El dividendo gana brillo para los inversores más conservadores
El inversor más conservador, aquel que veía en los depósitos y en la renta fija las mejores opciones para obtener unas jugosas rentabilidades asumiendo el mínimo riesgo, se enfrenta ahora a un nuevo escenario de tipos bajos promovidos por las políticas de los bancos centrales.Esto está provocando que obtener buenos retornos a través de tales instrumentos sea cada vez más complicado.
Con los depósitos reducidos a la mínima expresión y las letras en mínimos históricos, quien quiera conseguir unos flujos de renta atractivos se ve abocado a incrementar su exposición a la renta variable, y uno de los criterios a tener en cuenta a la hora de escoger un valor u otro puede ser el dividendo, especialmente para aquellos que realizan una inversión a medio y largo plazo. Pero no todo vale. Desde Inversis Banco indican que, además de la rentabilidad por dividendo, hay fijarse en cómo se genera ese dividendo, si se paga en acciones o en efectivo, el flujo de caja libre de la empresa y que ésta tenga potencial para mantener su valor en Bolsa.
“El mercado español se ha caracterizado por ser uno de los más generosos en la retribución al accionista”, indica Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank. Un ejemplo de ello es la rentabilidad por dividendo del Ibex 35, que incluso en los momentos de mayor dificultad se situaba a la cabeza de las plazas europeas. Esto en buena medida se ha debido a la diversificación de las fórmulas de retribución. A día de hoy, el selectivo cuenta con una rentabilidad por dividendo del 4,5%, frente al 2,6% del Dax alemán o el 3,1% del Cac francés.
Concluida la fase más dura del desapalancamiento y con la vista puesta en la recuperación y mejora de los resultados empresariales, es de esperar que la retribución al accionista recobre el pulso perdido en ejercicios pasados. En 2013, y según datos de BME, las cotizadas repartieron 22.000 millones frente a los 26.800 millones del año anterior. Para 2014, y de acuerdo a las estimaciones de FactSet, esa cifra podría aumentar hasta 24.000, lejos todavía de los 33.000 millones que se repartieron en 2009.
De las 35 empresas que componen el selectivo, Santander es la cotizada que goza de la rentabilidad por dividendo más atractiva a cuenta de los resultados de 2013 (7,75%). El banco que preside Emilio Botín ha logrado mantener una retribución elevada gracias al recurso del scrip dividend o dividendo elección.Desde que en 2009 introdujera esta fórmula, la entidad ha recurrido a ella para distribuir parte de sus beneficios a los accionistas. En concreto, lleva cinco años consecutivos repartiendo un dividendo anual de 0,6 euros y, de momento, parece que así seguirá siendo, según señaló su consejero delegado, Javier Marín, a comienzos de año.
La gran ventaja del scrip dividend para las empresas que recurren a él es que permite premiar la fidelidad del accionista a la vez que limita la salida de caja. Por contra, para el accionista supone una dilución de su participación, al ponerse en circulación nuevas acciones.
En todo scrip dividend el accionista dispone de tres opciones. La primera de ellas es la recepción de las nuevas acciones. La segunda, la venta de los derechos de suscripción preferente en el mercado, y la tercera, solicitar a la compañía la compra de los títulos o, lo que es lo mismo, cobrar el efectivo.
Al principio, el scrip dividend estaba asociado al sector financiero. Pero en los últimos años compañías de todo tipo han adoptado esta fórmula para el reparto de todo o parte de sus dividendos.Así, en 2013, el 40% de los dividendos distribuidos en el mercado español fue por medio del scrip dividend. De cara a próximos ejercicios, los expertos apuestan por una vuelta progresiva al efectivo. “La mejora de las perspectivas económicas y de acceso de las empresas a la financiación con emisiones de deuda a tipos bajos” ayudarán a dar el paso, según indica Carlos Fernández, analista de XTB.
Después de Santander, Repsol es la siguiente en la lista en lo que a rentabilidad por dividendo se refiere (7,36%). La petrolera, que se encuentra en pleno proceso de retribución al accionista –el 9 de julio entrega 0,48 euros por acción con cargo a los resultados de 2013 a través del scrip dividend–, distribuyó el 6 de junio un dividendo extraordinario de 1 euro por acción, pero este con cargo a los resultados del presente ejercicio y en efectivo. El desembolso de los 1.324 millones de euros que efectuó la compañía se produjo después de cerrar la venta de todos los bonos argentinos obtenidos como compensación por la expropiación de YPF.
A Santander y Repsol le sigue Telefónica, con una rentabilidad por dividendo del 5,9%. La operadora, que a mediados de 2012 decidió suspender temporalmente la retribución al accionista para acelerar el desapalancamiento y cumplir con los objetivos de deuda (previamente había recurrido al scrip dividend para limitar la salida de caja), retomó el dividendo en noviembre de 2013. El pasado 7 de mayo distribuyó entre sus accionistas el segundo tramo y esta vez lo hizo por medio de efectivo. Con cargo a 2014, la compañía que preside César Alierta repetirá la misma cantidad, 0,75 euros por acción, y bajo la misma fórmula, combinando efectivo con la entrega de acciones.
BME es uno de los más generosos y, a diferencia de las anteriores compañías, todos sus pagos los realiza en efectivo. El operador de la Bolsa repartió un dividendo de 1,65 euros por acción con cargo a los resultados de 2013, es decir, un 3% más que en el ejercicio anterior. Como compensación a la eliminación de su dividendo extraordinario, la empresa incrementó un 8% el pago de mayo, pasando de los 0,6 euros a los 0,65 euros por acción. Con todo esto, y a pesar de la fuerte revalorización que acumula en 2014, su rentabilidad por dividendo se sitúa en el 5,9%.
Un caso similar al de BMEes el de Enagás.La gasista ha escapado a la tendencia del reparto de acciones y se decanta por el efectivo. Después de elevar un 14% el dividendo con cargo a los resultados de 2013, el consenso de los analistas consultados por Factset espera que para el presente ejercicio su dividendo se incremente un 3% adicional.
Además de las anteriores compañías, que se sitúan a la cabeza del Ibex 35 en lo que a rentabilidad por dividendo se refiere, otras 10 cotizadas del selectivo (Abertis, Abengoa, ACS, BBVA, CaixaBank, Ferrovial, Gas Natural, Iberdrola, Mapfre y Red Eléctrica) cuentan con una rentabilidad por dividendo superior a los tipos de interés de la deuda española a diez años.
Tomando como referencia la retribución al accionista, fuera del índice de referencia de la Bolsa española, algunas apuestas interesantes serían Dinamia Capital, con una rentabilidad por dividendo, según el consenso de FactSet, del 10,3%, Duro Felguera (7,93%) o Clínica Baviera (5,25%). El inconveniente de estas compañías respecto a los blue chips radica en su mayor volatilidad.