Los mercados notarán 'la crise'
Francia se ha convertido en el principal lastre de la economía europea, y los únicos lugares en los que nadie ha notado nada son París y los mercados financieros.
El índice de gerentes de compra Markit de la zona euro del mes de noviembre confirmó que Francia está tirando hacia abajo de la economía de la unión monetaria, con un sector manufacturero que sigue deteriorándose y los servicios de nuevo a la baja. Mientras tanto, François Hollande y sus ministros siguen insistiendo en que la economía está creciendo de nuevo, o lo hará pronto. Solo hay que esperar un poco.
Se mire dónde se mire, la economía francesa no da ningún signo de vitalidad. El duradero malestar económico se ve agravado por una profunda crisis política que ha visto a Hollande y a sus gobernantes socialistas batir todos los récords de impopularidad.
Los mercados pueden ver a Francia como un barco arruinado, pero no hay un iceberg claro a la vista
Los mercados no se preocupan todavía. Los bonos a 10 años de Francia están dando una rentabilidad del 2,3%, el diferencial con la deuda alemana equivale a solo 54 puntos básicos, en comparación con el pico de 190 puntos básicos alcanzado durante la crisis. ¿Por qué la tranquilidad gala? Francia tiene una amplia base de inversores nacionales, y es el favorito entre los bancos centrales asiáticos ávidos de activos en euros que paguen una rentabilidad superior a la deuda alemana.
Los mercados pueden ver a Francia como un barco arruinado, pero no hay un iceberg obvio en política o economía a la vista. Una rebaja de rating podría llegar algún día, pero no ahora.
El detonante de una nueva valoración podría venir de la reducción de los programas de estímulo de la Reserva Federal. Si sus compras de bonos se recortan el próximo año, la rentabilidad de la deuda estadounidenses aumentará, y la francesa con ella. Las consecuencias solo serían parcialmente mitigadas por la voluntad del Banco Central Europeo de mantener una política monetaria laxa.
Las nuevas dinámicas de la zona euro son también un posible catalizador. Francia se ha beneficiado de la huida de los inversores de los países del Sur. Ellos no han regresado todavía, a pesar de la mejora de las economías de la periferia –Francia tiene ahora un déficit comercial con España–. E Italia podría algún día tener un gobierno estable y reformista, por lo que la deuda francesa sería menos atractiva. El país necesita que sus vecinos estén en mala forma. No es probable que dure.