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Dispositivos inteligentes

Las cosas también quieren navegar por internet

La literatura y el cine han desarrollado una larga historia detallando la relación entre el poder y los ciudadanos con respecto al uso de datos personales, o entre el ser humano y las máquinas. Esa posibilidad lejana, incluso de ciencia-ficción, ya es una realidad llamada el internet de las cosas.

Este concepto hace referencia a varios aspectos de las tecnologías de la comunicación como son las relaciones entre máquinas, el análisis de datos que están en la red, big data, o la personalización de los aparatos con los que interactuamos.

Las predicciones aseguran que habrá 50 millones de dispositivos conectados para el año 2020 y, según el estudio de la consultora International Data Corporation (IDC), se calcula que el valor económico de todos los productos a los que se puede aplicar internet de las cosas será de 8.900 millones de dólares (7.900 millones de euros) para ese mismo año. Ashley Ford, vicepresidente y director general de Zebra Tech, aporta:“En Alemania, el 21% del PIB ya corresponde al sector industrial, resultado de la revolución que está suponiendo el automatizar y digitalizar la cadena de suministro.”

En el 2020 se estima que habrá 50 millones de dispositivos conectados

En el mundo de la industria, la aplicación de este concepto es ya notable. Resulta imprescindible que cada parte del proceso esté controlada de manera que se sepa al instante, dónde y en qué estado está cada elemento. La reducción de costes y la disminución de pérdidas de material, así como de horas muertas de operarios o maquinaria, han llevado a considerar esto una revolución llamada Industria 4.0.

Juan Gascón, director de I+D+i y contenidos digitales de Ametic (Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales), opina: “Esto es un reto para todos los países y nosotros creemos que España puede liderar esta revolución”. Gascón entiende que esta realidad se puede notar, casi más que en ningún otro sector, en el del automóvil. “Los coches van a ser móviles con ruedas, por su personalización, autonomía e interacción con el usuario. Los vehículos van a interconectarse con cualquier dispositivo de la cartera, sincronizarse con los del conductor, vía satélite... y va a estar recibiendo información de forma que el automóvil, que será inteligente, lo interpretará. Y esto no es ciencia-ficción porque ya existe”, afirma.

Antonio Navarro, director general de D-Link Iberia, aporta la visión de su compañía. “Con internet de las cosas los elementos de nuestra vida diaria como una lámpara o un radiador, que a priori no tienen nada que ver con internet, ya se pueden conectar para poder controlarlos, programarlos, ver su consumo, etc.”, explica.

Parques y jardines conectados

Parques y jardines no parecen los lugares más apropiados para hablar del internet de las cosas, pero tampoco se libran del fenómeno. Con la conexión a la nube y el análisis de datos se puede controlar el encendido de luces y fuentes, el consumo de agua, valorar la meteorología para saber que programa aplicar, todo monitorizado y teledirigido, incluso, por los ciudadanos. Así, a través de los móviles se puede cambiar la iluminación y modelización de las fuentes.El concepto de smart city, basado en un crecimiento inteligente de las ciudades, está cada vez más unido al uso extensivo de los datos de los ciudadanos, y su interacción con el entorno urbano. Juan Gascón, dice: “Va a afectar también a los políticos y a la transparencia, debido a que todo pasará por el e-Gobierno y los datos estarán a disposición de los ciudadanos. Es un fenómeno que cambia los paradigmas y la forma de hacer las cosas y me consta que los políticos están muy motivados al respecto de cara a las próximas elecciones”.Relacionado con la gestión de un ayuntamiento, una ciudad, el impacto que tienen las medidas en la ciudadanía, es algo que dice más que cualquier sondeo. “Te puedo asegurar que la capacidad de poder proyectar posiciones de futuro en votaciones con respecto a recolectar datos de manera analógica, como son las encuestas, es muy superior. Con big data se analizan hechos reales, y los hechos son incuestionables”.

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