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Tribuna
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Beneficios de los bonos indexados a la inflación

Con la nueva emisión del bono a 10 años ligado a la inflación europea, España se suma a la lista de países que buscan diversificar su financiamiento a través de bonos indexados a la inflación. Los bonos indexados a la inflación son bonos en los que, a diferencia de los bonos nominales, los pagos de intereses y el pago del principal se van ajustando por el incremento de los precios de bienes y servicios medidos por un índice de precios de referencia.

En el caso de la nueva emisión por parte del Tesoro español, el índice de precios de referencia es el índice de precios de consumo armonizado ex tabaco (IPCA) para la zona euro, publicado mensualmente por Eurostat. Existe consenso sobre los principales beneficios que los bonos indexados a la inflación generan para distintos agentes: los inversores, el Tesoro y los responsables de la política monetaria.

Los bonos indexados a la inflación permiten a los inversores cubrir su poder adquisitivo del riesgo inflacionista. La cobertura es perfecta si el inversor mantiene el bono hasta vencimiento. Sin embargo, es frecuente que el periodo de cobertura que busca el inversor difiera de los plazos de los bonos ofrecidos en el mercado.

El nuevo bono indexado español tiene vencimiento el 30 de noviembre de 2024, por lo tanto para periodos de inversión inferiores a diez años los inversores no tendrían una cobertura perfecta. Hasta vencimiento, el precio del bono sufrirá variaciones determinadas por cambios en la tasa de interés real (coste de financiamiento del Tesoro) y que podrán generar pérdidas no relacionadas con la inflación realizada. Por ello, para que el mercado de bonos indexados permita la cobertura del poder adquisitivo es necesario que exista un espectro suficientemente amplio de bonos indexados con distintos plazos de vencimiento.

Para un Gobierno, la emisión de este tipo de activos posibilita la diversificación de las fuentes de endeudamiento. Los bonos nominales incluyen para distintos vencimientos una prima por la incertidumbre sobre la inflación futura.

Los bonos indexados a la inflación reducen el coste de la financiación porque evitan el pago de esta prima. Sin embargo, porque las primas no son observables, no existe consenso sobre si el ahorro ligado a los bonos indexados es o no efectivo. Por una parte, en aquellos países con niveles de inflación bajos y estables, la prima por inflación suele ser baja. Por otra, si el Tesoro no es capaz de crear un mercado profundo y suficientemente líquido sobre este bono, el ahorro de la prima de inflación puede no compensar la aparición de una nueva prima, la denominada prima de liquidez, que supone un coste extra para el Tesoro.

La evidencia empírica sobre el programa de bonos indexados a la inflación llevado a cabo por parte del Tesoro de EE UU desde 1997 no es concluyente. Durante la crisis financiera de 2008, la prima por liquidez de los bonos indexados a 10 años llegó a superar los 100 puntos básicos aun cuando la prima de inflación no suele superar los 20 puntos básicos.

Por último, la emisión de bonos indexados a la inflación como complemento a la emisión de bonos nominales permite recabar información sobre las tasas de interés real a distintos plazos y sobre las expectativas de inflación por parte del mercado. La diferencia entre las tasas de interés nominal y real a distintos plazos se conoce como el punto de inflación de equilibrio (breakeven inflation rates) y refleja aproximadamente las expectativas de inflación para el mencionado plazo.

En el caso de España, por ejemplo, a día 20 de mayo la rentabilidad a vencimiento del bono indexado es del 1,799% comparada con 3,127% que ofrecen los bonos nominales con similar plazo. Así, la inflación promedio esperada por el mercado para los próximos 10 años es de 1,335%, muy por debajo del 2% de objetivo de inflación que tiene el Banco Central Europeo. Para poder computar los beneficios reales del nuevo programa de emisión de bonos indexados por parte del Tesoro de España deberemos esperar al menos 10 años, durante los cuales debiéramos observar una emisión continua de deuda indexada y a distintos plazos.

Juan Toro es profesor de la IE Business School.

Jonatan Saúl trabaja por Arfima Trading SL.

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