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Las grandes firmas diluyen el efecto de la reforma laboral y elevan el coste a 100.000 euros

El fuerte ajuste de 2013 dispara la indemnización por despido en banca

Protesta sindical ante el plan de ajuste de Novagalicia.
Protesta sindical ante el plan de ajuste de Novagalicia.EFE
Juande Portillo

La reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy a comienzos de 2012 ayudó a la banca española, uno de los sectores que tradicionalmente mejor ha pagado sus ajustes de empleo, a reducir con mucho la factura de sus planes de despido en plena ola de reestructuración de las entidades financieras.

El coste medio de indemnización por despido pasó de los 128.211 euros de media que recibió cada trabajador a mediados de 2011, en mitad del proceso de ajuste de las cajas de ahorros, a reducirse a 39.814 euros en el segundo trimestre de 2012. La fortísima reducción de plantilla que se ha llevado a cabo durante este año, que se ha convertido en el ejercicio de mayor destrucción de empleos del ámbito financiero por la confluencia de ajustes tanto de firmas nacionalizadas como de la gran banca sana, ha vuelto a disparar el coste del despido del sector hasta rozar los 100.000 euros de media.

En concreto, durante el tercer trimestre del año las entidades pagaron de media 99.622 euros a cada empleado del que prescindieron. Una cifra no vista desde hacía dos años y que contrasta con la horquilla de entre 42.000 a 59.000 euros en la que se venía moviendo a lo largo del ejercicio.

El fuerte movimiento al alza tiene mucho que ver con los programas de ajuste de empleo aprobados por las grandes entidades financieras sanas que en contraste con los cada vez más austeros procesos de las entidades intervenidas o asistidas han introducido una doble velocidad en los términos de despido del sector financiero español.

Así, algunos de los mayores procesos de ajuste aprobados este año los han protagonizado las nacionalizadas Bankia, Novagalicia y Catalunya Bank, que obligadas por Bruselas han acometido una reducción de plantilla de más de 9.000 personas en conjunto. Como accionista mayoritario, el FROB ha buscado abaratar los costes aprovechando las condiciones que ofrece la nueva regulación laboral. La reforma aprobada por Empleo en febrero de 2012 facilita la aplicación del despido objetivo, indemnizado con 20 días de salario por año trabajado y tope en 12 mensualidades, ante problemas económicos u organizativos.

Esta fue básicamente la cifra de partida con la que se abrieron las negociaciones de las nacionalizadas. Aunque finalmente el acuerdo sindical hizo necesario elevar las compensaciones al entorno de los 30 días y 22 mensualidades, estas cifras contrastan con los 46 días por año trabajado que había pagado Bankia en la ronda de ajustes anterior, por ejemplo.

Esta tendencia a la baja, que ha sido imitada en otras firmas asistidas con inyecciones de dinero público, queda desdibujada a la baja, sin embargo, por la apertura de planes de reducción de plantilla en grandes entidades. El caso más paradigmático del año es el de Banco Santander que, a la hora de acometer la absorción de Banesto, planteó indemnizaciones por despido de 50 días por año trabajado. Una cifra que se sitúa aún por encima del máximo previsto por la ley en caso de despido improcedente, que se abona con 45 días por ejercicio en la empresa.

Otro tanto ocurre con CaixaBank que precisamente terminó cerrando en esta última marca, la de 45 días por año trabajado y tope en 42 mensualidades, la compensación para los empleados de los que prescindió.

Desde Comfia–CC OO estiman que el coste medio anual de un trabajador de Banco Santander en 2012 rondaba los 92.000 euros. Un cálculo aproximado indica que los empleados salientes recibieron unos 9.150 euros por cada año trabajado, por lo que un empleado con 10 años en la entidad se situaría en la media de indemnización por despido alcanzada, en torno a 100.000 euros.

Un trabajador de Bankia, con unos costes laborales asociados de 65.180 euros se habrá llevado cerca de 5.357 euros por año en la entidad, lo que arroja unos 53.000 euros de indemnización –sin tener en cuenta otras primas por voluntariedad o antigüedad, que las hay– por una década trabajada, una cifra que sí se sitúa en la horquilla de costes medios por despido con la que se había arrancado el año.

El mayor recorte, con nuevas reglas

Los planes de ajuste laboral aprobados este año, que afectan fundamentalmente a Banco de Valencia, Bankia, Novagalicia, Caja3, CaixaBank, Ibercaja, Ceiss, Barclays, BMN, Santander o Catalunya Banc, suponen la pérdida de unos 17.000 empleos del sector financiero. La tercera parte de todo el ajuste acometido hasta la fecha, pues se calcula que desde 2008 el sector ha perdido unos 57.000 trabajadores. Semejante reducción de plantilla se ha llevado a cabo bajo nuevas reglas del juego para un sector acostumbrado a mantener la paz social pagando sustanciosas indemnizaciones y prejubilaciones. El acceso a estas últimas, sin embargo, se ha encarecido, con la obligación de que las entidades paguen una mayor parte tras la enmienda Telefónica a la par que la reforma laboral ha presionado a la baja las compensaciones en medio de las primeras huelgas del sector en años.

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