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Tribuna
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Una vía rentable para los gobiernos

Los gobiernos están, por una vez, en el lado correcto del ciclo crediticio. El hambre del inversor por los títulos contingentes convertibles está permitiendo a Irlanda y Bélgica recuperar efectivo de los costosos rescates bancarios. Las perspectivas de bajo crecimiento encarecen las ampliaciones de capital en los bancos, pero hace que los inversores en bonos estén desesperados por los intereses. Los gobiernos deberían tomar el dinero y correr.

Los acuerdos del Banco de Irlanda y del Grupo KBC son diferentes, pero ambos muestran un nuevo uso de los bonos contingentes convertibles, aquellos que fuerzan a las pérdidas a los bonistas cuando los ratios de capital de los bancos caen por debajo de los niveles preestablecidos. El gobierno irlandés recuperó la semana pasada un pequeño beneficio de su rescate bancario al revender en el mercado 1.000 millones de euros de estos bonos que había usado para recapitalizar el Banco de Irlanda en 2011. Los 750 millones del acuerdo con KBC es parte de un aumento de capital en acciones y bonos que serán utilizados para devolver 3.000 millones al gobierno belga. Ambas operaciones involucran a los llamados «cocos», un nuevo tipo de bono que puede forzar pérdidas a sus tenedores incluso cuando el banco sigue en marcha. El acuerdo de KBC estallará si su ratio core Tier 1 cae por debajo del 7%.

Parece un buen acuerdo, tanto para bancos como para gobiernos. Aumentar capital de forma ordinaria es caro pese al reciente rally del mercado. El mercado de bonos, mientras, está en un momento dulce; los bonos soberanos tienen intereses bajos, y los miedos a una crisis de la eurozona desaparecen, forzando a los inversores a tomar riesgos. Estos se conforman con comprar los «cocos».

A los inversores les gustaría tener un colchón más grande entre el ratio de capital y el punto en que los cocos se ejecutan. Por eso los candidatos más probables son los bancos del norte de Europa. El colchón de los accionistas parece más débil en el sur de Europa, donde la austeridad podría llevar a pérdidas bancarias.

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