"Colombia hará infraestructuras por 36.500 millones"
Cree que Bogotá es un buen lugar de entrada a la región, con ventajas como zonas francas para las empresas extranjeras. “Colombia es un país en plena construcción”, asegura.
Este año ha vuelto a Colombia después de 10 años en Madrid, donde fue director de la oficina comercial de Proexport Colombia. Juan Gabriel Pérez (Cúcuta, Colombia, 1972) actualmente es director de Invest in Bogotá, institución que promueve la inversión extranjera en la ciudad.
Pregunta. ¿Qué apuestas tienen Bogotá y el país?
Respuesta. Hay apuestas fuertes en el sector audiovisual, servicios profesionales, manufacturas en automotor, plásticos, químicos, farmacéuticos; y también muy estratégicos como ciencias de la vida y biotecnología. Además, son importantes para nosotros los proyectos de ciudad, donde cabe la inversión extranjera, como el metro de Bogotá. Idom, una empresa española, entrega el estudio de ingeniería básica del metro en 2014. Va a ser un proyecto muy grande. De 2.200 millones de euros en cuatro o cinco años.
P. Habrá muchas constructoras españolas interesadas en ese proyecto.
R. Hay muchas empresas españolas interesadas. Aquí ya hay varias establecidas como Acciona, OHL o CAF, de trenes. No está decidido cómo se va a sacar a concurso el proyecto, si por tramos o con una sola empresa. Se decidirá en septiembre del año que viene. Es uno de los proyectos más grandes que tiene América Latina en infraestructuras.
P. ¿En qué sectores están las empresas españolas?
R. En todos los sectores. Estamos ya en una tercera ola de empresas españolas. Primero llegaron compañías de servicios públicos, generación y distribución de energía como Endesa, Gas Natural o en agua el Canal de Isabel II. Después el sector financiero, con BBVA y Santander, que se fue y ahora regresa con una banca industrial. En esta tercera ola ya están otras de otros sectores, como tecnología, biotecnología y call centers. Finalmente, llegan pymes para establecerse y utilizar Colombia como una plataforma para acceder a otros países de América Latina. España es el segundo inversor en la última década, después de EE UU, por una cantidad superior a los 3.500 millones de dólares en inversión.
"Idom, una empresa española, entrega el estudio de ingeniería del metro de Bogotá en 2014"
P. ¿Las compañías españolas tienen algunas ventajas o ayudas?
R. Colombia es poco amiga de tener incentivos y subvenciones. Lo que hemos hecho es crear zonas francas, que han funcionado muy bien. Las empresas que se establecen en estos lugares tienen ventajas en el tipo del impuesto de sociedades, del 34% al 15%, pueden importar las materias primas exoneradas de aranceles y de IVA, vender el 100% de lo que produzcan en el mercado nacional, y exportar como si fuera un producto colombiano a todos los países, a 1.400 millones de habitantes en el mundo, gracias a los acuerdos de libre comercio.
P. ¿Cuántas zonas francas existen?
R. Cuando empezó el modelo hace ocho años había 11 zonas francas. Hoy hay más de 110. El 70% son uniempresariales, porque la propia empresa se puede volver zona franca si tiene unos compromisos de empleo y de inversión.
P. ¿En qué sectores está creciendo Colombia?
R.Tenemos un desafío grandísimo en infraestructuras. Este país tiene solo 1.000 kilómetros de carretera de doble calzada y queremos llegar a 8.000 para ser más competitivos. Hay un plan muy ambicioso. De aquí a seis años, el presupuesto del Gobierno para infraestructuras es de 36.500 millones de euros (50.000 millones de dólares), la mitad para carreteras. Otra apuesta importante es la construcción. Además, hay una apuesta por los hidrocarburos, ya con un millón de barriles diarios, que producen unas regalías (ganancias) que se destinan a infraestructura, innovación, ciencia y tecnología. Existe un programa de transformación productiva en diferentes sectores estratégicos y mejorar la productividad gracias a esas regalías.
P. ¿Qué queda por hacer para atraer más inversión privada?
R. Colombia es un país que está en plena construcción, esto es España hace 20 años en muchos sectores. Nos falta mejorar la competitividad sobre todo en pequeñas empresas que dependen mucho del mercado local, mejorar la infraestructura y, por supuesto, avanzar en el talento humano. Somos una puerta de entrada para otros mercados. Bogotá puede ser un hub para dar el salto a otros países.
P. ¿Y cómo garantizan la seguridad jurídica de las inversiones?
R. Primero Colombia ha suscrito acuerdos de protección de las inversiones. España fue el primer país con el que se firmó. Cuando hay un conflicto se pasa a una instancia de arbitraje internacional. Eso le da tranquilidad a las empresas, por si se cambian las reglas del juego. También tenemos acuerdos de doble tributación, también con España. Colombia es un país serio, con una economía estable, sin cambios abruptos, donde las empresas pueden estar tranquilas de que su dinero está bien invertido.
“El proceso de paz añadiría un punto de PIB”
“Podemos pegarnos una disparada”. Con esa expresión colombiana, Pérez señala lo que ocurrirá si el actual proceso de paz que negocian guerrilla y Gobierno en Cuba llega a buen término. “Hay varios analistas que han publicado que el proceso de paz supondría un incremento del 1% adicional en el PIB. Si añadimos las mejoras de las infraestructuras, podemos hablar de que en los próximos años creceremos a un ritmo del 7%”.
Respecto a la imagen de inseguridad que todavía despierta Colombia, opina que “sin duda” hay una imagen negativa. “Entiendo que existe escepticismo en países más lejanos. Pero en España ya saben que Colombia es un país interesante. Quien ha viajado aquí tiene una percepción diferente y ayuda a que esa reputación mejore. El éxito es que el ejecutivo venga y lo viva. La mayoría de la gente queda sorprendida. Es un país de oportunidades. Bogotá es una ciudad supercosmopolita, con restaurantes, compras, clubes y muy buena calidad de vida. Tenemos retos en movilidad y en seguridad, no ajenos a otras zonas de América Latina, pero estamos trabajando en eso. Sí hay una reticencia al principio, pero se vence cuando la gente viene”. Reconoce las enormes desigualdades económicas y sociales en el país, de gran bipolaridad entre ricos y pobres. “Hay que seguir trabajando, aunque se ha avanzado muchísimo. Desde 2002 mucha gente ha logrado salir de la pobreza. Pero la tarea continúa. Otra de las apuestas es la formación. De nada sirve que la gente tenga un empleo pero no se eduque y que las nuevas generaciones no tengan más capacidad para afrontar los retos del futuro”.