_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La industria redonda que mueve la economía

La necesidad de situar a la industria en el centro de la economía, como motor de crecimiento y creación de empleo, se impone cada vez más como verdad revelada por la larga crisis que hemos sufrido. La apuesta por la economía financiera y de servicios a costa de la desindustrialización se ha revelado, en efecto, como una mala decisión, que introduce en la economía peligrosos desequilibrios. Y ha quedado meridianamente claro que un tejido industrial potente no solo no es incompatible con el desarrollo del sector terciario, sino que constituye la base para su crecimiento, solidez y estabilidad.

La vuelta a la economía real, a la economía productiva, a la industria, es el regreso de las inversiones en bienes de equipo, del empleo cualificado y estable, del valor añadido… Con su efecto multiplicador en la actividad económica, la industria es el mejor camino para acelerar la salida de la crisis.

La reindustrialización de nuestro país es una prioridad, que debe abordarse con visión de futuro. Se trata de impulsar un nuevo modelo industrial, basado en la sostenibilidad, la innovación y el desarrollo tecnológico. Un modelo circular en el que los residuos se transforman en recursos, buscando la eficiencia a lo largo de todo el ciclo. Esto implica reciclaje: productos fácilmente reciclables, separación en origen, eficientes sistemas de recogida y tratamiento, mercados para las materias primas secundarias… Pero este nuevo modelo, más allá del reciclaje, abarca todo el ciclo: materias primas renovables, recursos locales, ecodiseño, eficiencia en los procesos de fabricación (eficiencia energética, reducción y valorización de los residuos del proceso…), simbiosis entre sectores, nuevos modelos de consumo…

Hablamos de una industria altamente productiva, por su eficiente aprovechamiento de los recursos y por su capacidad para adaptarse a las necesidades de los mercados con nuevos productos y aplicaciones. Un nuevo modelo del que la industria de la cadena del papel es un buen ejemplo.

La economía circular está en el propio ADN del papel, que hoy es un claro referente en este nuevo modelo industrial. La industria de la cadena del papel, desde las plantaciones para papel, pasando por la industria papelera, las industrias transformadoras, impresores, editores de libros, empresas de marketing directo, hasta las empresas de la recuperación de papel y cartón suponen el 3% del PIB español, con una facturación de 31.000 millones de euros, 219.000 empleos directos, 657.000 empleos indirectos y 12.800 empresas.

La economía circular del papel se inicia con un recurso natural y renovable –la madera– que se cultiva en plantaciones locales de pino y eucalipto, destinadas a producir madera para papel y que ocupan el 2,7% de la superficie forestal española. El 83% de la madera que utiliza el sector papelero español procede de esas plantaciones locales para papel, que suponen en el ámbito rural cerca de 6.000 empleos directos relacionados con los trabajos de repoblación y selvicultura y casi 20.000 empleos indirectos (maquinaria, transporte, talleres…).

En 80 fábricas, que dan empleo directo a 17.000 personas, se fabrican anualmente dos millones de toneladas de celulosa y más de seis millones de toneladas de papel. Con el papel, las industrias transformadoras fabrican cajas y todo tipo de envases, bolsas, folios, cuadernos, sobres… Con el papel se imprimen libros y periódicos, catálogos, folletos… Con el papel se fabrican también productos higiénicos y sanitarios. Y hay un sinfín de productos para las más diversas e insospechadas aplicaciones, basados en papeles especiales de altas prestaciones.

Las industrias transformadoras (fabricantes de envases de cartón ondulado, bolsas, folios, sobres, cuadernos…), los impresores, editores de libros y empresas de marketing directo, con 12.600 empresas, dan empleo directo a más de 190.000 personas.

El ciclo se cierra cuando los productos papeleros, después de su uso, se reciclan en las fábricas papeleras, convirtiéndose de nuevo en recursos, de acuerdo al postulado esencial de la economía circular. La industria papelera española es la segunda mayor recicladora europea de papel y cartón, superada solo por Alemania. En España hemos desarrollado eficientes sistemas de recogida y tratamiento. Con la colaboración de las Administraciones públicas, la industria y los ciudadanos se recoge para reciclar el 70% del papel y cartón que consumimos. El sector de la recuperación, con más de 100 empresas, da empleo directo a más de 3.000 personas.

Una reindustrialización basada en este modelo industrial circular, capaz de añadir en cada fase del ciclo el mayor valor a los recursos empleados, será el engranaje, la rueda, que haga girar a un ritmo sostenido y sostenible el motor de nuestra economía. Porque cuando la industria es redonda, mueve la economía a buen ritmo.

Carlos Reinoso es director General de Aspapel (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón)

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_