores, Grupo Empresarial Agraz, líder mundial en la producción de tomate en polvo. Utilizando instrumentos de medición y control para regar solo cuando hace falta, se ha logrado ahorrar hasta 1,5 millones de litros por hectárea (un 20% menos). De igual modo, se aplican fertilizantes solo cuando la tierra lo necesita y se emplean pesticidas cuando el control de plagas así lo requiere.