Luz verde a la circular de Linde para animar el crédito a pymes
El Banco de España traspone a su normativa una disposición de la Ley de Emprendedores
El Banco de España ya ha cumplido con toda la hoja de ruta marcada por el Memorando de Entendimiento del rescate a la banca en materia de provisiones. Las ha endurecido con el objetivo de sanear al máximo la cartera de crédito y una vez ya casi cumplido el objetivo, comienza el turno de regular, aunque sea tímidamente, para que empiece a fluir el crédito a una economía ávida de financiación.
El Banco de España ha aprobado una circular por la que se suavizan los requisitos de recursos propios que se exigen a las entidades financieras a la hora de conceder crédito a las pequeñas y medianas empresas. El propósito, según reconocen fuentes de la institución, es incentivar la financiación a este sector, clave en la economía productiva del país. La institución ha trasladado a su normativa una disposición adicional de la Ley de Emprendedores, aprobada el pasado 27 de septiembre, por la que se establece aplicar un factor corrector de 0,7691 a los requisitos de recursos propios y de capital principal en el crédito a pymes. La presión del Ejecutivo para que, una vez recapitalizada, la banca conceda crédito queda así reflejada en la normativa que emite el regulador.
Los bancos se podrán ahorrar a partir de ahora un 23% de consumo de recursos propios en su cartera de financiación a la pequeña y mediana empresa. Un incentivo que, según reconocen en el sector, puede suponer un alivio en un momento de búsqueda de recursos propios, con el nuevo examen a la que la institución someterá a las entidades de cara a los test que el próximo año realizará el BCE y la Autoridad Bancaria Española, requisitos para la construcción de la unión bancaria. La emisión de ‘cocos’ o bonos contingentes convertibles en acciones es otra fórmula para reforzar solvencia –Popular captó por esta vía el jueves 500 millones–. Y el Banco de España también ha aclarado mediante circular los supuestos por los que esa conversión es obligatoria, una vez que el nivel de recursos propios caiga a determinado nivel.
En paralelo a esta relajación en las exigencias de capital, con el mismo propósito de reactivar el crédito, el Banco de España también ha decidido cambiar el concepto de pequeña y mediana empresa, ampliando el abanico de compañías a las que considerar como tal. En la actualidad, se considera pyme a las empresas de menos de 50 empleados y un máximo de 5,7 millones de euros de facturación y de 2,8 millones de euros de activo. La propuesta es ampliar esos límites hasta 250 empleados, 50 millones de euros de facturación y 43 millones de activos. De esta manera, empresas de mayor tamaño se podrán beneficiar de una normativa que ya da prioridad –en cuanto a consumo de capital– a la financiación de las pymes frente a las grandes compañías. A esto se añadirá el factor de corrección citado.
Fuentes del sector desconfían, aun así, de que este cambio regulatorio vaya a tener efecto directo en la activación del crédito. “Los bancos no conceden crédito en función de la exigencia de capital sino del riesgo que perciben en quien lo pide, en su nivel de solvencia”, señalan, insistiendo en la idea de que la demanda actual no es lo bastante solvente.
El propio gobernador del Banco de España, Luis María Linde, señaló el viernes en su comparecencia en el Congreso que la situación del crédito es “mala”, si bien avanzó que si la recuperación económica se consolida esto se reflejará en unas solicitudes de crédito más solventes. Reconoció en cualquier caso la necesidad de adoptar iniciativas para impulsar la financiación a las pymes.
En cuanto al impacto que tendrá en el sector las provisiones que serán necesarias para afrontar el impacto de la reclasificación de créditos refinanciados, y de la morosidad que ocultaban, Linde apuntó que “la impresión” del Banco de España es que “son cifras moderadas y asumibles por la cuenta de resultados de este año.