El conflicto en Donuts entra en la recta final tras el rechazo de la plantilla al acuerdo
Este domingo se retomó la negociación con los autónomos para que volvieran a trabajar
El rechazo al nuevo plan industrial del fabricante de Donuts fue claro pero débil. En las urnas abiertas en todas las plantas de la empresa en España se contabilizaron 711 votos en contra y 690 a favor. Los empleados de las plantas de Valladolid, Zaragoza, y Puente Genil (Córdoba) se mostraron en contra, mientras que los centros de Paracuellos del Jarama en Madrid, Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) y Murcia votaron en contra.
Aunque el resultado fue sin duda un jarro de agua fría para los representantes de los equipos negociadores, la dos partes, (empresa y sindicatos) quisieron ver una luz de esperanza para lograr finalmente un acuerdo que permita preservar la mayor parte del empleo en Donuts y establecer un marco de recorte salarial ajustado ahora a la caída brutal de ventas de la empresa, con un escenario de recuperación del poder adquisitivo a medida que los resultados de la empresa mejoren en los años de aplicación del plan industrial.
Los negociadores aseguraron a CincoDías que los resultados de la votación cabía interpretarlos de forma optimista si se tenía en cuenta que “los compañeros de la fábrica de Murcia han votado unánimemente rechazar el plan”. “Es normal, subrayan, la planta de Murcia se cerrará y todos ellos están afectados por el expediente de regulación, desgraciadamente no tienen alternativa”.
Por eso, explican las fuentes consultadas, si descontamos esos casi 180 votos, el respaldo al plan vence con rotundidad. Es esta interpretación en clave de futuro y consenso la que durante todo el fin de semana manejaron los negociadores. Aunque conocedores de que el acuerdo es y será frágil y difícil conseguirlo, se mostraron muy prudentes a la hora de desvelar cuales serían sus próximos pasos en la reunión que hoy lunes tiene previsto celebrar la mesa de negociación para valorar los resultados.
Ayer mismo por la tarde, todas la partes se sentaron con los representantes de la red de trabajadores autónomos, que forman la red de distribución de Panrico. Su huelga, desde el pasado jueves, mantiene a Panrico sin distribución y sin poder vender su producción, por lo que el mismo jueves por la tarde el equipo directivo de la compañía ordenó a las plantas que paralizasen la producción.
Al cierre de esta edición, las reuniones continuaban sin que hubiera trascendido nada de la evolución de las mismas y sí era factible convencer a los trabajadores de la red de distribución de que volvieran a trabajar.
Sus reivindicaciones son claras. Panrico no ha pagado sus gastos correspondientes al pasado mes de octubre y se niegan a cargar producto hasta que no se les abonen los gastos.
En cualquier caso, dejando a un lado el duro extremismo que durante toda la crisis han hecho gala algunos grupos de trabajadores de Panrico, que de alguna forma han condicionado el trabajo de los negociadores, éstos mantienen que es necesario seguir trabajando. Así volvieron a mantenerlo durante todo el fin de semana, a pesar de los resultados, con el objetivo “de preservar el empleo y el salario de más de 4.000 familias que viven en España de vender Donuts y Bollycaos.