De becario a empleado: claves para conseguir un contrato
Con la crisis conseguir un empleo se ha convertido en una misión casi imposible. En muchas empresas prácticamente solo se puede aspirar a trabajar como colaborador o becario. Pero, para evitar convertirse en el eterno becario, TISOC Coaching, una escuela europea dedicada al coaching, ha lanzado un decálogo de pasos a seguir si el becario realmente quiere conseguir un contrato allí donde ya ha metido la cabeza.
Las diez pautas, creadas por el coach ejecutivo y presidente de TISOC, Ricky Gomes, dan una idea de las actitudes más valoradas en el ámbito empresarial y las claves para elaborar un plan de acción que permita pasar de una beca a un contrato de trabajo.
1. Evaluar si hay posibilidades realistas de quedarse en la empresa: Si se cree firmemente que hay posibilidades reales de obtener un empleo en la empresa donde se es becario, es mucho más fácil transmitir una sensación de pertenencia a la organización, algo sutil pero que los especialistas en selección y directivos huelen a kilómetros y valoran mucho.
2. Identificar la cultura corporativa y adaptarse a ella: No se trata de que el becario se transforme en otra persona, sino de tener en cuenta esa cultura para adaptarse dentro de la propia identidad. A veces es más importante encajar que ser muy bueno en lo que se hace.
3. Trazar un plan de acción por escrito desde los primeros días: Hay que confiar en los propios recursos y, si es posible, saber diferenciarse y marcar la diferencia. Es decir, buscar huecos que todavía no hayan sido explorados por ningún otro trabajador de esa compañía. Hacerse imprescindible en alguna materia. Además, es importante mostrar la valía a las personas adecuadas y hacer saber que uno es capaz de desemvolverse bien en el área en el que se participa.
4. Filtrar los consejos y fiarse más de la información propia para hacer un plan efectivo: Con la mejor intención del mundo, la familia, los amigos e incluso los compañeros de trabajo pueden transmitir falsa creencias que hacen un flaco favor. Es el becario el que conoce más la empresa desde dentro, el que ve cómo se trabaja a diario, lo que gusta y lo que no gusta tanto. Hay que saber indentificar a las personas clave, aquellas que pueden ayudar a adquirir más conocimientos y aquellas que tienen voz en materia de contrataciones.
5. Mostrar con palabras y acciones que se está interesado en trabajar en esa organización: Generalmente a un colaborador junior no se le suele pedir un gran curriculum, ya que está comenzando su carrera y no puede justificar mucho más allá de un determinado nivel formativo y una experiencia muy limitada. A cambio, sí que se le suele pedir un alto grado de motivación y de compromiso, que anticipe las ganas de aprender y de crecer en la empresa.
6. Los objetivos de la empresa van por delante del lucimiento personal: Es muy importante identificar los objetivos de la empresa, alinearse con ellos y tenerlos en cuenta en cada una de las tareas del día a día. Muchos becarios insisten tanto en colgarse medallas que acaban trasladando una imagen superficial y poco resolutiva.
7. Ser curioso: Sin interferir en el trabajo de los demás ni molestar a los compañeros, investigar, preguntar y mostrar interés por todas aquellas parcelas de la vida de la empresa que se crea que puedan ayudar a comprenderla y a integrarse en la misma.
8. Asumir el propio papel: Despacio y con buena letra. Un becario está para trabajar, aprender y ayudar en lo que se le pida. No hay que darse demasiada prisa en prosperar. La arrogancia y la impaciencia son malas compañeras de viaje para un becario. Hay que tener en cuenta que muchos compañeros seniorhan pasado por la misma experiencia, y esperan que el nuevo se tome su papel con el mismo talante de aprender y absorberlo todo que ellos mostraron en su momento. No hay nada más irritante que un novato sin la humildad suficiente para reconocer sus limitaciones.
9. Tener iniciativa: Lo peor que se puede hacer es sentarse a esperar. Si no se tiene una tarea, hay que buscar la forma de ayudar a los compañeros. Ofrecerse a hacer lo que se necesite. Los mentores no siempre van a tener tiempo para estar encima. Hay que demostrar que se es una persona de recursos.
10. Integrarse en el equipo: Un talento vale poco para la empresa si no está al servicio del equipo. Los propios éxitos serán también los éxitos del equipo y las equivocaciones, más frecuentes al principio de una carrera, también serán compartidos. Probablemente la opción que más conviene es aparcar el ego y contribuir a un equipo bien cohesionado.
Las referencias positivas abren muchas puertas
La huella que se vaya dejando en las empresas donde se ha trabajado puede ser determinante en un futuro proceso de selección de un empleo. Desde el portal de emplo Trabajando.com destacan que los profesionales de recursos humanos no solo tienen en cuenta el curriculum o la entrevista personal, cada vez más usan otras herramientas para conocer más a la persona candidata. Una visita al perfil en Facebook, a la cuenta de Twitter, un repaso a las competencias profesionales en Linkedin o una llamada a los antiguos compañeros o jefes puede ser determinante a la hora de la elección.
Por eso, dejar una buena impresión siempre reportará referencias positivas que pueden abrir las puertas de una empresa en el futuro. "Si otros hablan bien de ti, de tus habilidades, de tu desempeño, esto puede lanzarte hacia el nuevo empleo que estás buscando", señala en Trabajando.com.