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Prometen más que los depósitos clásicos

Seis claves de los nuevos productos de diseño de la banca para atraer el ahorro

Thinkstock

La batalla de los depósitos clásicos ha sido aniquilada por el Banco de España, que limita las rentabilidades, en el mejor de los casos, al 2,25%. Y esta mediocre recompensa –en comparación con el 4% habitual a finales de 2012– es para las imposiciones a plazo fijo a más de dos años, ya que para las de hasta 12 meses el interés se queda en el 1,25% y en las de hasta 24 meses, en el 1,75%.

El ahorro de diseño a través de bonos, depósitos y seguros estructurados está en boga para atraer liquidez. Con ellos, los bancos prometen el 3% anual e incluso más si se cumplen una serie condiciones. BBVA, Santander, CaixaBank, Sabadell y Bankinter ofrecen estos productos. Estas dos últimas entidades, de hecho, quintuplicaron sus ventas de bonos estructurados el año pasado respecto a 2012. Ambos bancos colocaron 645 millones frente a los 120 del ejercicio anterior.

Pero los estructurados suelen ser complicados de entender y en algunos casos implican riesgo de perder dinero. Estas son seis claves para entender esta hornada de productos.

1 ¿Cuál es la esencia de los productos estructurados?

RLa gran diferencia frente a los seguros de toda la vida, los depósitos clásicos o los bonos tradicionales radica en que esos mismos productos en su modalidad estructurada están configurados por dos o más instrumentos financieros simples. Por ejemplo, un depósito estructurado es la combinación de un depósito clásico con un instrumento derivado, habitualmente una opción.

2 ¿Es verdad que estos productos dan más rentabilidad que los clásicos?

R De entrada, la rentabilidad máxima prometida por estos productos suele ser superior pero está vinculada a la evolución de uno o más activos, como acciones, índices, materias primas o divisas. Por ejemplo, el depósito estructurado que comercializa Bankinter hasta el próximo 10 de enero paga un 2,657% anual, si Telefónica y Santander se mantienen o suben en Bolsa a vencimiento. Si no, abonará un 0,834%, una rentabilidad inferior a la que se podría conseguir con una imposición a plazo fijo corriente en la propia entidad, que a 13 meses paga el 1,65%.

3 ¿Se puede perder dinero con estos productos de diseño?

R Hay algunos con la inversión inicial blindada, pero en otros es posible sufrir minusvalías. Depende de las condiciones de cada uno de los productos. En los depósitos estructurados de Bankinter o Sabadell, por ejemplo, no puede perderse dinero. Pero existen bonos estructurados en los que es posible perder una parte de la inversión inicial. Los emitidos el pasado 27 de diciembre por Bankinter contemplan una pérdida anual máxima del 7% en el prácticamente imposible supuesto de que Repsol caiga a 0 euros por acción. Eso sí, a cambio, la rentabilidad potencial es superior, de más del 3,5% anual en varios escenarios.

4 ¿Cuáles son las estructuras más habituales en este tipo de productos?

R El diseño más sencillo y más popular para los depósitos en los últimos tiempos es dar una rentabilidad más elevada en caso de que una acción o un grupo de acciones mantenga o aumente su precio en un plazo determinado (en jerga, se denominan depósitos con cupones digitales). Los fondos garantizados de renta variable son igualmente estructurados, ya que están formados por una cartera de renta fija y una opción. Esta última es la que aporta la rentabilidad vinculada a la acción, a la cartera de acciones o a un índice. En todo caso, hay productos estructurados muy complejos, con diversidad de variables que deben tenerse en cuenta.

5 ¿La inversión en estos productos está cubierta por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD)?

R Solo los depósitos estructurados están blindados, al igual que el resto de los depósitos, por hasta 100.000 euros por titular y entidad por el FGD. No ocurre así con los bonos o con productos fuera de balance, como los seguros o los fondos de inversión estructurados.

6 ¿Este ahorro de diseño es adecuado para cualquier cliente?

RNo. Desde Citi advierten, por ejemplo, que “es muy importante que el inversor entienda de forma correcta el funcionamiento de cada producto”. Además, en aquellos considerados complejos –como los bonos estructurados en los que puede perderse dinero–, el cliente ha de cumplimentar un test de idoneidad.

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