Cae el optimismo empresarial, pero se descarta una nueva recesión
Si se pudiera resumir en una frase el sentir que arroja el último consenso empresarial elaborado por la consultora PwC, se podría hacer destacando que desciende el optimismo de directivos y empresarios sobre la evolución futura de la economía, aunque no es para alarmarse. Es decir, que dado que los principales socios europeos han visto cómo su actividad se enfriaba, eso ha hecho que el optimismo hacia una segura recuperación que reinó en España en el primer semestre del año se haya ido moderando según avanzaban los meses.
El Consenso Económico de PwC sorrespondiente al cuarto trimestre de este año revela que las expectativas de los expertos, directivos y empresarios consultados se han ido desinflando. De hecho, con la opinión de los más de 350 panelistas que participan en este estudio, caen en más de 20 puntos, ya que pasan del 62% al 39%, quienes consideran que la actividad ha mejorado en la recta final del año y, por el contrario, aumentan en casi 17 puntos quienes creen que la situación ha evolucionado a peor. Esta tendencia, más pesimista que en anteriores muestras, se mantiene de cara a los próximos seis meses, ya que pasan del 80% al 59% los panelistas que piensan que la coyuntura irá a mejor.
¿Qué factores son los que han propiciado este empeoramiento de las perspectivas? En opinión de casi la mitad de los encuestados (46%), el debilitamiento de la coyuntura internacional, en especial la del resto de Europa, es lo que va a impedir a corto plazo que la economía española pueda desarrollar todo su potencial de crecimiento. Esto es lo que explicaría que se desplome del 72% al 34% el porcentajes de directivos y empresarios que considera que aumentarán las exportaciones.
Endeudamiento
La buena noticia es que aunque el consenso se muestra más pesimista sobre la evolución de la actividad de los grandes países europeos, en clave interna las proyecciones sobre cuál será el comportamiento del consumo son más estables.
Más de la mitad de los encuestados (el 52%) apuesta por que crecerá y casi un tercio, el 29%, se muestra convencido del alza de otro de los indicadores que solo mejora cuando la economía va bien: la demanda de vivienda.
Con todos estos elementos, el estudio de PwC concluye que los expertos cifran en el 1,2% el crecimiento económico esperado para este ejercicio, mientras que para el próximo año lo sitúan en el 1,5%, levemente inferior al 1,7% previsto por la Comisión Europea.
Pese a este empeoramiento generalizado, los expertos consideran, en un 63% de los casos, que no puede deducirse de esta situación que la zona euro se encamine hacia una nueva recesión. Además, señalan las tres causas que están impidiendo el despegue de las economías desarrolladas: el elevado endeudamiento público y privado, el alto desempleo estructural y la falta de una estrategia clara de las instituciones de Gobierno de la zona euro.
Si a esta debilidad del PIB en las grandes economías europeas, se le suma la desaceleración detectada también en buena parte de los países emergentes y el incremento de las tensiones geopolíticas, el cóctel resultante explica en gran medida esa pérdida de optimismo de empresarios y directivos. Llama la atención en esta edición del estudio cómo el 81% de los consultados establece como una de las consecuencias colaterales de esta crisis la escalada del proteccionismo en el comercio mundial, lo que aseguran “está teniendo efectos negativos o muy negativos” para el conjunto del comercio mundial.
Y es que las empresas se muestran preocupadas porque a lo largo de la crisis se ha producido “un auge de las barreras no arancelarias en los países del G-20, con la introducción de medidas de naturaleza diversa que buscan favorecer a lasempresas del país”.
Estas medidas son calificadas como negativas por el 76,6% de los participantes en el consenso, mientras otro 5,32% adicional las cataloga como “muy negativas”. Es más, insiste el informe de PwC que los servicios, pese a representar en torno a dos tercios del PIB mundial, tienen una importancia relativamente reducida en el comercio internacional respecto al intercambio internacional de bienes.
La OCDE ha elaborado recientemente un Índice de Restricción del Comercio de Servicios en el cual identifica la existencia de importantes barreras para el comercio internacional de servicios. De ahí que para un 50,55% de los encuestados deba constituir una prioridad absoluta la eliminación de esas barreras a la competencia.