Incertidumbres en los convenios
Los más de seis millones de parados que hay en España son una cuantificación precisa de las serias carencias que aquejan al mercado laboral. Las oscuras previsiones de los organismos internacionales y de la mayoría de los servicios de estudios, públicos y privados, añaden un plus de preocupación sobre cuándo se volverá a crear empleo en una economía con el consumo anémico, la construcción paralizada y la industria semidesaparecida. A este marco, lo peor que se le puede añadir es incertidumbre. Pues bien, eso es precisamente lo que puede ocurrir en menos de tres meses si no se actúa a tiempo, porque el próximo 8 de julio cientos de miles de trabajadores –entre 2 y 3,5 millones, según los sindicatos– verán decaer sus convenios colectivos por efecto de la reforma laboral y, a la vez, se abrirán nuevas incógnitas. La prórroga automática del convenio vencido, si no hay acuerdo para el siguiente (ultraactividad), está limitada a un año como máximo por la nueva norma laboral, en vigor desde el 8 de julio de 2012. Pero los expertos no ven tan clara la no aplicación de los convenios caducados. Aunque la ley es precisa, va a estar sujeta a interpretaciones judiciales, ya que la casuística es múltiple. Todo indica que se avecina una avalancha de demandas y más conflictividad laboral. Lo último que hace falta.