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Bankinter y Sabadell quintuplican sus ventas de bonos estructurados durante 2013

La banca lanza una oleada de productos de diseño para retener el ahorro

Luis María Linde, presidente del Banco de España
Luis María Linde, presidente del Banco de España

El ahorro conservador busca alternativas para esquivar las mínimas rentabilidades que ofrecen los depósitos tradicionales. Y las entidades financieras han respondido con una ofensiva de productos de diseño. Son seguros, depósitos y bonos estructurados que prometen rentabilidades que superan las recomendadas por el Banco de España. Eso sí, si se cumplen una serie de condiciones.

Los principales destinatarios son los clientes de altos y medios patrimonios. Bankinter, que se centra en este perfil, ha comercializado bonos estructurados por 527 millones de euros en 2013, lo que supone más que quintuplicar los 101,2 millones del pasado ejercicio. El aumento en el caso de los depósitos estructurados es espectacular, con una captación de 326 millones de euros frente a los 2,1 millones de 2012.

Desde el banco que dirige María Dolores Dancausa aseguran que “ante la caída de rentabilidad de los depósitos tradicionales y el mejor tono de la Bolsa, los clientes han demandado más esta tipología de productos”. Los bonos estructurados de Bankinter están referenciados a una acción española (Santander o Telefónica, en los últimos comercializados) y habitualmente el 90% del dinero está blindado. La inversión mínima es de 100.000 euros. Estos bonos son productos complejos, de manera que los clientes que los contraten han de someterse a un test de conveniencia.

Los depósitos estructurados de Bankinter, en cambio, pueden contratarse desde 1.000 euros y el que tiene actualmente en campaña ofrece un 0,83% anual a 15 meses, que puede llegar al 2,657% si Telefónica y Santander se mantienen o suben en Bolsa a vencimiento. En este caso, está garantizado el 100% del capital.

Sabadell, al igual que Bankinter, ha reforzado su oferta de productos estructurados con el objetivo de retener liquidez. El banco ha colocado en lo que va de año 118 millones de euros en bonos estructurados, seis veces más que lo emitido en todo 2012 (19 millones de euros), según los datos de la CNMV. La gama de productos de diseño comercializados por la entidad la completan dos depósitos estructurados (uno de 18 meses y el otro de 25) vinculados a la evolución de Eurotoxx. La inversión mínima es de 600 euros y prometen que al vencimiento se recuperará el 100% del capital. El interés mínimo para el de año y medio es del 0,39% anual y el máximo, de 2,5%. Para el de más de dos años, el rendimiento se sitúa entre el 0,249% y el 3% anual.

Así, a lo largo de 2013, Sabadell y Bankinter han emitido en conjunto 645 millones en bonos estructurados, más de cinco veces los 120 millones de euros de 2012.

Desde Santander reconocen que los productos estructurados están convirtiéndose en una opción cada vez más demandada, de forma que el banco dispone de varios productos en función del tipo de cliente. Para los de banca privada, y a partir de 100.000 euros, ofrece un pasivo financiero estructurado vinculado al Ibex, que a los 24 meses paga el 13% si el selectivo se ha mantenido o ha subido. Si no, a vencimiento, recuperará el 100% de la inversión aunque la pérdida máxima puede ser del 20%. La entidad también comercializa un seguro para clientes que quieran invertir entre 10.000 y 60.000 euros en un producto con el 100% del capital asegurado. Obtendrán parte de la inversión más un pago mínimo en dos momentos diferentes y contarán con una inversión vinculada a la renta variable a través de Vodafone, Repsol, Telefónica, McDonald’s y Nestlé.

En CaixaBank señalan que en términos generales tanto en banca privada como en banca personal la demanda de productos estructurados se ha incrementado “ya que permiten tener exposición a diferentes subyacentes de una manera flexible y adecuada a las necesidades del cliente, ya sea con pago de cupón, con participación sobre la revalorización del subyacente, con mayor o menor protección del capital invertido”. No obstante, en 2013 el banco ha emitido cerca de 82 millones en bonos estructurados, frente a los 109 millones del ejercicio anterior. Junto a estos bonos, en CaixaBank disponen de un depósito con una rentabilidad referenciada al euríbor a 12 meses y un rendimiento mínimo garantizado del 2% una vez transcurran los 18 meses de duración del producto. La inversión mínima requerida es de 3.000 euros y sin arriesgar el dinero.

La lista la completa BBVA con un depósito estructurado contratable a partir de 5.000 euros y vinculado a la evolución en Bolsa de Santander, Inditex y Repsol.La retribución del producto para los 12 primeros meses puede ascender al 5% siempre y cuando todas las acciones hayan subido. Si en el primer año no se ha abonado la retribución, en el segundo el inversor puede llegar a percibir un 10% siempre y cuando las acciones de las tres compañías hayan subido, es decir, que superen el 100% de su valor inicial.

138.000 millones vencen hasta octubre

A lo largo de 2013 han vencido unos 300.000 millones de euros en depósitos clásico y de enero a octubre de 2014 expirarán cerca de 138.000 millones, según los datos recopilados por el Banco de España.

La diferencia de un año a otro se debe en parte a que los clientes prefirieron destinar más dinero a imposiciones con vencimientos superior a los 12 meses, con el fin de obtener más rentabilidad. Y es que el supervisor que dirige Luis María Linde impuso límites en función del plazo de los depósitos. Ahora el tope se sitúa en el 0,75% en las cuentas de alta rentabilidad; en los depósitos de hasta un año, en el 1,25%; hasta dos años, en el 1,75%; y a más de 24 meses, en el 2,25%.

Además, una parte del dinero se ha ido a los fondos de inversión, que incrementaron su patrimonio un 23,4% entre enero y noviembre, hasta los 150.967 millones de euros, respecto al mismo periodo del año pasado, según los datos de Inverco, la asociación del sector. Los productos complejos –como los depósitos estructurados no garantizados– requieren, en caso de que los clientes no superen el test de conveniencia que estos escriban de su puño y letra la siguiente frase: “Este producto es complejo y se considera no conveniente para mí”.

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