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El euro baja a los 1,30 dólares desde los 1,32

El Ibex corrige las pérdidas y mantiene los 8.400 puntos en la recta final

El euro baja hasta los 1,30 dólares El Standard & Poor's marca un nuevo máximo histórico

Imagen de un panel de cotizaciones en Tokio.
Imagen de un panel de cotizaciones en Tokio.Reuters

Llegó el día y el Banco Central Europeo cumplió, pero a medias. Después de que en la anterior reunión Mario Draghi dejara la puerta abierta a futuras rebajas de los tipos de interés, ayer se hizo realidad lo que desde hacía semanas venía barajando el mercado. El supervisor bancario encargado de la política monetaria recortó en 0,25 puntos el precio del dinero hasta el 0,5%, marcando así un nuevo mínimo histórico. Sin embargo, esto no pareció ser suficiente para un mercado que esperaba algo más en lo que a medidas para impulsar el crecimiento y el crédito se refieren. El Ibex 35, que en apenas media hora pasó de la alegría a la decepción, consiguió mantener los 8.400 en una jornada de constantes vaivenes. Cerró finalmente con una caída del 0,15%.

Junto con la falta de medidas concretas sobre cómo incentivar el crédito para las pequeñas y medianas empresas –el verdadero motor para el crecimiento económico de la zona euro y, en especial de la castigada periferia europea– una de las declaraciones que más pesó sobre los inversores tanto en renta fija como en renta variable fue la posibilidad de que el BCE establezca tipos negativos para la facilidad de depósito, es decir, que los bancos tengan que pagar por dejar a su dinero en el BCE.

En el mercado de deuda la idea de que el supervisor tenga la “mente abierta” a tipos negativos se tradujo en un repunte de la prima de riesgo. En este caso el responsable no fue el bono español, que permaneció en el 4,1%, sino el bund alemán, que ha registrado nuevos descensos ante la expectativa de que los fondos depositados por la banca en el colchón del BCE se trasladen hacia los habituales activos refugio. Todo esto llevó al riesgo país español a situarse a un paso de los 290 puntos básicos.

En el resto de Europa la tendencia fue parecida. La apertura alcista de Wall Street después de que miércoles el presidente de la Fed asegurara que habría flexibilidad para incrementar o reducir el ritmo de compra de bonos en función de los datos macroeconómicos, fue la base de la recuperación final de ayer en las Bolsas europeas. Al final el Standard & Poor's ha cerrado con un nuevo récord histórico, en 1.597,5 puntos, tras subir un 0,9%, animado también por el recorte de tipos en la zona del euro y el buen dato de paro.

Así las cosas, el Dax alemán finalizó con un repunte del 0,61%, el Euro Stoxx con una subida del 0,26% mientras el Cac empató. Solo el Mib italiano (-0,12%) y el selectivo español fueron incapaces de sacudirse los números rojos. Al otro lado del Atlántico el S&P 500 registraba a media sesión un nuevo máximo histórico.

Los inversores parecen sentirse un poco defraudados después de que Mario Draghi no haya comunicado iniciativas concretas para abrir el grifo del crédito, aunque sí ha asegurado que la barra libre de liquidez para la banca estará activa hasta julio de 2014. “Sí ha abierto la posibilidad de aceptar las titulizaciones de créditos en el futuro. Pero quizá sea excesivo pretender que el BCE lo haga todo de golpe, sobre todo teniendo en cuenta la influencia que ejerce el Bundesbank en la toma de decisiones”, señala Rafael Romero, director de inversiones de Unicorp Patrimonios. En su opinión, el mensaje lanzado ayer por Draghi no ha de suponer en cualquier caso un cambio de rumbo en el tono alcista de los mercados sino un argumento con el que ir consolidando posiciones, visto el compromiso del BCE para buscar fórmulas en la salida de la crisis.

Por su parte, el euro perdió terreno frente al dólar. Después de un apertura dubitativa, la moneda acusó la rebaja de tipos y, en especial, la posibilidad de que la banca deba pagar por la facilidad de depósito. Así, la divisa europea pasó de los 1,32 dólares al entorno de los 1,30.

La banca, la más disconforme

El discurso del presidente del BCE interrumpió el tono positivo con que cotizaban las Bolsas europeas en el momento en que Draghi avanzó la posibilidad de dejar en un interés negativo la denominada facilidad de depósito, la especie de cuenta corriente del BCE en la que la banca aparca la liquidez que le sobra, aunque no reciba remuneración por ello. Un tipo de interés negativo supondría de hecho tener que pagar por disponer de ese colchón, lo que provocó las caídas en Bolsa de los valores bancarios y el cambio de rumbo de los índices bursátiles, como fue el caso del Ibex.

BBVA y Santander, que llegaron a ceder cerca de un 2%, recuperaron el tono al cierre y despidieron la jornada plano y con un descenso del 0,2%, respectivamente. Sabadell (-1,9%) o Popular (-2,03%) terminaron en pérdidas. Mientras que en el lado opuesto, Bankinter logró un ascenso del 2,25%.

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