Berlín investiga a Barclays por posible evasión fiscal
Entre 2007 y 2010 Barclays habría logrado que el fisco devolviera más impuestos de los pagados a través de una complicada y rápida serie de negocios bursátiles.
El Ministerio de Finanzas alemán ha pedido a las autoridades fiscales de los estados federados que investiguen las actividades del banco británico Barclays para determinar si existen motivos suficientes para abrir un proceso por evasión de impuestos, según informaciones del “Süddeutsche Zeitung”.
En su edición de hoy, el diario muniqués asegura que entre 2007 y 2010 documentos internos de Barclays describen caminos a través de los cuales se podía en ese momento eludir al fisco alemán a través de transacciones bursátiles.
Los documentos, a los que el diario asegura haber tenido acceso, describen como, a través de una complicada y rápida serie de negocios bursátiles, se puede lograr que el fisco devuelva más impuestos de los que se han pagado inicialmente.
Los negocios en cuestión están relacionadas con lo que se conoce como compras al descubierto.
En las ventas al descubierto, que entre tanto han sido prohibidas en Alemania, el banco vende a un inversor una acción que todavía no está en propiedad suya sino que tiene que comprar todavía.
En rigor, se trata de una especulación financiera en la que el banco apuesta a que la acción, entre el momento en que la vende y el momento en que la compra, baje de precio con lo que obtiene la diferencia como ganancia.
En el modelo de Barcalys, la venta al descubierto debía realizarse poco antes o poco después del pago de dividendos.
Según legislación alemana, al propietario de la acción se le retenga en el momento del pago de dividendos un 25 por ciento por concepto de impuestos.
Después, en el momento de la declaración de impuestos, ese tributo se computa con otros que tenga que pagar el propietario y, en caso de que se encuentre que ha pagado demasiado, el fisco le retorna el excedente.
El sistema del banco británico hacía que las acciones cambiasen de propietario varias veces en poco tiempo lo que creaba una confusión que hacía difícil determinar a quien pertenecían las mismas en el momento del pago de dividendos y quien había pagado los impuestos correspondientes y, por lo tanto, tenía eventualmente derecho a una devolución.
Eso permitía que algunos bancos que participaban en el sistema orquestado por Barcalys expidieran más certificados por pago de impuestos por dividendos que los que realmente habían retenido y transferido al fisco.
El Ministerio de Finanzas sospecha que las actividades de Barclays en ese campo le costaron cerca de 280 millones de euros al año y, ya que se piensa que Barclays no fue el único banco en utilizar ese modelo, se calcula un daño de miles de millones de euros.