Europa quiere resolver la crisis sin transferir un euro de norte a sur o de oeste a este. Y exigir, al mismo tiempo, que cada país se las apañe con sus problemas de desempleo o de pobreza. Una cuadratura del círculo condenada al fracaso.
No se pueden cegar al mismo tiempo los canales de transferencias financieras y los de mano de obra. Los expertos recuerdan que en una Unión monetaria como la europea, en la que los países han perdido el control del tipo de cambio y de los tipos de interés, los ajustes se hacen con rebajas de salarios y de precios, pero también con trasvases presupuestarios o movilidad de la mano de obra.
Tarde o temprano, las capitales prósperas del continente tendrán que elegir. O mecanismos de solidaridad con las zonas más vulnerables o acostumbrarse a que los ciudadanos de esos países deambulen por sus calles a la búsqueda de trabajo.
Hasta ahora, los países más ricos, con Alemania a la cabeza, se han limitado a culpar de la crisis a los países afectados y se han negado a cualquier tipo de apoyo, sea en forma de préstamos a fondo perdido, condonación de deudas o emisión de eurobonos.
Su única oferta consiste en rescates que descargan el ajuste de manera indiscriminada sobre toda la población para garantizar que los acreedores (bancos alemanes o franceses, en gran parte) recuperan el 100% de su inversión.
De poco les servirá una simple directiva en un continente donde no hay fronteras y donde los "expulsados" pueden regresar al poco tiempo o, incluso, quedarse sin ningún problema en el país que les niega el permiso de residencia.
Y eso es lo que hacen, quedarse. De ahí que en los medios veamos entrevistas con personas "expulsadas" que siguen en Bélgica o en Alemania. Les da igual que les cierren el acceso a subsidios y coberturas sociales porque la alternativa es volver a unos países donde no tienen trabajo.
"Para salvar la brecha entre el norte y el sur de Europa necesitamos construir puentes entre la cultura de la estabilidad y la de la solidaridad", ha señalado hoy en Bruselas el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Y su colega de Competencia, Joaquín Almunia, ha recomendado coordinar las políticas de impuestos y de empleo.
Otros, como el ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, ya defienden la europeización del seguro de desempleo, con un fondo común que corra con los gastos del paro con independencia de la nacionalidad o el lugar de residencia del beneficiario.
Por una vía o por otra tendrán que abrirse vasos comunicantes entre las distintas áreas para que no estalle socialmente la zona euro. Así se hizo durante la reciente crisis financiera, a través del BCE, y se evitó que reventase el sistema financiero. Habrá que repetir el modelo porque, como ha dicho Almunia, "el BCE sí que estaba bien diseñado".
Comentarios
Excelente artículo; lógico, simple y profundo, lo que es una garantía de que su análisis es acertado. Y, ¿ qué se puede hacer frente a esta situación si los que tienen capacidad de decidir se niegan a rectificar ?.
Es frustrante pensar en la unidad de Europa.
Las tensiones parece que no van a remitir, sino todo lo contrario con políticas así.
Como ciudadano, no es que esté pendando a quién votar en las elecciones europeas, sino en si votaré o no votaré, y ahora estoy más por la última opción.
Europa desencanta
Un excelente artículo que puede servir de base para una tesis doctoral.Hasta ahora Merkel solo se ha preocupado en garantizar que los acreedores (bancos alemanes o franceses) recuperen el 100% de su inversión mediante rescates que descargan el ajuste de manera indiscriminada sobre toda la población. Si determinados ciudadanos se excedieron en pedir préstamos, determinados acreedores se excedieron en la concesión de los préstamos. Pero aquí solo se ha trabajado en una sola dirección: todos los préstamos han de ser devueltos.Pero los Tratados son los Tratados y nadie los puede incumplir. La libre circulación de personas dentro de la Unión Europea es un derecho y nadie lo puede parar. Es más yo diría que es una obligación por parte de los trabajadores en buscar trabajo en cualquier país de la Unión. Primero hay que aprender las lenguas, que es el gran inconveniente de la Unión. La situación actual no es problema en EEUU donde los desplazamientos de un Estado a otro no tienen el inconveniente del idioma. El desplazamiento entre los diferentes Estados está enraizada en la cultura de los EEUU. Coordinar las políticas de impuestos y de empleo es una tarea que puede durar décadas y la solución de la búsqueda de trabajo es para hoy.La vía de la libre circulación de trabajadores está abierta y los trabajadores deben utilizarla. Los países europeos no pueden ponerle puertas a su propio campo. Por mucho que gesticule la extrema derecha ya no puede parar el río. Mienten y sus mentiras se las creen los santos inocentes.
El BCE ha estado actuando como el banco central alemán.Ahora que parece que la cosa no va a funcionar, con la previsible avalancha de ciudadanos del este de Europa (en España ya hay un millón de rumanos y búlgaros), Alemania aplica la política del apáñatelas como puedas.Los países como alemania han estado históricamente bajo la amenaza de minorías radicalizadas, pues la base de la población no tiene dónde caerse muerta, con 10 millones de ciudadanos viviendo bajo el umbral de pobreza.Si esa ingente masa de desfavorecidos tiene que repartir la pobreza, en algún momento la situación puede estallar, llevándose por delante a los partidos governantes y sustituyéndolos por (más) extremistas, o llevándose por delante la república misma.España ha mantenido una singularidad con respecto a esos países; no participamos en los dos genocidios del siglo XX, ni la clase trabajadora ha estado viviendo en un régimen de semiesclavitud; tan sólo en los últimos 35 años ha conocido un desempleo masivo, pero no otra cosa es el tremendo paro encubierto de países como alemania o inglaterra.Antes que seguir adelante con ese infierno fiscal y burocrático que es la uniión europea, sería mejor defender un modo de vida español que millones de ciudadanos europeos se esfuerzan por compartir viniendo a vivir con nosotros.