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Columna
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El verdadero villano

¿Qué o quién es responsable de la fusión de los mercados? Con una caída de las acciones japonesas del 14% desde el comienzo del año y la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense de nuevo en niveles de hace tres meses, la fuga de capitales de los mercados emergentes se ha vuelto una preocupación mundial.

Los inversores huyen de los activos considerados de riesgo con una prisa indecorosa. La salida es particularmente complicada en los países que dependen del voluble dinero como soporte de gobiernos irresponsables, empresas y consumidores.

En tiempos normales, la economía global no parecería lo suficientemente mala como para impulsar nada parecido al actual contagio en el mercado global. Es cierto que algunos países relativamente pequeños tienen problemas graves, el crecimiento en los líderes de los mercados emergentes se está desacelerando, y las últimas cifras de Estados Unidos y China son desalentadoras. Pero el panorama económico global sigue teniendo más claros que oscuros. Los desastres son escasos, las ralentizaciones siguen siendo modestas, y la mayoría de las economías europeas están, al menos, creciendo.

Los inversores están en su lugar inquietos por el final de un largo período de dinero fácil. La Reserva Federal de Estados Unidos está recortando la su programa de estímulo monetario y los tipos de interés están aumentando –o se van a incrementar– en muchos mercados en desarrollo.

La amplia oferta de dinero gratis ha impulsado los mercados de activos, y podría haber hecho algo por la economía real, pero definitivamente ha alterado los mercados de divisas y el sistema financiero mundial. Sin embargo, se está exagerando. En términos relativos, la política monetaria sigue siendo generosa. Pero si unos pequeños ajustes monetarios y unos inversores muy emocionales producen tantos problemas, un mayor ajuste podría ser terrible para los mercados.

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