'Bancos malos' con altas recompensas
Los rescates financieros de UBS e ING parecen, a primera vista, haber sido una mala inversión del dinero de los contribuyentes. Tanto el estado suizo como el holandés usaron tasas de devolución internas para los rescates del 9% y del 3% respectivamente, según los cálculos de Breakingviews. Eso está muy por debajo de lo que los inversores del sector privado esperarían en tiempos de crisis. Pero el beneficio del gobierno también incluía algo de más valor, la prevención de peores resultados económicos.
En 2008, las autoridades suizas inyectaron 6.000 millones de francos suizos (5.300 millones de dólares) de capital a UBS a través de bonos convertibles obligatorios. Entonces, el Banco Nacional Suizo soltó un préstamo de 24.000 millones de dólares para fundar un banco malo que asumiera los activos tóxicos de UBS.
Dichos bonos convertibles se transformaron en participaciones en agosto de 2009 y fueron vendidos por un beneficio de 1.200 millones de francos suizos. El préstamo fue devuelto en plazos regulares durante cinco años, acumulando unos intereses de 1.600 millones de dólares. Finalmente, el gobierno ganó 3.800 millones de dólares.
Los contemporáneos del rescate de ING empezaron con una recapitalización de 10.000 millones de euros en deuda híbrida. El estado solicitó un préstamo de 21.600 millones de euros (del mismo ING) para fundar un banco malo de 24.000 millones de euros. Hasta ahora, el banco malo ha hecho ganar al estado holandés 800 millones de euros de beneficios, después de usar las ganancias de la venta de acciones para liquidar la deuda. La inyección de capital también ha generado 11.300 millones de euros en reembolso de intereses y capital.
Éstos no son el tipo de números que causarían satisfacción a un inversor racional en situaciones de peligro. Pero los rescates advertían del Armageddon económico. Además, ambos rescates fueron bien diseñados.