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Columna
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El problema de dos dígitos de las petroleras

Las grandes compañías petroleras cotizadas tenían ya suficientes problemas con la rentabilidad cuando el precio del crudo superaba los 100 dólares el barril. Una caída sostenida al territorio de los dos dígitos les obligará a intensificar sus programas de autoayuda.

Las empresas nacionales de petróleo controlan muchos de los campos más atractivos, y por eso los gigantes tradicionales tienden a terminar con proyectos caros. Costosas inversiones han llevado a las compañías de petróleo y gas a nivel mundial a gastar más dinero del que ganaron en el año hasta marzo, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. Entre las grandes petroleras, solo Exxon y Shell cubrirán su dividendo del flujo de caja libre de este año, según calcula Citi.

Las principales empresas ya estaban descartando proyectos caros e intentando vender activos. Shell planea alcanzar los 15.000 millones de dólares en desinversiones en 2015 y BP tiene como objetivo los 10.000 millones de dólares. Pero el debilitamiento de los precios del petróleo puede hacer más difícil alcanzar esos objetivos.

“100 dólares el barril se está convirtiendo en el nuevo billete de 20 dólares”, dijo el consejero delegado de Chevron

El siguiente reto es reducir los costes de mano de obra y de capital, duplicados en la última década. La tendencia hacia proyectos con un mayor desafío tecnológico ha aumentado el precio del petróleo que hace falta para obtener una rentabilidad decente: “100 dólares el barril se está convirtiendo en el nuevo billete de 20 dólares en nuestro negocio”, apuntó el consejero delegado de Chevron en marzo.

Por ahora, parece que los dividendos están a salvo, gracias a los sólidos balances. Incluso con un precio de 90 dólares el barril, el apalancamiento llegaría el próximo año solo a entre el 21 y 22% para Eni y Total, estiman los analistas de Morgan Stanley. En Shell, el incremento sería de hasta el 12%.

Pero si el precio del petróleo se mantiene bajo y los gigantes hacen duros recortes en el gasto de capital, podría perjudicar la producción en el futuro. Las empresas estarán esperando que un precio por barril por debajo de los 100 dólares también conduzca a que las empresas nacionales generen escasez a través de recortes de producción, empujando los precios de nuevo al alza. El cártel de la OPEP parece bastante relajado de momento. Si eso cambia, las grandes petroleras podrían respirar con alivio.

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