El nuevo ciclo de crédito en Estados Unidos
Las sorpresas este año no vendrán de Europa, actualmente en recesión -más profunda en España, Francia o Portugal-, donde esperamos crecimiento cero en 2013 -aunque Alemania, gracias a las exportaciones, puede crecer al 1,5%-. Tampoco vendrán de los países emergentes, donde es previsible que se genere un crecimiento estable al 4%. Lo que los mercados aprecian son cambios favorables. China creció en 2009-2012 al 8%, pero a lo largo de ese tiempo sus acciones mostraron una rentabilidad negativa.
La mejora puede tener lugar en Estados Unidos (EEUU), que puede entrar en nuevo ciclo de crédito -ha estado roto, como en Europa, cinco años-. El nuevo ciclo puede favorecer el consumo, la inversión empresarial y la construcción residencial y con ello la creación de puestos de trabajo y formación de nuevos hogares, generándose crecimiento virtuoso sostenible.
De hecho desde finales de 2012 se ha acabado el exceso de deuda en el sector privado. Actualmente EEUU está en fase de desaceleración por razones del pasado, habiéndose superado el abismo fiscal al 80% de medidas correspondientes. Mientras es necesario que continúe el gasto y déficit de su sector público y el obstáculo es el techo de déficit, pero es previsible un acuerdo entre demócratas y republicanos, como siempre que están juego el interés nacional, para mediados de marzo. De manera que al comienzo del segundo trimestre puede iniciarse el nuevo ciclo virtuoso. Ello puede tener impacto en la economía mundial.
En este escenario las consecuencias son claramente positivas para las acciones. Hay que tener en cuenta que el nuevo ciclo de crédito en EEUU puede tener efectos positivos en todos los mercados, incluyendo Europa y emergentes, como en el año 2012. De hecho Europa es cada vez más dependiente del crecimiento global, de manera que el crecimiento de beneficios de las empresas puede ser de doble dígito, acompañado de rentabilidades del mismo orden. Ya ocurrió en 2003, cuando Europa estaba en recesión, pero las acciones subieron un 40% con la recuperación global.
Además, si se confirma el nuevo ciclo de crédito en EEUU, es posible que convenga incrementar, paso a paso y a lo largo del año, el peso de las acciones. A ello se añade que un entorno sistémico tranquilo es importante para los mercados. De hecho, hasta el momento el verdadero cambio radical lo ha producido el Banco Central Europeo, desde que Mario Draghi indicó el pasado mes de julio que haría todo lo necesario y que sería suficiente. Draghi promovió la solución al riesgo sistémico de liquidez para estados y bancos en la zona euro y con ello ganó tiempo para los gobiernos.
De ahí la caída de la prima de riesgo de la deuda de España y la subida de su mercado de acciones en 30% en meses, como en Italia, Irlanda o Grecia. Si España pide ayuda, recibirá liquidez del BCE, tan sencillo como eso. Mientras el BCE mantenga su compromiso, el riesgo sistémico de liquidez estará controlado, con efectos positivos en los bonos periféricos.
En cualquier caso, la inversión en deuda de países periféricos debe tener carácter táctico, a corto plazo. Puede llegar a ser estratégica si se soluciona el riesgo de solvencia. En este sentido, de momento la mejora en competitividad no es lo suficientemente fuerte como para estimular crecimiento económico.
Es necesario un cambio de estilo de política presupuestaria, para lo que resulta obligado pasar de políticas de austeridad a políticas favorables al crecimiento. Mientras, no puede bajar el ratio de déficit de deuda sobre PIB. Pero para ello es necesario contar con el concurso de Alemania, lo que no es previsible al menos hasta después de las elecciones presidenciales del mes de septiembre, pues la población alemana no quiere pagar por otros países periféricos. De manera que el mejor escenario que podemos esperar en la Zona Euro este año es que no haya más episodios de falta de solvencia.
Christophe Donay es director de macroeconomía de Pictet WM