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Escandinavos, australianos y canadienses, también bien valorados

Hotel con japoneses igual a hotel satisfecho

El turista nipón desembolsó 317 euros al día en 2012, el doble que el ruso Los peor valorados son los británicos y franceses; los españoles, en un puesto intermedio

Thinkstock
Manuel G. Pascual

Se les suele ver deambulando por la ciudad sonrientes, cámara en mano o descifrando un mapa. No es raro encontrárselos en los restaurantes más reputados (y menos económicos) del lugar, y es prácticamente imposible presenciar una escena o discusión en la que estén involucrados. Los japoneses encabezan el ranking de los turistas mejor valorados por los hoteleros, de acuerdo con un estudio elaborado por el buscador Jetcost. Les siguen los escandinavos, australianos, canadienses y alemanes. Así lo han reflejado en una encuesta directores de hotel, recepcionistas y otros empleados a los que se les ha pedido que evalúen factores como los modales de sus clientes, los problemas que generan, su forma de vestir o las propinas que dejan.

“Los nipones son los más educados y disciplinados, tienen buen comportamiento, son ordenados y silenciosos y son los que presentan menos quejas”, les describe el informe. “Al mismo tiempo, son los que menos cosas se llevan de las habitaciones y los que más se gastan en los hoteles; además, se interesan mucho por la cultura local”, prosigue el informe.

Desafortunadamente, los japoneses no se cuentan ni entre las 10 nacionalidades que más visitan España. Según el último informa anual de Frontur, relativo a 2013, ese año pisaron España 374.175 nipones, un 4,6% más que en 2012. Reino Unido, el país más abonado a visitarnos, superó los 14 millones de visitantes.

¿Qué actitudes son las más molestas?

Hay algunos comportamientos que irritan especialmente a los hoteleros. Un estudio elaborado por el portal Jetcost ha identificado los más señalados por los directores de establecimientos. La mayoría tienen que ver con el uso inadecuado de los recursos del hotel, como los que se llenan a rebosar el plato en el bufé para luego dejarlo casi intacto o se hacen varios bocadillos para el resto del día.

También están los que gastan tres o cuatro toallas por ducha y las dejan en el suelo para que les sean repuestas por otras limpias, o los que consumen bebidas del minibar y luego aseguran no haberlo tocado y se niegan a pagarlas.

Otra modalidad de cliente indeseado es la del ligón, que trata de mostrar sus artes de seducción llamando al servicio de mantenimiento envuelto solo con una toalla.

Con todo, los japoneses siguen siendo la primera nacionalidad asiática en el turismo patrio. Mérito que, si se cumplen las expectativas, acabará siendo traspasado a los chinos. De ellos, situados en el grupo de los “peores turistas”, se destaca en el informe que “tienen mal comportamiento, escupen en cualquier lugar y se saltan las colas”, aunque en el lado positivo se subraya que gastan mucho, sobre todo de compras. No en vano, los ciudadanos chinos fueron en 2013 los que más invirtieron en turismo internacional: 98.000 millones de euros, según datos de la Organización Mundial del Turismo, aunque todavía no están demasiado presentes en España. Ya han desplazado a EE UU a un segundo puesto. Se les clasifica también entre los menos deseables: “son pedantes, irrespetuosos y mal vestidos”, aunque “son los más generosos a la hora de dar propinas”.

Nadie supera a día de hoy a los japoneses en gasto por jornada, aspecto que naturalmente influye en la valoración de los hoteleros. Según los últimos datos disponibles (informe anual de Frontur y Egatur de 2012, publicado en 2013), los nipones desembolsaron ese año una media de 317 euros por día, más que los 209 de los canadienses, los segundos que más gastan, y muy por encima del gasto de los británicos, que se sitúa en los 93 euros.

Los turistas rusos, que tienen fama de ser desprendidos, desembolsaron 159 euros diarios, la mitad que los japoneses, aunque su presencia fue cuatro veces superior (1,6 millones). Y, con todo, se sitúan entre los peor valorados por los hoteleros. “Muestran mala conducta, son poco generosos con las propinas y maleducados en los bufés de los hoteles y en los espacios públicos”.

Los británicos, los peor valorados

Pero son los británicos y los franceses, la primera y tercera nacionalidad que más apuesta por pasar las vacaciones en España, los peor valorados. Respecto a los primeros, “no hablan otros idiomas que no sean el suyo, no suelen disfrutar con la comida local, son propensos a beber demasiado alcohol y siempre se quejan de los hoteles”. En cuanto a los vecinos del otro lado de los Pirineos, se les tilda de “arrogantes, tacaños, mal educados, ruidosos y algo sucios”.

¿Y qué hay de los españoles? Ocupan un puesto intermedio en este particular ranking. “Durante mucho tiempo han sido los que más gastaban fuera de su país, sobre todo en gastronomía”, reza el informe. Aunque hay más: “son ruidosos, maleducados, tacaños con las propinas, desordenados en las habitaciones y muy amigos de llevarse recuerdos de los hoteles”. Es decir: somos muy parecidos a los franceses.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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