Bruselas rectifica y eleva al 2,3% el crecimiento del PIB para este año
El día después de que el CIS publicara su último barómetro, en el que vaticina un panorama electoral complicado para el PP de cara a las cinco elecciones convocadas para este año, fue la Comisión Europea, tradicionalmente escéptica con la evolución de la economía española, la que anunció una revisión al alza sin precedentes del crecimiento de la economía española para este año y el que viene. En octubre, la CE auguró que España crecería un 1,8% este año y un 2,2% en 2016, por debajo de lo que el Ejecutivo había previsto en el cuadro macroeconómico que remitió a Bruselas. Solo tres meses después ha revisado al alza esas cifras hasta el 2,3% en 2015 (seis décimas más) y al 2,5% en 2016 (tres décimas más), situando este año a España como la economía que más crecera entre las cuatro más grandes de la zona euro y un punto por encima de lo que crecerá este área económica. Para el que viene, también liderará el crecimiento entre los grandes y el PIB avanzará seis décimas más que la la media del euro.
Los reproches y el escepticismo que acompañaban tradicionalmente los informes comunitarios sobre España se convirtieron ayer en halagos. “Después de tres años de recesión, la economía española volvió a crecer en 2014 y parece que continuará así en el horizonte de dos años por las mejores perspectivas del mercado laboral, la mejora de las condiciones financieras (la prima de riesgo está en mínimos desde 2010), el crecimiento de la confianza, el desvanecimiento de las incertidumbres económicas y la caída de los precios de la energía”, reza el informe, que prevé que el fuerte crecimiento del PIB descansará sobre la demanda interna y “el rebote de las exportaciones”.
El mayor crecimiento de España tendrá, según la Comisión Europea, unos efectos balsámicos en el deprimido mercado laboral. “La creación de empleo se intensificó en la segunda parte del añoy esa tendencia se prolongará en los dos próximos años, ayudada por la moderación salarial continuada y los modestos incrementos de los costes laborales unitarios”, remarca. Un argumento refrendado posteriormente por el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quién avanzó “que el paro en España continuará reduciéndose de forma sustancial”. Bruselas pronostica que el paro bajará al 22,5% este año (un punto menos que lo anticipado en octubre) y al 20,7% en 2016 (1,5 puntos menos). Pese a ello, la tasa de desempleo duplicará a la de la zona euro (11,2% y 10,6%, respectivamente).
El impulso del PIB y del empleo evitarán, como sucedió en ejercicios anteriores, que el Ejecutivo tenga que rehacer sus cuentas ante Bruselas por el incumplimiento de los objetivos de déficit. La Comisión augura que este año se cerrará con un desfase del 4,5%, apenas tres décimas por encima del objetivo pactado. Todo lo contrario que para 2016, en el que el déficit cerrará en el 3,7% del PIB, nueve décimas por encima del objetivo.“Continuamos discutiendo para ver cómo podemos en el marco del procedimiento por déficit excesivo reducir la brecha”, indicó Moscovici.
Moscovici advierte del riesgo real de la deflación
La deflación se ha convertido en la principal amenaza de la zona euro, aunque los comisarios europeos todavía no se atreven a introducirla en sus discursos. No obstante ya han empezado a introducir en sus valoraciones el riesgo de que una espiral de precios negativos tumbe la recuperación de la zona euro. “Es por lo que todavía no hablamos de deflación. Sabemos que hay un riesgo que tenemos que prevenir mejor que curar”, agregó el comisario de Asuntos Económicos, al ser preguntado por esta cuestión.
“Un periodo prolongado de inflación muy baja o negativa podría perjudicar la inversión y los esfuerzos de reducción de la deuda, atrapando la economía en un crecimiento porcentual bajo”, señaló Moscovici. En las previsiones macroeconómicas, la CE afirma que la inflación anual será “negativa en la primera mitad del año en la eurozona” y en el primer trimestre en la Unión Europea (UE). Desde Bruselas han reiterado que hablar de deflación requeriría una caída de los niveles de los precios amplia, es decir entre países, sectores y categorías.
Una tendencia que niega en su informe, ya que augura que el desplome de los precios del petróleo se corregirá en 2016 a medida de que los precios energéticos gradualmente se recuperen. Desde Bruselas también vaticinan una demanda interna más fuerte y que el impacto de la ampliación del programa de compra de activos por parte del Banco Central Europeo (BCE) en enero, entre otras cosas, debería “empujar notablemente la inflación al alza y tendrán un efecto positivo en la confianza y la concesión de créditos que a su vez estimulará la inversión y generará mayores niveles de consumo”.