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“¡Cuidado! No es lo que parece”

Libro de fotografias "CONFIDENTIAL" de Alison Jackson

Alison Jackson en su obra CONFIDENTIAL ha fotografiado a la reina de Inglaterra en el inodoro, a George Bush resolviendo con dificultad un cubo de Rubick, a Mick Jagger haciendo gimnasia, … La fotógrafa británica utiliza la fotografía como medio de expresión un tanto peculiar. Lo que hace especial su obra es el juego que establece con el espectador para inventar la realidad, recrear la mentira en forma de imágenes, alimentar nuestro “voyerismo”, imaginarnos que sucede “tras las puertas”, mientras nos “empuja” a la incredulidad a pesar de que “necesitamos creer”.

Sus fotos demuestran que “… si bien no hay nada más creíble que una imagen, la verdad es otra historia”. En su trabajo, Jackson añade: "…la semejanza se vuelve real y la fantasía se solapa con creíble”

El parecido es extraordinario pero obviamente los modelos a los que fotografía son dobles y las situaciones irreales

En nuestro día a día manejamos cada vez más datos agregados, calculados muchas veces utilizando fórmulas que apenas conocemos, y que son la base sobre la que debemos tomar decisiones de cierta importancia. Algunos, a pesar de su enunciado, pueden decirnos poco si no conocemos los pormenores de su elaboración.

Para empezar, los datos estadísticos en sí no son malos, ni aunque no sean completamente precisos. Lo más importante para que un dato cumpla su misión, es decir que refleje fielmente la realidad que se analiza, debe ser significativo pero sobretodo que sea preciso, es decir que mida la realidad sin ninguna desviación.

Un ejemplo, muy típico se produce cuando hablamos del nivel de precios de una economía. Normalmente todos nos centramos en el índice de precios al consumo (IPC). Muchos bancos centrales, como por ejemplo el BCE, tienen definido la estabilidad de precios en que la tasa interanual de crecimiento del IPC no supere el 2%, pero que tampoco quede muy alejado a la baja (¿?).

En el caso de la Reserva Federal, el objetivo de variación de los precios preferido no es el del IPC si no el “Core PCE deflactor” o deflactor del consumo personal. Las diferencias de ambos indicadores son relevantes. Primeramente, en el caso del “Core PCE”, se adopta una pauta de seguimiento en el que los precios más volátiles de los alimentos y la energía no se toman en consideración al tomar una tasa subyacente o “core”. La FED considera que si hay presiones alcistas se observarán mejor en los otros componentes y si se incorporasen estos componentes más cambiantes podrían existir señales falsas.

Por el contrario el BCE estima que todos los componentes, al final y al cabo, implican un incremento en el coste de la vida y que puede darse el caso de que un alza persistente en estos elementos más volátiles tenga finalmente efectos de segunda ronda (transmisión a los salarios).

Como segunda gran diferencia y obvia es que son dos indicadores de precios distintos y que por tanto incorporan ponderaciones distintas en los componentes. Lo más significativo es precisamente la ponderación en la estimación del coste de alquiler de la vivienda (aunque los ciudadanos tengan comprada la vivienda se asume un coste de renta por disponer de una casa).

En el caso del IPC subyacente de EE.UU. el peso sobre la cesta final es del 42% versus al 15% de ponderación en el “Core PCE”. Ahora la pregunta lógica sería considerar una estimación del coste del alquiler futuro. Pues bien se pronostica que éste va a tener una elevación dado que los índices de propiedad de la vivienda se están reduciendo.

Todo ello podría generar un aumento del diferencial entre este IPC subyacente y el Core PCE que en promedio en los últimos 20 años era de un 0,4% (menor el Core PCE deflactor).

Por otro lado, por muy preciso y significativo que sea un indicador, la realidad es muy compleja. Ello generalmente requiere que para acercarnos honradamente a ella sea preciso tener en cuenta varios indicadores.

La tasa de paro americana se sitúa en el 6,3% poco más de un punto por encima de lo que habitualmente cabría interpretarse como pleno empleo (5,0%). Sin embargo es bien sabida que la preocupación sobre la situación del mercado laboral continúa siendo una constante para la FED. Aquellos que se preocupaban por la fuerte caída de la tasa de actividad (en mínimos desde los 80’s), se acercaban más a la realidad del mercado laboral ya que solo la tasa de paro no era el idónea para sacar un juicio de la situación del mercado laboral.

Por último con los datos hay que sacar conclusiones lógicas. Por muy malo que haya sido el invierno en los EEUU, una caída del PIB del 2,9% no se explica por razones climatológicas. Y mucho menos es una razón para suponer que el segundo trimestre sea mejor.

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