El Gobierno alemán se resiste a una prórroga suave del rescate griego
El Gobierno griego ultimaba ayer una solicitud de prórroga del rescate con la que pretende conseguir un equilibrio casi imposible: demostrar a su electorado que el Memorándum de condiciones de la Troika “ha muerto”, según palabras de un portavoz oficial, al tiempo que Atenas sigue teniendo acceso a los préstamos de la zona euro y del Fondo Monetario Internacional.
Los socios de la zona euro, con Alemania a la cabeza, volvieron ayer a advertir que, al margen de los juegos de palabras, Tsipras no tiene otra alternativa que asumir los compromisos adquiridos por Gobiernos anteriores en nombre del Estado griego.
Una vez que Atenas haya aceptado esa premisa, todas las capitales parecen dispuestas a flexibilizar las condiciones del rescate y a conceder cierto margen de maniobra presupuestaria para que el Gobierno de Syriza lleve a cabo parte de su programa electoral. Pero Berlín se niega a entablar esa negociación, que debería comenzar mañana con la convocatoria de una reunión extaordinaria del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) mientras Atenas no reconozca expresamente que asume las condiciones del programa en vigor.
“No se trata de prorrogar una línea de crédito, sino de si hay voluntad para cumplir el programa del rescate: Sí o No”, advirtió tajante el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, durante una entrevista televisada en la noche del martes.
La Comisión Europea se muestra más abierta al diálogo y a buscar una solución que compagine el deseo de Atenas de visualizar el final del programa con el de Berlín de preservar su continuidad. El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que “estoy trabajando estrechamente con Jeroen Dijsselbloem [presidente del Eurogrupo] para acordar una prórroga-puente hasta el verano”.
La fórmula utilizada por Juncker incluye el programa reclamado por Alemania, pero se acerca a la propuesta de un crédito puente defendida por el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, en las dos reuniones fallidas del Eurogrupo del 11 y 16 de febrero.
Pero Alemania insiste en que la prórroga, se llame como se llame, conlleva la aceptación de las condiciones del Memorándum que acompaña al contrato de los préstamos, una realidad que Atenas intenta cambiar aunque cada vez dispone de menos tiempo para lograrlo.
El ultimátum del Eurogrupo para que Grecia acepte la prórroga del rescate expira de facto hoy, por lo que Tsipras parece condenado a adoptar una decisión que puede provocar las iras de las bases de Syriza y de su socio de Gobierno, el grupo Griegos Independientes.
La presión para que Atenas claudique se redobló ayer, con una llamada del sectretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, al ministro Varoufakis, para apremiarle a lograr un acuerdo con la zona euro.
Los contactos también fueron muy intensos entre Atenas y capitales como Roma y París, donde los gobiernos de Matteo Renzi y François Hollande ejercen cierto papel de intermediarios pero sin despegarse nunca de la línea marcada por Berlín.
“La solidaridad y los esfuerzos que tienen que hacer los países son dos caras de la misma moneda” sentenció ayer la canciller alemana, Angela Merkel, durante un acto organizado por su partido (CDU) en el este del país.
Tsipras, por su parte, se reunió con los grupos de oposición más cercanos (socialistas y liberales) para afrontar hoy con un gran consenso parlamentario lo que parece el acto final de su conflicto con Berlín.
“No somos populistas prometiendo de todo”
El Gobierno griego, cada vez más acorralado, optó ayer por hacer públicos los documentos utilizados por su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, durante las reuniones con el Eurogrupo, en un desesperado intento de demostrar su voluntad negociadora.
“A algunos de ustedes, lo sé, les disgusta la victoria de un partido de izquierdas, pero no somos sus adversarios”, señaló Varoufakis en el primer encuentro a puerta cerrada con sus colegas europeos (11 de febrero), según las transcripciones publicadas por Atenas. “Somos europeístas convencidos y no somos populistas que prometen de todo a todo el mundo”, añadió el ministro, según unos textos que reflejan su brillantez académica y sus conocimientos económicos, pero cierta inocencia política.
“A diferencia de anteriores gobiernos [griegos], no haremos promesas que no podamos cumplir”, justificó Varoufakis durante el segundo encuentro (16 de febrero) su negativa a suscribir las condiciones del rescate que los anteriores ejecutivos aceptaron y dejaron en gran parte sin cumplir.
Yanis Varoufakis reclamó sin éxito a sus colegas europeos una prórroga de los préstamos (de hasta seis meses) con el compromiso de no anular ninguna de las medidas impuestas por la troika mientras se renegocia el rescate.