Easyjet se complica la vida
Easyjet acaba de hacerse la vida más difícil. La decisión presupuestaria de la compañía para mejorar su dividendo regular le impone restricciones en su gerencia. Y, si alguna vez hubo una industria que tuviera que rendir cuentas de sus decisiones financieras, esa es la aviación.
La nueva política de dividendos de la compañía aérea solo puede ser gradual. Pagar el 40% de la ganancia gravada no está muy lejos de la práctica anterior de distribución de un tercio de las ganancias. Como un jugador de bajo coste, Easyjet es más capaz de hacer frente a las oscilaciones de la demanda, que pueden trastornar la economía aeronáutica, que sus pares.
Easyjet solo ha estado pagando dividendos regulares desde 2011. Un dividendo está cerca de ser una promesa obligatoria, por lo que si caen los ingresos, mantener la proporción de pago pero cortar el dividendo no va a ser una opción fácil. Por lo tanto, la gerencia de la compañía está mostrando un alto grado de confianza en su capacidad para hacer frente a factores fuera de su control. No solo la desaceleración económica, sino también los sustos de seguridad, los costes del combustible e incluso las erupciones volcánicas. Hay poco margen para el error.
La compañía ha anunciado sus planes de comprar 27 aviones por unos 1.000 millones de euros. Las recientes mejoras en la rentabilidad de capital le ayudan a justificar este gasto. Pero la nueva promesa de dividendos solo es realista si la gerencia mantiene la reciente mejora. Los accionistas podrán recibir un aumento de los pagos en efectivo que vengan en camino. Estos pueden ser alentados por la disciplina adicional que la nueva política de dividendos impone a una empresa que sigue invirtiendo fuertemente.