Joyas, jets y discotecas de reguetón: los negocios surgidos al calor de los ricos en Madrid
Diversas firmas del sector del lujo se han instalado en la capital en el último año. La ciudad está entre las cinco europeas preferidas por los grandes patrimonios para mudarse
Que Madrid está de moda ya ni es noticia. En los últimos años, el nombre de la capital resuena en los círculos de alto poder adquisitivo, que llegan hasta ella atraídos por los nuevos hoteles de lujo, la oferta cultural, la seguridad, las escuelas de negocios o por la oportunidad de comprar una vivienda como inversión, ahora que aún son más baratas que en otros destinos europeos. De hecho, un estudio publicado esta semana por Knight Frank con las previsiones para 2025 contempla que los precios de los inmuebles de lujo crecerán en Madrid un 5%, siendo la tercera ciudad en la clasificación de los principales mercados, solo superada por Estocolmo (6%) y empatada con Marbella. La consultora inmobiliaria también la sitúa, en otro reciente estudio, como una de las cinco ciudades europeas preferidas para mudarse entre los grandes patrimonios de 28 nacionalidades encuestadas.
Al calor de estos tiempos dorados que está viviendo Madrid, en los últimos meses han surgido diversos negocios enfocados en esas personas con cuentas corrientes saneadas que están llegando, ya sea desde el extranjero o desde otros lugares de España.
Al mercado inmobiliario de la capital se sumó en otoño una de las compañías con más prestigio y presencia a nivel internacional: la casa de subastas Christie’s. “Teníamos que estar sí o sí porque las grandes firmas están”, asegura Olga García, directora general de su rama inmobiliaria en Madrid, Christie’s International Real Estate Madrid, quien explica que el proyecto empezó a gestarse en 2020, tras las oficinas que ya existen en Málaga y Marbella. “Madrid sigue siendo la gran desconocida. La gente se sigue sorprendiendo de lo limpia y segura que es y de la calidad de vida que tenemos”, sostiene, antes de contar que hace una semana presentó la oficina en Londres y tuvo “una gran acogida”, con muchos “ciudadanos europeos” que le dieron sus tarjetas para que les ayudara a buscar vivienda en la ciudad. En la sede, en pleno barrio de Salamanca, comparten espacio con la rama de arte y subastas de la casa, algo que solo ocurre en Bruselas y Londres. “Nos sirve para unir fuerzas y ofrecer una experiencia integral al cliente”.
No muy lejos de la oficina de Christie’s se sitúa la de Luna Jets, que ya ha cumplido un año en el mercado español. A la hora de citar los motivos que llevaron a esta multinacional de los aviones ejecutivos a elegir Madrid para abrir una de sus sedes, tras ciudades como Ginebra, Londres o Mónaco, Carlos Matallana, director de la oficina española, apunta dos. El principal es que en España “el mercado ha estado servido por compañías pequeñas, no había brokers internacionales”. “No se hacía de la manera integral que ofrecemos nosotros, que comienza en la puerta de casa. Podría haber más aviación ejecutiva de la que existe actualmente y hemos visto la oportunidad”. El segundo es similar al repetido por otras compañías: Madrid como puerta de entrada para acercarse a América Latina, como es el caso de Luna Jets, o desde allí a Europa.
Matallana reitera la idea de que, en la mayoría de los casos, coger un jet privado está lejos de esa imagen de capricho de rico. “En realidad es una herramienta de tiempo”, afirma, y recalca que “el verdadero” impulsor del mercado es “el cliente ejecutivo”, aquel que usa el jet para poder acudir en un mismo día a varias reuniones en lugares mal conectados por la aviación comercial o el tren. Reconoce que la llegada a Madrid de extranjeros es buena para el negocio, porque muchos provienen de lugares donde la aviación ejecutiva es más común. “Al final, ves que el vecino de rellano utiliza este servicio, que en España no está tan extendido. Aquí hay mucho espacio todavía para crecer en viajes personales”.
También es más común en ciertos países de América Latina el uso de helicópteros para moverse por grandes ciudades. “Hay gente acostumbrada a no tocar el suelo. Este servicio está más naturalizado que en España”, asegura Fernando Gómez, portavoz de World Aviation Group, que este año ha logrado el certificado de operador aéreo para dos helicópteros con los que ofrece vuelos privados. “Hicimos un estudio de negocio y vimos que había suficiente demanda de vuelos comerciales. Por ello decidimos adquirir un Bell 429, que es una estrella del mercado”.
A diferencia de lo que ocurre en esos países en los que está más extendido, en Madrid no se hacen, por cuestiones de regulación, vuelos de una casa particular en la ciudad a una oficina, por ejemplo. “La tipología depende de la temporada. Ahora estamos haciendo muchos vuelos desde Cuatro Vientos, donde tenemos acceso directo al hangar para mayor privacidad, a fincas de caza o de recreo, principalmente en Extremadura y las dos Castillas. En verano estamos más centrados en la zona de Málaga y Marbella. Nuestro cliente es tanto nacional como internacional, con el público latinoamericano al alza. Y vemos un crecimiento de los vuelos de ejecutivos”.
Volviendo al barrio de Salamanca, este mes ha abierto sus puertas allí la Joyería Cano, una marca colombiana con más de cien años de historia. Ya había estado presente en el mercado español con una tienda en la calle Serrano hace varios años y posteriormente en El Corte Inglés. Pero ahora la familia fundadora ha decidido volver a andar en solitario y que el establecimiento madrileño sea el primero de diez en España. “Vimos que del mercado que se está moviendo aquí ahora mismo, mucho procede de América Latina. Para nosotros eso es un nicho maravilloso. Es gente que viene con un buen potencial y a la que este producto le encaja mucho”, explica Eduardo Cano, director ejecutivo de la firma.
De Colombia proviene también Perro Negro, una discoteca que se acaba de establecer en el mismo barrio. Aunque lo que pretende es ser más que un lugar adonde ir a bailar, quiere ser “un movimiento cultural, una marca del reguetón en el mundo”, comenta su cofundador Samuel Granados. El primer local se abrió en Medellín hace siete años y hace un año y tres meses vio la luz el de Miami. “Queríamos poner a Medellín en el mundo a través del reguetón. Luego fuimos a Miami porque es el epicentro de la industria musical. Y cuando quisimos migrar a Europa, Madrid era la puerta de llegada principal”.
Si bien reconoce que los ciudadanos latinos que desde hace años se están estableciendo en la capital son una base importante del público al que se dirigen, el propósito es acercar más este tipo de música, la única que suena en el local, a los españoles y europeos. “Es uno de los géneros más de moda en el mundo, pero no existe una discoteca en la que durante seis horas solo suene eso. Vimos que había un hueco en el mercado”. Admite Granados que la “experiencia” que quieren ofrecer al público “se tiende a volver prémium por la zona y el precio”. Reservar una mesa vip, en la que caben diez personas, cuesta 1.500 euros, que se pueden emplear en bebidas. Una “mesa de piso” tiene un precio de 300 euros por cada cuatro personas e incluye la entrada, que son 30 euros, y una botella. “Queremos posicionar el reguetón como algo aspiracional”, defiende.
Estos son solo algunos de los negocios enfocados en personas con alto poder adquisitivo que, como dice una fuente del sector del lujo, no se quieren perder lo que está sucediendo en la ciudad. Una idea que concuerda con los resultados del último Brand Finance Global City Index, un estudio de percepciones de urbes a nivel mundial. En el mismo, Madrid es la ciudad española mejor percibida, subiendo cinco puestos, hasta el 17º, según una encuesta realizada a más de 15.000 personas en 20 países. Dos posiciones por detrás se sitúa Barcelona. Para el estudio se cuestiona a los participantes sobre diversos aspectos. En uno de ellos, mejor ciudad del mundo para visitar, Madrid se encuentra la quinta, y en estilo de vida, la séptima, mientras sube diez puestos, hasta el 23º, en lo que se refiere a sostenibilidad, gracias a la facilidad para desplazarse en transporte público. En el otro lado de la balanza, está en el escalón 55º de percepción de liderazgo en ciencia y tecnología, uno de los puntos en los que, según el informe, queda por mejorar en una ciudad que está dando mucho que hablar.