La deuda pública en manos de inversores extranjeros alcanza máximos desde 2011
La mejora de la confianza de la que tanto se habla en los últimos meses empieza a dar sus frutos. Los inversores extranjeros ven con buenos ojos el futuro de la economía española. Eso unido al apetito de los no residentes por la renta fija y variable española les llevan a convertirse en el principal sustento de la deuda española, algo que hasta la fecha quedaba reservado para la banca. Según datos del Tesoro a cierre de diciembre de 2013 los inversores foráneos tenían en sus manos 297.702 millones de euros, lo que equivale al 43,69% del total de deuda española en circulación. Es decir, en el último mes del año los no residentes compraron 24.530 millones de deuda soberana. Con estas adquisiciones la cantidad de deuda en manos de extranjeros regresa a niveles de 2011, coincidiendo con el estallido de la crisis de deuda.
En un entorno de tipos de bajos como el actual, en el que la renta fija ha dejado de tener atractivo, la deuda de la periferia en general, y la española, en particular, sigue conservando los retornos más jugosos. Es decir, a pesar de la rebajas del bono a diez años, que cerró el año en el 4%, la deuda soberana sigue despertando el interés fuera de nuestras fronteras.
En el balance del año, los inversores extranjeros han adquirido 73.040 millones. Este aumento contrasta con la caída registrada en 2012.En aquella ocasión y ante los rumores que apuntaban a un posible rescate, los inversores extranjeros redujeron su exposición y vendieron 56.777 millones.
Mientras los inversores extranjeros incrementan sus posiciones en la deuda pública de España, la banca realiza el movimiento inverso. En el último mes del año las entidades de crédito se han despojado de parte de su cartera de deuda y según los datos que recoge el Tesoro en diciembre vendieron 18.957 millones de euros. Esta estrategia, que se viene repitiendo desde agosto, se ha visto intensificada en la recta final del año con vistas a los test de estrés.
En el examen a la banca que efectuará el BCE, las autoridades analizarán con todo detalle la cartera de deuda de las entidades, pudiendo penalizar a aquellos bancos que concentren un gran cantidad de estos activos. El encargado de la política monetaria de la eurozona ya advertía el lunes que en esta ocasión las pruebas serán más exigentes.El objetivo es diluir el binomio riesgo país y riesgo bancario así como sentar las bases para la adaptación de Basilea III.
El tratamiento que se dé a la deuda, que según la Autoridad Bancaria Europea será valorada a precios de mercado, es el principal riesgo al que se enfrenta la banca española. Las entidades, que ya provisionaron su exposición al ladrillo, pueden verse obligadas a dotar generosamente la cartera de vencimiento o aquellos títulos que mantengan hasta su reembolso.
En el conjunto de 2013 las entidades, que en lo peores momento de la crisis de deuda fueron el sostén de las subasta del Tesoro, se han despojado de 7.865 millones frente a la compra de 102.355 millones registradas en los 12 meses de 2012.
Compras que han rebajado el coste de emisión
El buen comportamiento registrado por la deuda española en 2013 ha tenido su continuación en este inicio de 2014.La rentabilidad del bono a diez años ha pasado del 4,1% que marcaba el 31 de diciembre al 3,76% que registraba ayer al cierre.
El mercado ha valorado los esfuerzos realizados por España en materia de consolidación fiscal y después de las turbulencias vividas en 2012, en noviembre el Tesoro ya había completado el 100% de las emisiones previstas para el conjunto del año.
De continuar esta buena marcha, las previsiones contenidas en los Presupuestos Generales de 2014 sobre los intereses a pagar por la deuda quedarían obsoletas.El Ejecutivo en sus estimaciones calculaba un desembolso de 36.590 millones en intereses, pero tomaba como referencia un bono en el 4,3%. En los niveles actuales el ahorro superaría los 1.200 millones.
En el nuevo ejercicio, el organismo dependiente del Ministerio de Economía pretende captar 133.300 millones de euros. El jueves el erario público se enfrenta a una nueva prueba en la que intentará colocar 4.500 y 5.500 millones de euros en bonos a tres y cinco años. Hasta la fecha ha colocado 22.096 millones de euros dentro del programa de financiación a medio y largo plazo, lo que representa el 16,6% de la previsión de emisión incluida en la Estrategia del Tesoro para 2014.
En las últimas subasta, además de vender el máximo, el organismo que dirige Íñigo Fernández de Mesa ha reducido el precio.
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