Ocho claves para no ser víctima de un chiringuito financiero
El hecho de tener la oficina en una de las zonas más caras y exclusivas de Madrid, vestir elegantemente y usar tecnicismos a la hora de explicar el producto no garantiza que la empresa de inversión que ofrece sus servicios no sea un chiringuito financiero.
Y es que tienen apariencia de empresas de inversión respetables para atraer a sus redes a los clientes para que estos bajen la guardia a la hora de invertir. Con un señuelo de elevadas rentabilidades con productos financieros o productos que ofrecen extratipos intentan captar clientes a los que estafar a sus ahorros y salir corriendo antes de que el estafado se dé cuenta de donde ha metido su dinero.
En el último año, las cifras de advertencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre empresas no autorizadas pilladas han bajado. En 2012, había cerca de 100 (solo españolas) mientras que esta cifra pasó a 33 en 2013 y en lo que llevamos de año son 20. “El que haya menos aprensiones de droga no quiere decir que haya menos droga circulando. Pues esto pasa con los chiringuitos financieros. Lo que sabemos es que se pillan menos, no que haya menos”, explica Josep Soler, presidente de EFPA Europa. Y es que según explican los expertos cada vez es más difícil pillar a los chiringuitos financieros.
“La reducción no es del todo real en cuanto a la desaparición de entidades, si no que en ocasiones han conseguido camuflarse mediante otro tipo de vehículos que han logrado pasar desapercibidos ante el regulador. Se habla de mutaciones de estas entidades hacia clubs de inversores, cursos formativos, e incluso se aprovechan de que la gente es desconfiada en cuanto a las inversiones en Bolsa se refiere y buscan a asesores personales y no bancos, ante las dudas que han generado estos últimos en la sociedad, y es aquí donde vuelven a golpear este tipo de entidades”, explica Victoria Torre, jefa de producto y análisis de Self Bank.
¿Qué se puede hacer para no ser víctima de uno de ellos?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que estas empresas no están sometidas a las normas que regulan los mercados de valores y que están cubiertas por el Fondo de Garantía de Inversiones (FGI) del que se puede beneficiar el inversor en caso de insolvencia de la entidad. Sí que cuentan con esta protección las sociedades y agencias de valores, las sociedades gestoras de cartera, los bancos y las cajas de ahorro y las EAFI (empresa de asesoramiento financiero).
1. Victima potencial
No existe un perfil concreto de victima ya que a menudo se trata de estafas muy elaboradas y con apariencia de credibilidad en las que puede caer cualquier: pequeños empresarios, particulares con cierto nivel de ahorro, profesionales liberales, etc “Es fácil resultar vulnerable ante las promesas de enriquecimiento rápido y sin riesgo de los chiringuitos financieros, que por muy bien construidas que estén siempre son falsas”, explica la CNMV en su guía.
2. Atentos a las técnicas de captación
Los canales que emplean no son distintos a los que emplean empresas de servicios de inversión. La diferencia está en la manera, el tipo de mensajes y la actitud general que muestran para lograr sus objetivos. Para obtener los contactos, recurren a bases de datos, muchas veces, de manera fraudulenta de las que extraen las direcciones de personas que, por ejemplo, han suscrito un determinado producto financiero o que reciben periódicamente una publicación económica o que en alguna ocasión contestaron a encuestas.
La llamada de teléfono es uno de los métodos preferidos por los chiringuitos porque así pueden ejercer cierta presión psicológica para persuadir a los inversores. Son llamadas en frio que no responden a ninguna solicitud previa de comunicación. Este método es legal y lo emplean las entidades autorizadas pero, normalmente ya somos clientes de esas entidades.
Las cartas y materiales publicitarios que, en ocasiones constituyen su tarjeta de visita suelen ser escrupulosos e intachables desde el punto de vista de marketing. Mediante lujosos folletos pueden presentar inversiones sofisticadas y excepcionalmente prometedoras y solicitan a los destinatarios que contacten con ellos rellenando un cupón. Por otro lado, el gran éxito de internet como herramienta de marketing directo se basa en que permite a los anunciantes acceder a una amplia masa de receptores a un coste muy inferior al de los medios tradicionales. Este hecho, unido al del anonimato, ha dado lugar a utilizaciones abusivas del medio.
3. No se deben dar datos personales
La CNMV aconseja que nunca se confíe información personal o confidencial a personas o empresas desconocidas. Hay que eliminar todos los correos electrónicos que soliciten información confidencial. Si la solicitud parece legítima, hya que utilizar un número de teléfono establecido para verificarla. Además, se recomienda no acceder a su entidad a través de enlaces, sino tecleando la dirección URL en la barra de direcciones y que, en caso de que sea posible, hay que instalar en el ordenador una solución antiphishing o antipharming.
4. Podemos ser victimas de una estafa piramidal
Es habitual, que las personas tomen sus decisiones de inversión basándose en recomendaciones de conocidos o familiares en quienes confían. Sabiendo esto, en ocasiones, los chiringuitos pagan grandes beneficios a los primeros clientes, utilizando para ello su propio dinero o el de otros inversores; esto es lo que se denomina estafa piramidal. Así, la aparente eficacia de su gestión se difundirá de forma espontánea entre el círculo de relaciones de esos clientes satisfechos.
Las recomendaciones personalizadas de inversión deben ser hechas siempre por un profesional o entidad autorizada para ello , ya que lo que es bueno para un inversor puede no serlo para otro, dependiendo de sus diferentes circunstancias personales y financieras. "Es decir, la confianza en el amigo o familiar que nos aconseja no debe de ser el argumento determinante para decidir una inversión, ya que pueden faltarle datos o haber sido él mismo sorprendido en su buena fe", explica la CNMV en su guía.
5. Usan la presión psicológica
La conversación, ya sea por teléfono o mediante cualquier otra vía, suele comenzar de forma cordial, pero si la potencial víctima muestra cierta resistencia es fácil que el estafador pase a utilizar argumentos y modos más agresivos. Esto constituye una diferencia fundamental con las entidades autorizadas, cuyos comerciales siempre respetan el derecho del posible cliente a no estar interesado.
Estos chiringuitos no aceptan un no por respuesta, sino que insisten de forma reiterada y cada vez más agresiva. Pueden llegar a recurrir a la descalificación, cuestionando la inteligencia o habilidad del inversor para tomar una decisión. Transmiten la idea de estar haciendo un gran favor al poner a su alcance la posibilidad de obtener ganancias excepcionales, de forma tan sencilla que resulta absurdo cuestionarlo. Las entidades autorizadas nunca presionan al cliente
6. Apremian al inversor para que tome una decisión rápida
Cualquier inversión debe abordarse con suficiente conocimiento de las características y riesgos del producto, por lo que es importante tener claros todos los extremos antes de comprometer el capital. El inversor necesita tiempo para decidirse y tiene derecho a expresar y obtener respuesta a todas sus dudas. Sin embargo, los chiringuitos presionan a la víctima para obtener una respuesta afirmativa inmediata, sin darle ocasión para reflexionar. Los verdaderos profesionales nos plantearán ofertas realistas.
7. Desconfiar de las promesas de rentabilidades excepcionales sin riesgo deben hacernos desconfiar de manera inmediata.
8. Modo de protegerse
Lo más importante es desconfiar ante los comportamientos expuestos mas arriba y verificar ciertas informaciones pidiendo información al organismo supervisor y exigir respuestas concretas a la persona de contacto del chiringuito.