Las anquilosadas economías del Sur de Europa, necesitan cambiar radicalmente de forma de trabajar. Muchas de ellas son democracias recientes, que salieron de dictaduras de corte autárquico (y su transformación no fue lo modélico que se nos cuenta), o democracias débiles en los que las sucesivas crisis institucionales han derivado en un populismo/caudillismo trasnochado. En realidad son sociedades propias de otras épocas vestidas de modernas, a base de diseño arquitectónico, fondos europeos y talonario sin fondos.
Nuestra elección es quizás más radical: dentro de la UME con ajustes fuertes (y modernización) o fuera de la UME con ajustes blandos (o viaje al pasado). El esfuerzo de la primera opción puede, si cabe, ser más duro en éstos países si EE.UU. (como parece inevitable) elige el ajuste blando con tipo de cambio débil. En ese momento, la UME vivirá su gran momento de la verdad: hacer una devaluación interna en el sur de Europa con un tipo de cambio al alza.
Cualquiera que sea la opción que se elija no será fácil ni indoloro, ni tiene garantías de éxito total. No obstante un cosa es cierta; hacer mal este trabajo (y hacerlo mal significa distribuir la carga de los ajuste dentro de la sociedad de manera desigual,no transparente e injusta) pondrá a las élites de cada uno de estos países en una situación de conflicto social no soportable y de resultado imprevisto para sus intereses.
De la misma manera, los acreedores, no pueden pensar que están a salvo, en su momento deberán aceptar un precio a pagar ya que ellos fueron cómplices necesarios en la fabulación que se viene viviendo desde hace años. Finalmente estará en sus manos que todo el sistema no explote violentamente.
Actuar sabiamente implica no solo pensar en los beneficios individuales y a corto sino en los intereses globales y a largo plazo. Es la famosa dicotomía entre tentación y compasión (que podrían ser utilizados como sinónimos de la visión a corto y largo plazo) que tan sabiamente describió Wagner en su obra final “Parsifal”.[4]
Como en la obra, la hermandad de caballeros del Grial (la sociedad en su conjunto) sufre las consecuencias de haber perdido la lanza mágica de la que eran custodios (sistema económico pervertido que no resuelve los problemas de la sociedad). La profecía, repetida constantemente durante el primer acto de la obra, anticipa que solo un “casto, loco” (casto porque sabrá controlar el impulso de la inmediato y loco porque no fue educado en la ortodoxia vigente y tendrá que plantearse reconstruir una nueva, desde la nada) es el único que será capaz de recuperar la lanza (arreglar el sistema económico) y, con ello, salvar a la hermandad. Será sabio por compasión porque su visión necesariamente será teniendo en cuenta a toda la sociedad. Su transformación radical comienza cuando no acepta los encantamientos y tentaciones de Kundry y comprueba, en visión de la herida sangrante de Anfortas, que la visión a corto plazo (e individualista) nos llevará irremediablemente a un callejón sin salida y al dolor de la sociedad en su conjunto.
Entre el segundo y tercer acto, Parsifal sufre la trasformación más radical, la que le lleva de nuevo a la sala del Grial, sintoma de que ha encontrado el verdadero camino después de múltiples fracasos.
No conocemos a nuestro Parsifal[5], pero ya se le ve entrar en el Jardín mágico de Klingsor o quizás incluso ya haya recuperado la lanza (segundo acto).
[4] Recomiendo la última puesta en escena de François Girard,estrenada éste mes en el Metropolitan Opera House de Nueva York.. Más radical (por su transformación de la historia) pero igualmente útil, es la puesta en escena de Stefan Herheim para el Festival de Bayreuth entre 2008-2012. El concepto de “compasión” es interpretado como la necesidad de contar con todos para construir algo (la unificación de Alemania/la construcción de la UME) y hacer así que sea duradero y justo, ya que satisfacer solo con las necesidades/deseos de las élites nos lleva irremediablemente al fracaso (en el caso alemán dos guerras y a un estado fallido, que quizás ahora tiene la oportunidad de reconstruirse).
[5] Es curioso, un agnóstico como yo no lo hubiese imaginado, pero el personaje que más habla actualmente un lenguaje claramente parsifaliano sea recien elegido Papa Francisco, sintoma claro de la necesidad de un cambio en todas las instituciones, incluso en una tan antigua como la Iglesia. Por contra, en otras con mucho menos historia y más coyunturales, ni se ha planteado y mantienen la absurda hipotesis de que lo que ha venido sucedido desde hace tan solo 70 años, es eterno. http://www.deia.com/2013/03/29/mundo/el-papa-quiere-que-el-sacerdote-sea-pastor-con-olor-a-oveja
Comentarios
Dice Ud. que la economía está anquilosada, por mi parte añadiría un término más, no solo está anquilosada, está estancada. El término "estancamiento" se aplica cuando el agua no fluye, igualmente este término se podría aplicar al sistema económico establecido, donde no solo se permite, sino que se facilita. Todo ello como fruto de malos planteamientos o cuando menos, planteamientos de los que solo se pueden beneficiar unos pocos.Al mismo tiempo, hemos estado funcionando en la inercia de un sistema caduco pero establecido, en el que no hemos aportado ningún tipo de cambio que habría sido vital adoptarlo y adaptarlo a una sociedad que ha ido creciendo y evolucionando igualmente dentro de esa misma inercia. Solo hemos sido capaces de reaccionar cuando realmente les hemos visto, como se suele decir "las orejas al lobo".El reajuste durísimo, pero a estas alturas inevitable, ya está planteado - no nos cabía otra - pero no finalizado. Falta algo tan esencial como ver las posibles salidas a esa población flotante de la que parte de ella será absorvida progresivamente por el propio sistema y otra parte que quedará fuera inevitablemente y esa es la parte que hay que cuidar.Garantías de éxito total no lo tenemos, por supuesto, nadie tiene garantías de nada, pero sin lugar a dudas es - desgraciadamente, de momento - la mejor.Dentro de un pensamiento honesto y responsable, deberíamos pensar en intereses globales a largo plazo, más que en beneficios individuales a corto plazo y para ello, debemos poner en marcha la filosofía de la prevención que es lo que nunca se ha aplicado o cuando menos no se ha aplicado de la forma que se debería haberse aplicado, porque de haber sido así, no habríamos llegado hasta aquí y de este modo.La prevención en todas las facetas de la vida y en política más que en ninguna
Lo que pedimos a nuestra economía es que sea capaz de alimentar, vestir y albergar a los terrícolas que habitamos el planeta. Nunca como ahora tuvimos tantos recursos para lograr el éxito (fuerza de trabajo y tecnología en forma de capital y de conocimiento para obtener las materias primas, producir los bienes y servicios necesarios y cuidar la propia sostenibilidad de los recursos del planeta) pero la financiarización extrema de la economía a que hemos llegado nos hunde en la miseria de la especulación y la polarización de la riqueza mientras los verdaderos recursos productivos quedan subutilizados y se extiende la pobreza bajo el eufemismo de "austeridad" para la mayoría, y el lujo más obsceno para minoría (los que acumulan la riqueza financiera y secuestran a los políticos y a la democracia). ¡Que tremendo simbolismo que ahora en España se esté aplicando más que nunca una ley (la de desahucios) que es anterior a la Primera Guerra Mundial y a la Revolución Soviética! Lo poco que habíamos aprendido en el siglo XX a organizar armónicamente la sociedad lo estamos desaprendiendo a toda velocidad.