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Columna
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Snowden pone a China en apuros

Puede que Edward Snowden haya avergonzado a Estados Unidos mediante la filtración de documentos de inteligencia, pero al buscar refugio en Hong Kong, el soplón fugitivo también ha puesto a China en un aprieto. Su caso podría convertirse en una prueba de alto nivel para la política de Pekín hacia la ciudad-estado, así como para su rival geopolítico.

Es irónico que Snowden parezca sentirse más seguro en el umbral de un régimen de partido único que en una democracia constitucional como la que acaba de dejar. Contó a The Guardian que eligió Hong Kong por su “ enérgico compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la disidencia política.” Sin embargo, la región administrativa especial china también tiene un tratado de extradición bien engrasado con Estados Unidos. Si Snowden se queda allí tendrá que argumentar satisfactoriamente que es un refugiado político, o esperar que Pekín intervenga en su nombre.

China está, sin duda interesada en Snowden. Lo que ha filtrado hasta ahora sugiere un conocimiento íntimo de partes del aparato de seguridad cibernética de Estados Unidos, y los reporteros con los que está trabajando han sugerido que queda mucho más por llegar. El ritmo de sus revelaciones ha provocado inevitables teorías conspirativas, pero vetar su extradición provocaría a Washington.

Un veto chino también podría alterar a los activistas de Hong Kong, ya recelosos de lo que ven como una intervención progresiva de la parte continental. Añadir en el hecho de que China no tiene interés en fomentar que los disidentes políticos de cualquier color vean a Hong Kong como un refugio seguro

Sin embargo, China no puede garantizar la salida de Snowden, que podría impugnar cualquier decisión de expulsarlo en los tribunales de Hong Kong, lo que le daría tiempo para conseguir apoyo público. Si Snowden se se convierte en un punto de reunión para el movimiento pro democracia de Hong Kong podría causar dolores de cabeza todavía mayores en Pekín que en Washington.

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