El plan garantizado pierde atractivo
Con 1,7 millones de partícipes y un patrimonio que se acerca a los 19.000 millones de euros, los planes garantizados son los productos que más éxito siguen cosechando entre los inversores españoles, por delante de la renta fija mixta, la siguiente categoría en importancia, que gestionaba a mediados de año 11.500 millones.
No obstante, la garantía de estos productos no es eterna y la promesa de rentabilidad tiene fecha de caducidad, normalmente no más de cinco años. De hecho, en el tercer trimestre de este año vencieron 48 de estos productos, según datos de VDOS Stochastics, y de aquí a diciembre vencerá la garantía de otros 65 fondos españoles, 23 de renta variable y 42 de renta fija, con un patrimonio gestionado en total de 4.552 millones de euros.
Teniendo en cuenta que los fondos de pensiones, a diferencia de otros productos, carecen de comisión por traspaso y que por tanto el partícipe puede cambiar de producto en cualquier momento. ¿Dónde va el dinero que liberan los garantizados? ¿Merece la pena asumir más riesgo?
Por razones comerciales, la entidad gestora suele proponer al cliente una nueva garantía sobre el mismo plan, según Javier Sánchez, responsable de planes de pensiones de Citi, no obstante advierte que “muchos garantizados de renta fija que se contrataron hace dos años llevan acumuladas revalorizaciones importantes y apenas tienen recorrido ya. Para estos clientes puede ser una buena opción traspasar a otro tipo de instrumento, como los garantizados de renta variable”. Para aquellos inversores con mayor perfil de riesgo, la entidad lanzó recientemente un nuevo modelo de asesoramiento que se basa en las carteras modelo generalmente utilizadas en el mundo de los fondos de inversión. “Las carteras modelo son la forma más eficiente de ahorrar para la jubilación en términos de rentabilidad riesgo”, opina Sánchez.
Hay gestoras que están sustituyendo los garantizados por fondos de rentabilidad objetivo”, advierten en el sector, un tipo de producto cuya estructura es muy similar, pero que no garantizan el 100% del capital y que al no tener que hacer frente al coste de la garantía, pueden ofrecer mayores rendimientos.Juan Marina, desde Willis Iberia, también alerta a los partícipes para que no caigan en un error más o menos habitual: es cierto que puede cambiar de producto siempre que quiera sin tributar por ello, pero cancelar el plan de pensiones antes de vencer el plazo significa que “no entra en efecto la garantía contratada y se cobrará un valor de mercado resultado de tener que vender esos derivados con anterioridad a la fecha establecida para el cobro de la garantía. Ese valor, en muchos casos, puede ser inferior a las aportaciones que se han realizado, así que cuidado con los plazos a los que se contrata y la situación personal”.
19.000 millones de euros es el patrimonio que acumulan los planes de pensiones garantizados en nuestro país, que cuentan con 1,7 millones de partícipes.
Y es que en el sector se ha empezado a ver cierto traspaso de dinero a otro tipo de planes algo menos conservadores y, aunque aún es incipiente, las gestoras han empezado a hacer hincapié en productos de renta fija a corto plazo, con objetivo de rentabilidad o mixtos, sobre todo. En estos se pueden encontrar rentabilidades más atractivas, debido en primer lugar a que ni la entidad ni el partícipe han de soportar el coste de garantía y también a la posibilidad de que incluyan algo más de riesgo
“Por lo general, los clientes de productos garantizados responden a un perfil conservador o moderado, por lo que mayoritariamente se decantan por continuar con productos de bajo riesgo, bien adscribiéndose a un nuevo periodo de garantía, bien a planes de renta fija”, asegura Raúl León, director de canales propios de Aegon España, pero en la nueva contratación para clientes de menor edad, “ya se observa cómo los nuevos ahorradores, con un mayor horizonte temporal hasta la jubilación, se decantan cada vez más por productos con un componente de renta variable que les ofrezca mayores márgenes de rentabilidad”.
Pero no todo el mundo es de la misma opinión, y Juan Marina, director de consultoría de inversiones de Willis Iberia, por su parte, cree que “dado que hablamos de partícipes cercanos a la jubilación con aversión al riesgo, una buena solución podría ser la movilización a un plan de previsión asegurado aceptando que esa seguridad nos hará renunciar a unas hipotéticas rentabilidades mayores de otros instrumentos”.