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Ante la incertidumbre sobre las deliberaciones del Constitucional alemán

El Ibex modera la caída al cierre de la sesión pero entra en pérdidas anuales

El índice selectivo logra salvar los 8.000 puntos El euro se aprecia levemente frente al dólar hasta 1,327 unidades La prima de riesgo avanza hasta los 305 puntos básicos

El miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Joerg Asmussen (i), y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, llegan a la vista oral en el Tribunal Constitucional para evaluar si el programa de compra de bonos anunciado por el BCE viola la carta magna germana, en Karlsruhe, Alemania, hoy, martes 11 de junio de 2013.
El miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Joerg Asmussen (i), y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, llegan a la vista oral en el Tribunal Constitucional para evaluar si el programa de compra de bonos anunciado por el BCE viola la carta magna germana, en Karlsruhe, Alemania, hoy, martes 11 de junio de 2013. Uli Deck (EFE)

La posibilidad de que el Tribunal Constitucional eche por tierra el programa de compra de deuda soberana del BCE, hasta ahora el instrumento más efectivo para calmar la presión sobre la periferia europea, ha puesto en alerta a los mercados. El Ibex ha llegado a dejarse más de dos puntos porcentuales, mientras la prima de riesgo ha rozado los máximos de dos meses al colocarse en los 310 puntos. Los picos de tensión se han suavizado al cierre, pero no los suficiente para evitar que el selectivo, con una caída del 1,68%, entre en pérdidas anuales.

Hoy ha comenzado la vista oral en el que se juzgará si esas adquisiciones de deuda violan la carta magna germana y en la que el alto tribunal tendrá que dictaminar si las medidas propuestas por el presidente del BCE, Mario Draghi, exceden el mandato de la autoridad monetaria e invaden competencias nacionales. Su plan, conocido como Transacciones Monetarias Abiertas (Outright Monetary Transactions, OMT, sus siglas en inglés), ha sido capaz –con solo el anuncio de su diseño- de frenar la escalada imparable en que habían entrado el verano pasado la deuda soberana española e italiana. Y sus efectos se prolongan hasta hoy, en una muestra evidente de cómo la recuperación de los mercados se apoya de forma indiscutible en la actuación de los bancos centrales. Ya sea el BCE con su programa de deuda o la Reserva Federal estadounidense con su programa de estímulos.

Los nervios por las posibles consecuencias de esta reunión llegaron a aupar al bono a 10 años al 4,71% frente al 4,60% al que cerró ayer, de forma que la prima de riesgo de esta referencia en comparación con el bund alemán al mismo plazo se situó en 309 puntos básicos, nueve más que al cierre de ayer, su máximo en dos meses.

El mercado de deuda soberana europea reacciona hoy a un veredicto que, aunque no se prevé hasta después de las elecciones alemanas de septiembre, puede desmontar la que hasta ahora ha sido la política más exitosa para apagar el incendio que amenazaba a los países más débiles de la periferia europea. Así, la rentabilidad del bono portugués a diez años repunta casi 30 puntos básicos, al 6,48% y trepa a niveles del pasado mes de febrero. En la deuda española a plazos más cortos también se detecta la tensión: el bono a dos años sube al 2,15%, en máximos desde abril, y el bono a tres años roza el 3%, un nivel que había dejado atrás en febrero.

Mientras, el euro sigue extremadamente fuerte (malo para las exportaciones) desde que Mario Draghi echara un jarro de agua helada sobre las expectativas de intervención en el mercado. La moneda única roza los 1,33 dólares, ligeramente al alza desde los 1,326 de última hora de ayer. El miércoles de la semana pasada, antes de que hablara el presidente del BCE, se cambiaba a menos de 1,31 unidades del billete verde. 

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