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Las cotizadas se trabajan su compromiso verde

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Reducir el consumo de energía y la huella de CO2 en el desarrollo de sus actividades centran la política medioambiental de las principales empresas cotizadas del Ibex 35. La creciente presión de los inversores empuja a las empresas a estar cada vez más atentas a variables medioambientales como el impacto de su actividad en el entorno, el consumo energético o la creación de productos y servicios directamente ligados al medio ambiente.

Aunque voluntarias, las memorias de sostenibilidad, donde se recoge el grado de compromiso verde de las empresas cotizadas, ya están totalmente integradas en la cultura empresarial. De hecho, estas compañías reconocen el avance de los últimos años en la concienciación sobre el interés de ver las cuestiones medioambientales como una oportunidad, aunque aún no estén integradas plenamente en la estrategia de negocio de las empresas, con excepción de aquellas que se dedican a sectores directamente relacionados con el entorno, como las energías renovables o el cultivo de papel.

Estos son algunos ejemplos de las iniciativas de las cotizadas a favor del desarrollo sostenible. El ahorro energético y la reducción de la huella de carbono centran este apartado.

ENCE. 80.000 hectáreas de bosque

En el mercado de la madera surge con fuerza desde hace unos años el debate sobre cómo asegurarse de que la madera que se compra procede de bosques gestionados con el objetivo de que duren en el tiempo, sin comprometer la tierra. En ese sentido, Ence, que se dedica al cultivo de árboles para su venta y posee más de 80.000 hectáreas de bosque en España, figura entre las compañías que han incorporado el sello FSC de gestión sostenible "como motor de desarrollo rural", según la empresa. Esta herramienta también prevé seguir la huella a la madera en toda la cadena de producción para implicar a los demás actores "y fomentar la certificación de las superficies entre nuestros socios y colaboradores", resaltan en la compañía.

Ferrovial. De moda a variable de negocio

Ferrovial ha centrado su política de RSC en "utilizar nuestra tecnología para aprovechar las oportunidades asociadas al desarrollo sostenible", dicen en la compañía, ya que el grueso de su negocio se dedica, precisamente, a actividades directamente relacionadas con el medio ambiente. Se ocupa de la gestión de residuos, el ciclo del agua y ofrece servicios para crear ciudades inteligentes y eficiencia energética en varios países del mundo. "El medio ambiente ha pasado a formar parte de las decisiones relevantes de la compañía. Hace mucho tiempo que el medio ambiente pasó de considerarse una moda a convertirse en una variable más", resaltan.

Santander. Una oficina de cambio climático

La entidad financiera creó en 2011 la oficina de cambio climático "para identificar riesgos físicos o regulatorios y oportunidades de negocio" relacionados con él. El mismo año, Santander financió 9.181 megavatios de potencia de energías renovables en varios países de Europa y Estados Unidos, dentro de un programa específico creado por el banco para el desarrollo de soluciones financieras relacionadas con la eficiencia energética. "En todo el sector financiero cada vez hay más interés por proyectos destinados a reducir la huella de carbono, como el programa Carbon Exposure, cada vez más exigente", explican desde la compañía, cuyo compromiso con el cambio climático "va a más y prueba de ello es que la crisis no ha afectado".

Iberdrola, Inversión de 1.700 millones

Iberdrola destinó 1.700 millones de euros a programas ambientales en 2012, y 1.500 el año anterior. La compañía ha realizado inversiones en redes eléctricas y en energías renovables "vías estratégicas de crecimiento", según la empresa eléctrica, que también es comercializadora y consumidora de energía eléctrica. Uno de los últimos proyectos de la compañía ha sido la red inteligente de Castellón, que ha convertido esta ciudad en el primer municipio español con una red de estas características. Un total de 180.000 clientes ya cuentan con este servicio, que permite mejorar la calidad del suministro eléctrico al reducir las incidencias. En su desarrollo de energía limpia, Iberdrola contaba con unos 14.000 megavatios de potencia instalada a cierre de 2012.

BBVA. Calcular el riesgo extrafinanciero

El BBVA ha creado un comité de riesgos sociales, ambientales y de reputación "para gestionar los riesgos extrafinancieros que pudieran afectar al perfil crediticio de un prestatario o de un proyecto de financiación", explica la entidad financiera, que ha creado una herramienta con nombre propio, Ecorating, para calificar el nivel de riesgo medioambiental de aquellos clientes que superan determinado umbral de crédito. La eficiencia energética y la contribución a reducir la huella de carbono en sus actividades son otras actuaciones concretas de la compañía a favor del medio ambiente. El banco lanzó en 2008 el primer Plan Global de Ecoeficiencia con una dotación de 19 millones de euros y trabaja en un nuevo proyecto acompañado de un plan de inversión.

Mapfre. Un seguro ecológico

Mapfre ha ideado un producto directamente ligado al medio ambiente. El seguro de pago para vehículos híbridos y eléctricos permite ahorrar al asegurado hasta 42 euros en la renovación de su seguro. La compañía valora esta conducción ecológica a través de un dispositivo GPS incorporado en el vehículo sin coste para el asegurado que registrará una estimación de la emisión de dióxido de carbono en función de los kilómetros recorridos, velocidades medias en función del tipo de vía y otras variables. Los clientes podrán consultar mediante el iPhone, iPad o teléfono inteligente sus datos de conducción y gracias al GPS dispondrán de asistencia automática en caso de impacto.

Enagás. Objetivos vinculados al variable

La compañía fija anualmente un objetivo de reducción de los autoconsumos de gas natural en sus instalaciones, principal fuente de emisiones de gas de efecto invernadero de la compañía. Ese propósito está vinculado a la retribución variable de todos los empleados. La compañía también está llevando a cabo varios proyectos de aprovechamiento de frío y del calor residuales en sus instalaciones para generar electricidad. Estas iniciativas se están poniendo en marcha en la planta de regasificación de Huelva, donde el objetivo es aprovechar el frío del gas natural licuado. En la estación de compresión de Almendralejo la compañía también aprovecha el calor residual. Todos los proyectos de construcción de Enagás tienen asociado un estudio de impacto ambiental, obligatorio por ley.

Abengoa. Captura de CO2

Abengoa "es consciente de que el cambio hacia un modelo de sostenibilidad es uno de los principales retos que tenemos en los próximos años". La empresa, especializada en energía y medio ambiente, ha instalado en su sede de Sevilla un sistema de climatización a caudal variable con el que ha logrado un ahorro en el consumo de energía de entre un 5% y un 10%. En sus oficinas ha sustituido las luminarias por otras de mayor eficiencia y participa en la captura de dióxido de carbono emitido en su proceso productivo para su venta a otros negocios. En 2012 retuvo así 144.000 toneladas de CO2 en la planta de Abengoa Bioenergy que se vendieron a unos invernaderos holandeses.

Repsol. Asfaltos y diésel más limpios

Repsol ha llevado a cabo numerosos programas destinados a minimizar el impacto ambiental. Las inversiones ascendieron a 410 en 2011, debido al proyecto de ampliación de la refinería de Cartagena. Se concentraron en mejorar la calidad ambiental de los productos petrolíferos, minimizar las emisiones al aire, mejorar los sistemas de prevención de derrames y a la optiminzación del consumo de agua o al aumento de la eficiencia energética.Para reducir la huella de carbono en el área de asfaltos ha desarrollado productos más ecoeficientes. También trabajan en lubricantes más respetuosos con el medio ambiente. Y ha creado una unidad de nuevas energías con el objetivo de crear biocombustibles, electrificacion del transporte y la generación de électrica renovable

Indra. Hasta 200 escritorios virtuales

La empresa tecnológica consume energía en sus equipos informáticos y contribuye a la emisión de dióxido de carbono por los desplazamientos de sus empleados. Indra decidió atajar el elevado consumo energético con la medición de la energía en las infraestructuras informáticas. El resultado fue la construcción de un nuevo centro de proceso de datos en San Fernando de Henares en 2011 que sustituye a centros anteriores y en el que ha instalado 200 escritorios virtuales. La empresa ha aprovechado su conocimiento de las nuevas tecnologías para sustituir muchos de los desplazamientos de sus empleados por videoconferencias y aplicaciones de trabajo en remoto.

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