Tsipras intenta convencer a la UE sin romper su Gobierno
Grecia ultimaba anoche la lista de reformas reclamada el viernes por el Eurogrupo como condición para prolongar cuatro meses el rescate del país hasta el próximo 30 de junio. La lista será revisada por los organismos de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y, si recibe el visto bueno, la aprobaría por teleconferencia el Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) en una reunión a distancia que podría celebrarse esta misma tarde.
El plazo para presentar el listado expiraba a medianoche del lunes. Pero las negociaciones a tres bandas entre el primer ministro griego, Alexis Tsipas, su Gobierno y la troika, no parecían ayer concluidas, por lo que hasta hoy martes no se espera la lista con los nuevos compromisos de Atenas.
Tsipras intenta presentar un listado que convenza a sus socios de la zona euro, que desconfían de Atenas, y al mismo tiempo mantenga la unidad de su Gobierno, en el que algunos miembros acusan al ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, de haberse rendido a las exigencias de la troika. La revuelta parecía hasta ayer bastante contenida y limitada a algunos miembros del ala izquierda de Syriza. Los socios de gobierno, de Griegos Independientes, no se manifestaron abiertamente en contra del acuerdo con el Eurogrupo. Pero el retraso en la presentación del listado indica que Tsipras se ha topado con dificultades tanto en Atenas como en Bruselas.
El gobierno griego se ha comprometido con Bruselas a no adoptar ninguna medida con impacto presupuestario sin recibir el visto bueno de la troika, lo que obligará a Tsipras a aplazar alguna de sus promesas electorales como la paralización de desahucios o la condonación de ciertas deudas fiscales. A cambio, el Eurogrupo se muestra dispuesto a revisar a la baja los objetivos presupuestarios (3% de superávit primario en 2015) y a no imponer otra subida del IVA ni un nuevo recorte de pensiones.
La lista, que incluirá medidas para aumentar la recaudación fiscal y perseguir el fraude y la corrupción, servirá de base para el quinto y último examen de rescate actual, del que quedan todavía unos 15.000 milllones de euros de la zona euro y otros 16.000 millones del FMI. La liberación de una parte de esos fondos, sin embargo, quedará aplazada hasta que Atenas aplique de manera efectiva las reformas previstas en la lista, un examen que, como muy pronto, no pasará hasta mediados de abril, por lo que Grecia todavía deberá sobrevivir financieramente por sus propios medios durante dos meses más. Atenas no recibe fondos del rescate desde el pasado mes de agosto, lo que unido a la caída de recaudación en los dos últimos meses ha dejado prácticamente exhaustas las cuentas públicas.
Fuga de depósitos
El inminente final del rescate (el próximo sábado 28 de febrero) también ha provodado una fuga de depósitos que ha erosionado peligrosamente el sector bancario griego. Solo el pasado viernes, según datos de JP Morgan, se retiraron 1.000 millones de euros mientras el Eurogrupo negociaba una prórroga del rescate que no se anunció hasta las nueve de la noche. Los bancos de inversión calculan que desde la convocatoria de las elecciones generales a finales del año pasado la banca ha perdido entre 20.000 millones y 25.000 millones de euros, una tendencia que se podría acelerar si Bruselas no aprobara hoy la lista de reformas de Tsipras y la prórroga definitiva del rescate hasta el 30 de junio.
El estilo de Varoufakis seduce e incomoda
El profesor Yanis Varoufakis ha logrado en solo un mes como ministro griego de Finanzas cautivar a los medios audiovisuales de medio mundo y soliviantar a casi todos sus compañeros del Eurogrupo, en particular, al titular alemán Wolfgang Schäuble. Berlín no oculta su disgusto con el estilo negociador del ministro griego, que a su dominio académico de la materia añade un estilo directo y cortante que para otros ministros de Economía solo es sinónimo de arrogancia e insolencia. La tensión es tan evidente que fuentes de la CDU (el partido de Schäuble) han llegado a pedir a Atenas el cese de Varoufakis. Y el pasado viernes, el ministro alemán y el griego no llegaron ni siquiera a reunirse y solo negociaron a través de intermediarios. El aura del personaje ha alcanzado tal nivel que en Bruselas se da pábulo a rumores que hablan de un conanto de pelea entre Varoufakis y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Mientras, el griego sigue encandilando a cámaras y redes sociales.