Las claves para "pagar hasta 200 euros menos" al año en comisiones bancarias
En tiempos de crisis el concepto “ahorrar” se instaura en la mente de muchos hogares, aunque según el Instituto Nacional de Estadística, en 2013 la tasa de ahorro de los hogares desciende a 9,2%, siendo este su nivel más bajo desde 2007.El sector financiero se ha visto afectado por una situación económica desplomada desde 2008 y por unos clientes cuya prioridad no es la de contratar más productos financieros. Esta situación marca un panorama en el que las entidades ven reducido su margen de beneficios y por lo tanto se ven obligados a buscar el modo de incrementar ese margen.
Las comisiones es el modo de hacerlo. Este concepto no es nuevo, ha sido y sigue siendo una práctica habitual, con la que los bancos cobran un importe a los clientes por los servicios que como entidad financiera les proporciona. Las comisiones se pueden establecer en forma de importe único, cobrándose un coste por operación, o bien en forma de porcentaje en función de la cantidad que es objeto de la operación. Según un estudio elaborado por FACUA, los clientes de la banca pagan en torno a 200 euros al año en concepto de comisiones.
Además las entidades tienen total libertad para fijar las comisiones que crea oportunas, pero siempre deberán incluirlas en los contratos de los productos. Si se produce alguna modificación, deberán también comunicarlo al cliente previamente a la aplicación de dicha modificación, si esa comunicación no se produce, el contrato podrá ser declarado nulo, atendiendo a la Circular 5/2012 sobre transparencia de los servicios bancarios en entidades de crédito y proveedores de servicios de pago que formula el Banco de España.
Productos sin comisiones
Existen productos que resultan casi imprescindibles contratar como cuentas corrientes o tarjetas, herramientas con las que poder gestionar la propia economía y por tanto productos en los que instaurar comisiones resulta beneficioso para la entidad.
Sin embargo, hoy día es frecuente encontrarse con cuentas corrientes y productos en general que no cobren comisiones por administración y mantenimiento, comisiones que hace años eran una gran fuente de ingresos. Pero hay otro tipo de comisiones que pueden perjudicar al bolsillo en caso de realizar con asiduidad una serie de operaciones como por ejemplo transferencias, ingresos de cheques, entrar en descubierto o el coste de tarjetas con las que realizar pagos entre otras.
Elegir aquellos productos que estén exentos de comisiones es una de las formas con las que evitar que el dinero de la cuenta se vea reducido céntimo a céntimo. La inexistencia de comisiones en los productos, forma a ser parte de un valor a tener en cuenta por los clientes a la hora de contratar un producto. Un ejemplo de ello es el Banco Santander con su programa “Queremos ser tu banco” con el que eliminan todo tipo de comisiones de servicio (transferencias nacionales y europeas, tarjeta débito, cheques…) y con el que además se podrán obtener descuentos en grandes marcas y regalos domiciliando la nómina o pensión. También EVO apuesta por ofrecer sus productos sin comisiones, como en la Cuenta Inteligente. Con esta cuenta además de no pagar ninguna comisión, se puede obtener rentabilidad del dinero que en ella se encuentra.
También se pueden evitar las comisiones con tarjetas gratuitas que permitan pagar en cualquier establecimiento sin necesidad de llevar dinero en efectivo. Obsidiana cuenta con la Tarjeta Oro, con la que poder pagar, sin cuota anual y además sin necesidad de cambiar de banco.
Finalmente, la forma más tradicional de reducir a cero todas las comisiones es teniendo una gran vinculación con la entidad financiera, ya sea por haber mantenido una relación histórica o bien por ser un perfil financiero interesante para el banco.