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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El debate inacabado del tipo negativo

Mario Draghi no está preparado para llevar a la eurozona a territorio desconocido...todavía. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha echado abajo las esperanzas de recortar los tipos de interés por debajo de cero, resaltando algunos riesgos “serios”. Pero si el euro se dispara de nuevo, el debate podría volver.

Una tasa negativa de la facilidad de depósito del BCE suena descabellada, pero podría tener algunos beneficios. Podría obligar a los bancos a prestar su exceso de reservas. También podría espantar los flujos especulativos. Draghi sugirió un grado de comodidad con la idea en diciembre, cuando dijo que el banco central estaba “operacionalmente listo” para una tasa de depósitos negativa.

Draghi estaba en lo cierto al remarcar los riesgos, y ya los conocía antes. Los tipos negativos podrían impactar en la liquidez global lastimando los fondos del mercado del dinero del que los bancos piden prestado. Ni siquiera podría ayudar demasiado a las condiciones crediticias. Los bancos pueden ser reacios a traspasar todos los costes a sus depositantes, y en su lugar podría tratar de recuperarlos parte de los prestatarios. Contra toda lógica, un recorte en los tipos podría endurecer, y no aflojar, las condiciones crediticias.

Una tasa de depósitos negativa podría tener un impacto en la liquidez global

Las preocupaciones son relevantes para la eurozona. Los bancos ricos en efectivo del norte de Europa estarían más afectados por el recorte, pero uno pequeño no les convencería para llevar los fondos a las zonas del sur de Europa con el crédito paralizado. Solo podrían llevar el dinero a las zonas donde la economía ya se está sobrecalentando. La crisis política en Italia les hará estar aún más nerviosos.

Eso no significa que una tasa de depósitos negativa no sea posible. Un euro debilitado, en parte por las elecciones italianas, ha eliminado los miedos anteriores a una moneda al alza. Pero si el débil crecimiento global obliga a otros bancos centrales a acelerar la facilidad cuantitativa, el euro podría empezar a parecer atractivo de nuevo, afectando a la competitividad. Jugar con los tipos de interés puede ser más atractivo para Alemania que imprimir dinero. El baile de la tasa negativa podría empezar de nuevo.

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