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Investigación sobre la venta de Banco Publico d’Andorra (BPA) y de Banco Madrid

A vueltas con las fusiones y con el cobro en los cajeros automáticos

Lo que procede hoy es hablar de la caída del que fue (en pasado y bien pasado) uno de los españoles más internacionales e influyentes de la política y de la economía, Rodrigo Rato (se le acusa de alzamiento de bienes, blanqueo y fraude), pero creo que poco o nada puedo aportar a estas alturas. Solo recordar que cuando era director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó en los informes de esta institución, y lo consiguió –aunque no fuera él quien lo culminara, sino las circunstancias económicas–, la privatización de las cajas de ahorros, aunque de forma parcial.

Los informes y recomendaciones que se hacían desde un grupo de expertos, e incluso, ejecutivos del sector, fueron recogidos en gran parte en las recomendaciones del FMI, que predicaban, ante todo, un cambio de los órganos de gobierno de estas entidades con la entrada de inversores, entonces llamados cuotapartícipes. Pero bueno, esto ya es historia. También es historia cómo y cuándo Catalunya Caixa vendió en el año 2000 su filial andorrana a BPA, pero ha vuelto a ser actualidad, como lo es la venta de Banco Madrid en 2011, entonces de Kutxabank a BPA. Todo un culebrón.

Esto viene a cuento porque el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, comunicó el miércoles en el Congreso que el Gobierno ha ordenado una investigación sobre el informe por el que se autorizó la venta de Banco Madrid al grupo andorrano (ambas entidades ahora están acusadas de blanqueo de capitales y están en fase de liquidación).

El portavoz de Economía del PSOE, Juan Moscoso del Prado, no quiso ser menos, y al día siguiente en declaraciones a la prensa respondió que el que tenía que revisar la autorización de BPA era el actual Gobierno del PP. Y es que en el año 2000 el Ministerio de Economía, entonces dirigido por Rodrigo Rato, autorizó la venta de Banco Publico d’Andorra (BPA) –entonces de capital español– a un grupo andorrano.

Y siguiendo con compras, ventas y desapariciones de entidades financieras españolas, parece que cada vez se da más por sentado que aún sobran bancos, más porque no van a aguantar la presión en un futuro que porque no haya sitio para ellos. No es la primera vez que se habla de nuevas fusiones en el mapa bancario español. Este asunto se ha convertido incluso en recurrente en las conversaciones y análisis de los expertos y analistas. Pero parece que cada vez va tomando más consistencia la posible desaparición de algunas o de todas las entidades más pequeñas del sector financiero (antiguas cajas, ya que las cooperativas siguen resistiendo).

Cada día, de hecho, se refuerza la teoría de que BMN será vendida a otra entidad, ya que su salida a Bolsa es casi imposible en la actualidad, y tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como el presidente del FROB y subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, ya han anunciado, aunque en voz baja, que la solución de esta entidad nacionalizada se conocerá en los próximos meses. De momento, BMN, ha vuelto a dar el mes pasado otra vuelta de tuerca a su red de oficinas, al cerrar otras 12 más y reducir el horario (solo abren algunos días) de otras 17 sucursales.

En cartera, y ya lo he comentado más veces, hay dos alternativas, que se lo quede Bankia (pero no le hace mucha ilusión), o CaixaBank. Pero puede cruzarse más variables en el camino.

Liberbank, Unicaja, Ibercaja y en menor medida Kutxabank también entran en las quinielas de fusiones bien entre ellas o con un tercero. La razón es que tienen poco tamaño para poder ser rentables en un futuro en el que antes se debe aún atravesar muchos baches en el sector. Bankinter también es pequeño, pero esa es otra historia. Cotiza y su accionariado es completamente fiel a la entidad (parte de la familia Botín). También está Banca March, que no cotiza, pero la saga familiar no tiene ninguna intención de abandonar el barco.

Por cierto, Caixabank lleva un mes cobrando una comisión fija de dos euros, independientemente de la cantidad a retirar, por utilizar sus cajeros por otros clientes. El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, justifica esta medida en la inversión realizada por CaixaBank, 500 millones de euros para poner al servicio de sus clientes la mayor red de España de cajeros, 9.500.

La medida no sentó muy bien a una parte de la gran banca, por lo menos a alguno en concreto. Pese a ello, ya hay varios bancos que estudian implantar esta medida, pero antes esperarán a ver cómo le funciona a CaixaBank.

La gran banca está analizando cobrar comisiones a otras grandes entidades, aunque están a la espera de recibir una respuesta a una consulta dirigida al España. Hasta ahora, las entidades que comparten alianza en la red de cajeros ofrecen a sus clientes gratuidad en la retirada de efectivo de terminales de cualquiera de los bancos adheridos, y se abonan entre ellas una tasa de intercambio de 0,65 euros por operación.

El presidente de la AEB, José María Roldán, ya justificó el viernes esta medida al afirmar que toda esta infraestructura (la del extenso parque de cajeros) tiene un coste “y haya que pagarlo”. De lo contrario, podrían desaparecer. Por cierto, Roldán presentó el jueves su DNI en su banco como obliga la nueva ley de prevención de blanqueo de capitales. De lo contrario, a partir del 30 las entidades pueden bloquear la cuenta su no tiene identificados al cliente. La banca intenta, no obstante, evitar este bloqueo.

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