Un despegue muy lento
La recesión y el elevado desempleo impiden pensar en el repunte bursátil para la banca española, pese a la activación de las ayudas al sector.
La puesta en marcha este miércoles por la Comisión Europea del rescate a la banca nacionalizada es el último capítulo de la larga historia de la reestructuración del sistema financiero español. Se zanja así el problema del déficit de capital que soportan Bankia, Novagalicia, Catalunya Banc y Banco de Valencia y que ha contaminado al conjunto del sector. También ha puesto de manifiesto el estrecho vínculo entre riesgo soberano y riesgo bancario, con las entidades nacionalizadas como gran exponente de ese círculo vicioso.
La limpieza de los balances -ya sea con la ayuda europea o a costa de dejar en los huesos la cuenta de resultados en las entidades que han logrado evitarla- es el punto de partida necesario para la recuperación del sector que, en cualquier caso, está aún muy lejos de repuntar en Bolsa. Expertos y firmas de análisis coinciden en que la activación del rescate europeo es un punto muy positivo para el conjunto de la banca española, ya que reduce el riesgo sistémico que tanto ha castigado también a los bancos sanos. Pero, una vez logrados los estándares necesarios de capital, llega el momento de pensar en la rentabilidad del negocio bancario, que afronta un horizonte plagado de nubarrones.
"Una buena inversión en banca requiere un entorno de creación de empleo, crecimiento del crédito y unas valoraciones atractivas", resume un analista de una firma internacional. Las bajas valoraciones podrían ser el único punto de relativa esperanza para atraer a los inversores. "Los precios según valor en libros nunca han sido tan baratos", señala Miguel Castells, director de inversiones de Finanduero. Pero en cuanto al azote del desempleo y la contracción del crédito, el consenso es unánime. Sin empleo ni financiación, el negocio bancario no puede ser rentable y el panorama económico para España en 2013 es desalentador, sin que se disipen las dudas de que la recuperación sí vaya a ser una realidad en 2014.
La Comisión Europea prevé que el paro alcanzará en 2013 el 26,6% y la OCDE pinta un horizonte de seis millones de desempleados en España para el próximo año y también para 2014. Con la sola excepción de Grecia, España es el país de la zona euro donde más ha subido la tasa de desempleo desde 2008, 17 puntos frente a los 10,2 del caso irlandés, los 7,2 puntos de Portugal y apenas 0,5 puntos por debajo del desempleo griego. Y al severo entorno macroeconómico se añade el factor de la incertidumbre regulatoria. "En 2013 persiste la posibilidad de nuevos aumentos de las provisiones, en especial en pymes y autónomos. Puede suceder cualquier cosa. Y el año próximo se definen también las exigencias de liquidez que impondrá Basilea III", explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4. En el sector reconocen su recelo ante nuevos endurecimientos de provisiones, que en 2012 han permitido aflorar todos los riesgos que no se había reconocido en la cartera inmobiliaria y que han terminado por retratar con claridad en qué posición de solvencia está cada entidad.
El deterioro que se espera para la economía española refuerza la hipótesis de la exigencia de nuevas provisiones y añade incertidumbre sobre la cotización del sector. Por el contrario, y por paradójico que pueda suponer, la esperanza de recuperación en Bolsa para la banca está ligada a que España pida el rescate, aunque con ello el país certifique del todo sus dificultades de financiación.
Morgan Stanley es una de las firmas que apuestan por este escenario y concede una elevada probabilidad a que el Gobierno solicite la ayuda en el primer trimestre de 2013, una petición que podría aliviar la prima de riesgo -clave para la financiación de la banca- en 155 puntos básicos y que tendría una respuesta inmediata al alza en la Bolsa. "La inversión en banca es un buen vehículo para aprovechar el repunte del Ibex que podría darse con el rescate. Los bancos se beneficiarían en primer lugar del rally del mercado", señala Castells, que en cualquier caso apunta a la inversión en banca con una intención provisional, casi especulativa. El fondo para el conjunto del sector sigue siendo el mismo: el alza bursátil se fía solo a una recuperación económica que aún queda lejos.
Santander: Pendiente de la promesa de Brasil
La entidad que preside Emilio Botín logra mantenerse en el reducido dúo -que comparte solo con BBVA- de entidades españolas que aún permanecen en la lista de valores recomendados de algunas firmas. Y ello a pesar de que en los últimos tiempos haya perdido cierto favor entre los analistas, más inclinados hacia BBVA por su exposición a México. Según el consenso de recomendaciones que recoge Bloomberg, el 50% de los consejos sobre Santander son de mantener, con un 28,6% de recomendaciones de venta y un 21,4% de consejos de compra. En este último listado figura Morgan Stanley, que incluyó recientemente al banco en su listado de valores sobreponderados de mercados periféricos, junto a Dia y Mapfre como única representación española.
Santander ha logrado aliviar el impacto de la crisis en España con diversificación geográfica: el 67% de sus activos están repartidos entre Reino Unido, Estados Unidos y España -mercados maduros-, con otro 12% en Brasil. En el año sube el 10,84%, frente a la caída del 21% del pasado año.
BBVA: México compensa por España
La presencia en México y Turquía son los grandes argumentos que defiende el banco para la creación de valor para sus accionistas. Después de todo, en España acusó pérdidas en los nueve primeros meses del año de 532 millones de euros. El 27,9% de las recomendaciones sobre el valor son de compra -frente a un 25,6% de venta- un porcentaje que supera ligeramente al de Santander gracias precisamente al potencial de negocio de los mercados emergentes en los que opera, en especial México. Así, la expectativa de crecimiento económico en 2013 para el país azteca es del 3,6%, frente al 3,4% que se esperaba en junio, según apunta Nomura, mientras que para Brasil, la expectativa de aumento del PIB del consenso de mercado para el próximo año es ahora del 3,8%, frente al 4,4% que se preveía en mayo. Aun así, y del mismo modo que le sucede Santander, BBVA no ha recuperado todavía los niveles a los que cotizaba con anterioridad a la crisis. Todavía pierde el 30% desde la quiebra de Lehman, en septiembre de 2008, si bien gana el 3,6% en lo que va de año.
CaixaBank : La factura de ser la mayor entidad
La entidad se ha consolidado como la de mayor tamaño en España tras la adquisición de Banca Cívica y el anuncio esta semana de la adjudicación de Banco de Valencia. Su apuesta por el negocio doméstico es por tanto evidente y sigue el propósito de reforzar su cuota de mercado en aquellas zonas geográficas con una menor implantación. "Creemos que los términos acordados para la compra de Banco de Valencia son muy favorables para el accionista gracias al importante saneamiento previo de la entidad comprada y de las elevadas sinergias de costes anunciadas", apunta Ahorro Corporación. Así, la acción apenas se ha resentido del anuncio de la adjudicación y se mantiene al mismo nivel previo a la adquisición de Banca Cívica, en marzo pasado, que ha requerido saneamientos totales de 3.850 millones, con el resultado de una caída del 80% en el beneficio hasta septiembre. Según Bloomberg, el 66,7% de las recomendaciones son de venta. Sobre el valor también pesa la directriz de Bruselas por la que la matriz La Caixa deberá reducir su peso en el capital, del 61%.
Bankia: Emprender un nuevo camino
Es hoy por la entidad española más vulnerable en Bolsa. Bankia, el único banco nacionalizado que cotiza con la excepción casi testimonial de Banco de Valencia, se estrenó en el parqué en julio de 2011 y desde entonces cae el 80,8%. Deja con fuertes pérdidas a los pequeños inversores que acudieron a su colocación y ahora asisten a la amenaza de una pérdida de valor aún mayor ante la ayuda europea que hará posible su recapitalización. Así, el FROB, con los recursos que concede Bruselas, inyectará 10.700 millones en Bankia a través de una ampliación de capital y tras haber realizado una nueva valoración de la entidad. De ello dependerá que los accionistas no pierdan toda su inversión, una amenaza que ha provocado un desplome del 32,3% en tres días, desde que Bruselas concretó los detalles del rescate bancario. Bankia, que eludió la subasta, prevé pérdidas récord de 19.000 millones este año para empezar a levantar cabeza en 2013, con ganancias de 800 millones, aunque con el desafío de acometer un duro ajuste de plantilla, créditos y red que no dañe el negocio.
Popular: Deberes más allá de la ampliación
El banco que preside Ángel Ron acaba de superar la mayor prueba de fuego de su historia reciente: una ampliación de capital con la que captar 2.500 millones de euros que eviten tener que pedir el rescate. A pesar del difícil entorno macroeconómico y de la reticencia de los inversores hacia la banca española, la entidad ha cumplido su objetivo y no tendrá que recurrir a la labor de los bancos aseguradores de la ampliación, que se han empleado a fondo. La participación del sólido núcleo duro de accionistas del banco y de los inversores minoritarios -a los que ha movilizado la red comercial- ha hecho el resto. Pero la vida sigue tras la ampliación y Popular afronta los mismos retos que el resto del sector a la hora de crear valor. " Es previsible que haya presión vendedora una vez comiencen a cotizar las nuevas acciones. Además, Popular aún deberá captar más capital", recuerda Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
La auditoría de Oliver Wymann detectó un déficit de capital en Popular de 3.223 millones de euros. El 72,4% de las recomendaciones son de venta.
Sabadell: Compras sanas pero sin premio
Es la entidad que más descaradamente está aprovechando la crisis para crecer en España y sin que esas adquisiciones hayan puesto en peligro la solvencia. La adquisición de la CAM en diciembre de 2011 con un esquema de protección de activos ha resguardado a Sabadell del deterioro posterior que han sufrido los activos inmobiliarios en los meses siguientes y que han llevado al Gobierno a establecer dos decretos de provisiones en 2012.
La cotización del banco ha descendido el 5% desde el anuncio de la adjudicación de CAM, a la que sucedió en marzo una ampliación de capital por el 43% de sus recursos. El banco ha anunciado este mes de noviembre una nueva adquisición, la red de oficinas de Caixa Penedés a BMN, perteneciente al grupo de entidades que, sin estar nacionalizadas, podría recibir ayuda europea en una segunda ronda. Sabadell de nuevo ha ampliado negocio minimizando el riesgo, ya que se queda solo con la cartera crediticia sana. Pero su crecimiento no recibe aún el aplauso del mercado. El 83% de consejos sobre el valor son de venta.
Banesto: Comodín de Santander en España
La crisis y la marcha de Ana Patricia Botín a dirigir la filial británica del Grupo Santander han reforzado el papel de Banesto como banco satélite de la red Santander. El grupo que preside Emilio Botín posee el 89,9% del capital de Banesto, un control que resta tradicionalmente liquidez al valor y que ahora convierte a la entidad en comodín para el futuro del conjunto del grupo bancario en España. Santander acalló hace unos meses los rumores de venta de su filial de banca doméstica, mientras está pendiente por definirse el tamaño que el grupo desea para su red. Así, una de las opciones en estudio es el traspaso de 350 oficinas de Banesto a la red Santander. Y en paralelo circula el interés del grupo por Catalunya Banc, ahora en proceso de subasta y en la que Santander aparece como favorito.
El futuro de Banesto y de sus accionistas minoritarios pasa por tanto por el papel que le adjudique su matriz en el proceso de reestructuración aún pendiente en el sistema financiero español. En lo que va de año, los títulos de Banesto acumulan una caída del 23,8%.
Bankinter: Caídas pese a estar libre de ladrillo
La reducida exposición de Bankinter al crédito a promotores inmobiliarios se ha convertido en su principal baza para afrontar la dureza del pinchazo del ladrillo. Ha sido la entidad cotizada que ha cubierto con mayor rapidez las exigencias de provisiones de los dos decretos aprobados por el Gobierno. Sin embargo, esta diligencia en el cumplimiento no ha servido para frenar su descenso en Bolsa y la acción de Bankinter desciende el 33,3%. Un castigo que pone de relieve que la reticencia de los inversores hacia la banca española afecta hasta a los bancos más libres de riesgo de ladrillo.
El capital del banco está controlado en un 23,8% por Jaime Botín y en otro 19,42% por el banco francés Credit Agricole, que ha tenido que encajar el impacto de su exposición al mercado griego, con la venta de su filial Emporiki. Los apuros por los que pasa la entidad no han motivado por el momento la desinversión en Bankinter. Credit Agricole reconoció recientemente que ha recibido ofertas por su participación en el banco español, aunque no a buen precio.