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Columna
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Esclavos de los ‘megasalarios’

Para los altos ejecutivos de las empresas, la vida simplemente va a mejor. Los resultados de 2013 aún se desconocen, pero una encuesta realizada por CMI Ratings mostró que el salario medio de 2.200 consejeros delegados de Estados Unidos aumentó un 8,4% en 2012 con respecto a 2011. ¿Puede algo acabar con esta ofensiva de los privilegiados?

Los propios jefes de los jefes, los accionistas, deberían tener cuidado. Ellos están perdiendo. El activista David Winters de Wintergreen Asesores calcula que los ejecutivos de Coca -Cola podría terminar siendo dueños de hasta el 14,2% de la compañía. Pero los accionistas suelen estar representados por inversores institucionales. La mayor parte están bien pagados y saben que los consejeros delegados, cuyos paquetes se miden en millones y decenas de millones de dólares, se sienten pobres en comparación con los jefes del capital privado que los cuentan en unidades de cien millones.

El escándalo generado por activistas externos podría tener más posibilidades de cambiar esas prácticas. Pero los jefes y miembros de los consejos de administración, en su mayoría dirigentes ellos mismos, viven en su propio mundo feliz.

Por otro lado están los impuestos. Los jefes podrían estar menos angustiados por el próximo cobro de un millón de dólares si solo recibieran 200.000 dólares. Un impuesto punitivo sobre las ganancias corporativas cuando la relación del sueldo del dirigente con el salario medio superase un umbral podría hacer más.

He aquí una idea más: elevar los tipos de interés para revertir la reciente inflación de precios de activos y aumentar el gasto por intereses. Eso haría los objetivos de beneficios más difíciles de alcanzar y haría bajar los precios de las acciones y el valor de las adjudicaciones de títulos. En un entorno más difícil, algunos consejos podrían incluso podría sacudirse su letargo sobre los sueldos.

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