Laissez-vous toucher par mes pleurs! (¡Conmoveos con mis sollozos!),
El mito de Orfeo ha estado en la ópera desde prácticamente sus inicios. Monteverdi, el padre del género, inició su andadura operística con su ópera “Orfeo”. No obstante, hay diferencias entre las versiones que utiliza cada compositor. Al final explicaré porque he elegido la versión de Gluck y no la de Monteverdi.
El tema es muy claro, el poder de la música (del dialogo, la argumentación, la negociación frente a la violencia, la imposición o el chantaje) para transformar las cosas, para amansar a la fieras. Fijaros bien que los dioses, como ocurre en otros héroes épicos, no le dan una espada para lograr sus objetivos, sino una humilde lira.
Con esta temática, el mito no podía dejarse de lado por los primeros compositores de óperas.
Pero el mito de Orfeo y Eurídice va algo más allá. Se trata de una situación muy cercana a la vida de los hombres, es la historia de una relación entre un hombre llamado Orfeo y su esposa, Eurídice. Esta última muere y Orfeo enloquece de tristeza y suplica ayuda a los dioses.
El dios del Amor, Cupido, se le aparece y le ofrece una lira y le dice que podrá entrar en el tenebroso mundo de las tinieblas y utilizando como única arma el encanto de su voz y su música enfrentarse y aplacar a las Furias. Si lo consigue podrá recobrar a su amada. Pero no solo hay esta condición, hay otra que deriva de la primera: No podrá mirar atrás para mirar directamente a la cara de su esposa hasta que hayan atravesado las aguas de la laguna Estigia.
Orfeo acepta esta condición y emprende el viaje al mundo terrible de los muertos. Se enfrenta a la Furias, las vence y entra en la tierra de la Tierra de los Espíritus Benditos donde encuentra a su esposa.
Emprende ahora el camino de vuelta del mundo de las tinieblas hacia la luz del día. Aparecen las primeras dudas de su mujer, Eurídice, que no entiende que no le mire a los ojos. Cómo no logra cumplir la última condición, ya que Orfeo fija su mirada en el rostro de Eurídice, su mujer vuelve a la tierra de los muertos.
Aqui es donde suele acabar el mito generalmente. He escogido la versión de Gluck del mito de Orfeo (Orfeo et Euridice) porque tras cantar el aria "J’ai perdu mon Eurydice" / "Che farò senza Euridice? ", los dioses se conmueven y devuelven a la vida a Eurídice que finalmente puede unirse con Orfeo en la tierra.
"J’ai perdu mon Eurydice" / "Che farò senza Euridice? "
La de Orfeo es la historia de un hombre que pierde algo muy cercano a él y que, de alguna manera, es muy importante – un aspecto de su personalidad – por lo que no va a poder funcionar como una persona completa sin resolver el problema.
La historia es una de búsqueda como la que realizamos en nuestras vidas. Es nuestro viaje vital en busca de aquello que percibimos como ausente en nosotros y que buscamos para estar completos. No solo es importante el objetivo, sino el propio viaje ya que éste, irremediablemente, nos hace cambiar, nos transfoma.
Igual después de todos los esfuerzos realizados durante éste viaje vital, no nos identificamos con lo que buscamos o, lo que suele ser peor, lo perdido no se identifica en nosotros, no tiene cabida en nuestra nueva vida. El viaje juntos es vital para la armonía final del proyecto.
El Orfeo (Varufakis/Tsipras) debe enfrentarse a las Furias (Troika + Alemania) y deben convencerles, solo con sus argumentos, de la necesidad de salvar a la Eurídice (Grecia) del mundo de los muertos (Recesión/Crisis/Rescate). Lo que Orfeo se va a dejar en la lucha por convencer a las furias, puede ser tanto que no pueda mirar a la cara a su mujer cuando la salve. Puede que ambos hayan cambiado tanto sobre lo que se prometieron en la boda (elecciones) que no se reconozcan cuando se vean y la relación muera como la de “Orfeo et Euridice”
¿Habrá un "J’ai perdu mon Eurydice" / "Che farò senza Euridice? ", que permita revivir la historia de amor entre Syriza y su pueblo tras el paso por el mundo de las tinieblas?