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Columna
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Accionistas a dieta

Tras marcar un récord de 900.000 millones de dólares (unos 816.000 millones de euros) de recompra de acciones y dividendos de los miembros del índice S&P 500 en 2014, las empresas estadounidenses están empezando a pagar más a los trabajadores. Las empresas darán menos a los inversores.

Los economistas suelen comparar los rendimientos de capital y trabajo. Claramente ganan los primeros. El año pasado, los pagos a los accionistas del S&P 500 aumentaron en un 15%, mientras que los salarios subieron apenas un 1,7%, según muestran las cifras oficiales. Desde 2010, la media de beneficios de los tres años anteriores para los accionistas ha subido hasta 66% y un 5,8% para los trabajadores.

Un análisis más detallado muestra el mismo patrón. El salario medio de un trabajador de la industria alimentaris en un periodo de tres años solo ha subido un 1,2% desde 2010, según la consultora Payscale. El pago a los accionistas en tres de las mayores empresas del sector –McDonalds, Yum Brands y Darden Restaurantes– aumentó un 36% en el mismo período.

Ya se prevé un aumento de los sueldos medios en estas industrias de relativamente baja cualificación. Casi la mitad de los estados de Estados Unidos aumentaron el salario mínimo a principios de este año. McDonald’s es la última de una creciente lista de grandes compañías en hacerlo.

Es cierto que las estadísticas nacionales muestran que casi no hay aún signos de salarios significativamente más altos. Pero la disminución del desempleo normalmente conduce a una presión al alza. La tasa de desempleo actual es del 5,5%, y sigue cayendo. La ganancia del trabajo es probablemente la pérdida del capital.

Una economía más fuerte es generalmente más cara. Los costes de bienes inmuebles y sanitarios podrían subir abruptamente de nuevo. Por supuesto, los ingresos también aumentarán para las grandes firmas. Puede que no sea suficiente para dejar que los accionistas pasen algo de hambre.

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