Coches modernos, gestión anticuada
Volkswagen se acerca a su objetivo de convertirse en el mayor fabricante de coches del mundo en 2018. Pero algunas partes del imperio de la compañía alemana parecen tambalearse. Una rentabilidad global débil, que destaca por las débiles perspectivas del grupo para el 2014, es síntoma de un problema grave: la dirección está anticuada para un extenso conglomerado de 12 marcas.
Las firmas son en su mayoría fuertes, la empresa cuenta con tecnología de vanguardia y el rendimiento en China es excelente. Volkswagen no se enfrenta a una crisis general. Pero no llega a las expectativas, algo de lo que se dan cuenta los inversores.
El grupo ha sido capaz de transformar un impresionante volumen de crecimiento en márgenes más altos. Los ingresos han aumentado en un 25% desde 2011, pero el beneficio operativo se ha estancado. La débil previsión de Volkswagen implica que esto no va a cambiar en 2014.
La marca de lujo Audi, que genera una cuarta parte de los ingresos de Volkswagen, pero más del 40% de su beneficio operativo, cuenta con una gama de productos que envejecen y van perdiendo el favor de los clientes. La dirección central, en Wolfsburgo, reemplazó al director de I+D de Audi a mediados de 2013, pero la renovación llevará tiempo.
La lenta respuesta a los problemas se remonta a la dependencia excesiva del grupo de dos hombres de edad avanzada, Ferdinand Piech, su presidente de 75 años de edad, y Martin Winterkorn, consejero delegado de 65 años. Las empresas de automóviles pueden prosperar con grandes personalidades en la dirección, pero VW es un grupo con 197 millones de euros de ingresos que hace de todo, desde motos Ducati a motores MAN para barcos. Necesita un estilo menos centralizado y no dominado por una sola personalidad. Para esta empresa, planificar la sucesión de Piech y Winterkorn es su desafío más importante.