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El Foco
Tribuna
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Economía con motores y frenos

El autor analiza los datos económicos tras estos años de crisis en España y relata algunas propuestas para levantar las estadísticas. Señala que lo más importante es recuperar el acceso a la financiación.

Joaquin Maudos

El balance de los más de cinco años de crisis que lleva sufriendo España es demoledor: una caída del 14,4% del nivel de empleo (2,9 millones menos de ocupados); la desaparición de 196.000 empresas con asalariados (un 12%); un nivel de renta similar al existente a finales de 2007; una pérdida del 27,5% en la capitalización bursátil, etc. Pero en este contexto tan desolador, es posible encontrar luces que muestran que parte de los desequilibrios acumulados en el pasado ya han empezado a corregirse. Así, por ejemplo, la balanza comercial ya presenta un saldo positivo, lo que ha permitido que en 2012 se haya reducido el nivel de deuda externa; la productividad del trabajo ha empezado a aumentar, lo que unido a la moderación salarial está permitiendo una reducción de los costes laborales unitarios que favorece la competitividad de las empresas; está aumentando la importancia de las actividades basadas en el conocimiento, que son las que utilizan más intensamente el capital humano y el I+D+i; las exportaciones son cada vez más sofisticadas y diversificadas, lo que permite generar más valor añadido y competir en distintos mercados y productos.

Estos son algunos de los datos que recoge el informe Fundación BBVA-Ivie 2012 "Crecimiento y competitividad. Motores y frenos de la economía española" que identifica los motores del cambio del patrón de crecimiento y los frenos de la larga recesión que estamos sufriendo desde que estallara la crisis en 2007. A partir de un diagnóstico general sobre la evolución reciente de la economía española en el contexto internacional, el informe identifica las causas de la recesión que tienen su origen en los graves desequilibrios financieros, comerciales y laborales acumulados en la anterior etapa de expansión, así como en los retrasos en la adaptación a los cambios en el escenario mundial y en las demoras, vacilaciones y resistencias a implementar las necesarias reformas.

El entorno europeo desfavorable asociado a la crisis de la deuda soberana y los problemas financieros que padecen las empresas y el sector público como consecuencia de sus elevados niveles de endeudamiento y dependencia de la financiación externa, han provocado una creciente desconfianza de los mercados que se hace visible en nuestra prima de riesgo. Este coctel explosivo, al que se une la escasez de crédito, nos ha obligado a implementar programas de austeridad fiscal que hacen retrasar aún más la salida de la crisis.

Para superar la crisis, el informe traza el camino por el que seguir avanzando. Ello obliga a seguir intensificando el uso del conocimiento dada la enorme brecha que nos separa de otros países en factores como la importancia del empleo cualificado, el nivel de productividad, el tamaño de las empresas, la importancia de la investigación aplicada, etc. A corto plazo, para propiciar la recuperación, es necesario mejorar el acceso a la financiación de los mercados, lo que exige completar con éxito la reestructuración y recapitalización del sector bancario, reducir el déficit público y el elevado nivel de endeudamiento del sector privado, con el objetivo inmediato de recuperar la confianza de los mercados. Pero a medio y largo plazo, volver a una senda de crecimiento estable exige aumentar la productividad y competitividad, para lo que es necesario proseguir con las reformas estructurales ya iniciadas. Los retos a alcanzar a medio plazo deben ser converger a los mayores niveles de productividad de las economías europeas, reducir el coste regulatorio que soportan las empresas, impulsar las exportaciones, mejorar el entorno educativo de las empresas y apostar por el conocimiento.

Estos mensajes se concretan en el informe en un listado de 15 propuestas concretas agrupadas en cinco ámbitos. En el ámbito financiero, se propone: 1) crear una auténtica unión bancaria; 2) normalizar el crédito, tanto en cantidad como en precio; y 3) resolver la crisis de la deuda soberana. En el terreno de las Administraciones Públicas, las propuestas son: 4) definir el tamaño y estructura del sector público; y 5) evaluar la capacidad fiscal del país y combatir de forma eficaz la economía sumergida y la lacra e injusticia social que supone el fraude fiscal. En el mercado de trabajo el Informe propone: 6) aplicar la reforma laboral con una negociación salarial a nivel de empresa, vinculando los salarios a las ganancias de productividad, y reduciendo la dualidad y temporalidad, así como el elevado absentismo existente; y 7) impulsar las políticas activas de empleo para aumentar la empleabilidad de los parados y evitar la depreciación del capital humano de los recién titulados. En el ámbito empresarial, mejorar la competitividad requiere: 8) intensificar la competencia en numerosos sectores; 9) reducir el coste regulatorio que soportan las empresas, eliminando barreras legislativas y administrativas; 10) impulsar un marco normativo favorable al crecimiento de las empresas, para evitar que la regulación sea un obstáculo al crecimiento; y 11) potenciar el tejido exportador, mejorando su diversificación y sofisticación. Finalmente, en el ámbito de la sociedad de conocimiento, las propuestas son: 12) implementar mejoras educativas con sistemas de retribución orientados a resultados y sistemas de evaluación de la calidad; 13) promover el uso del conocimiento y las sinergias entre empresas y educación; 14) incentivar la investigación aplicada y la innovación tecnológica; y 15) facilitar el acceso y utilización de las TIC con objeto de reducir la brecha digital que existe entre personas con distintos niveles educativos.

El estudio de la Fundación BBVA-Ivie propone una estrategia realista contemplando la grave situación actual de manera constructiva. Las reformas en curso y la incipiente corrección de algunos de los desequilibrios acumulados en el pasado darán sus frutos siempre y cuando se resuelva a corto plazo el problema de la financiación, tanto para el Estado como para las empresas, incluyendo las bancarias. Tras solicitar asistencia financiera a los fondos europeos se ha resuelto el problema de la falta de solvencia de una parte del sector bancario, pero el acceso a la financiación en cantidad suficiente y precio asumible sigue siendo un problema. La prioridad por tanto debe ser resolver este nudo gordiano involucrando a las instancias europeas para relajar nuestra excesiva prima de riesgo, algo que podría lograrse solicitando nuevamente asistencia financiera en forma de una línea de crédito preventiva que activara la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo. España ha aceptado las condiciones del MoU asociadas al rescate bancario, por lo que la Unión Europa debe ser consciente de los sacrificios ya asumidos.

El Informe es consciente de los esfuerzos que exigen las reformas y, por tanto, de la necesidad de involucrar a todos los agentes sociales. De no hacerlo, la deseada salida de la crisis se retrasará aún más, lo que se traduciría en un crecimiento insuficiente para reducir el paro, que es sin duda la cara más amarga de la crisis.

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