La Masía, el ‘recreo’ de los hermanos Roca

Necesitaban salir de El Celler de Can Roca, aislarse de la vorágine, del día a día de uno de los mejores restaurantes del mundo. Precisaban repensar, recrear, renovar, reactivar, reajustar, rebuscar... Era una prioridad. No querían irse muy lejos de donde han crecido, de donde está el restaurante de sus padres, donde comen a diario; del barrio donde viven y del restaurante donde han alcanzado la gloria mundial.

A escasos metros de El Celler de Can Roca, los hermanos Roca han reconvertido una vieja masía, donde antaño había una panadería y una fonda, en un centro de reflexión. Donde antes se amasaba pan, ahora se amasan ideas. A la entrada, un cartel, plantado al lado de un pequeño huerto, advierte: La Masía (I+r). “Dedicamos este espacio a reflexionar, de ahí la erre, a la formación de los stagiers [aprendices], y nos sirve para pensar sobre nuevos conceptos, nuevas ideas”, señala Josep Roca, mientras enseña un pequeño laboratorio, donde pretende recuperar el oficio de alquimista, y en el que ensaya con fermentaciones de plantas y frutas para obtener destilados, como el de higo chumbo.

Repartidas en dos plantas hay dos cocinas y hasta un futbolín, que les devuelve a los orígenes, cuando ocupaban el tiempo jugando porque apenas tenían clientes. Hoy, la realidad es distinta: con unas 70 personas en plantilla y el restaurante con la mayor lista de espera de España, han de robar tiempo para seguir innovando. Ahora están inmersos, tienen a cuatro personas trabajando a tiempo completo, en el diseño de la segunda gira que realizarán este verano con el BBVA. Serán cinco semanas, desde el 1 de agosto al 7 septiembre y viajarán a tres países: EE UU, donde están por cerrar las ciudades en las que harán parada, “aunque sería interesante estar en Miami por la influencia cubana”, señala Joan Roca; Turquía, “por nuestra conexión con el Mediterráneo”, apostilla Josep; y Argentina, donde cocinarán, a falta de concretar otras ciudades, en Buenos Aires. “La primera gira fue positiva para todo el equipo, abrimos un nuevo camino sin tener que abrir otros restaurantes en el mundo”, señala Joan, sorprendido porque durante la gira les recibían como si fueran estrellas del rock. “Es impresionante el fenómeno de la cocina española en el mundo, hay un componente social que debemos aprovechar”, señala Jordi, el hermano, que más fotos se hizo y autógrafos firmó durante la gira de 2014.