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Tribuna
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Por un nuevo mercado alternativo de renta fija

El Gobierno se ha comprometido a la creación de un mercado alternativo de renta fija que facilite la financiación de las empresas ante las dificultades de la banca para conceder créditos. Esta medida contribuiría a cumplir con las condiciones impuestas por Bruselas para la concesión de ayuda financiera a la banca española, pero también se ha convertido en una necesidad imperiosa para el desarrollo de las empresas. La emisión de deuda corporativa por parte de empresas medianas y pequeñas es una práctica muy extendida en países como Estados Unidos, pero en Europa es un mercado aún en desarrollo y que en el corto plazo puede tener un fuerte auge, debido al desapalancamiento de las entidades bancarias.

Frente a una dependencia del 80% de financiación bancaria por parte de las sociedades financieras españolas, países como Estados Unidos acreditan porcentajes del 30% y del 65% en el caso de Alemania. Precisamente, este último país ha logrado consolidar en un corto espacio de tiempo un mercado de financiación alternativa para compañías del llamado middle market que, en tan solo dos años, ha logrado captar mediante emisiones 3.000 millones de euros.

En España, actualmente solo tienen acceso a este tipo de vías de financiación grandes corporaciones. Parece pues estratégico potenciar otras vías alternativas de financiación para empresas de menor dimensión a través del establecimiento de un mercado de bonos y pagarés para estos emisores o la incentivación de otras fórmulas de financiación del desarrollo de estas compañías como es el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

Transcurridos ya cinco años de crisis financiera y económica, corremos el riesgo de que las medianas empresas con alto componente exportador en su facturación vean mermada su capacidad de crecimiento por la imposibilidad de captar recursos para financiar su desarrollo.

Un mercado de deuda atractivo para empresas permitiría la captación tanto de fondos locales como extranjeros, mejorar la productividad y promover mayores niveles de innovación e internacionalización, a la vez que ayudaría a desarrollar la empresa media española. Este es un elemento crucial, dado que el sector exportador es el único que aporta crecimiento positivo a nuestra economía, a la vista de la caída de la demanda interna y el consumo. Además, la puesta en marcha de este mercado de deuda corporativa para empresas de mediana dimensión reforzaría la valiosa cadena de relaciones comerciales entre empresas a través de las inversiones llevadas a cabo por las empresas capaces de emitir su deuda,

Si se traspone a España la experiencia del mercado de deuda alemán de pequeñas y medianas compañías, el potencial de captación de un mercado similar en España podría calcularse en una capacidad máxima de endeudamiento próxima a 20.000 millones de euros, según las estimaciones realizadas por Axesor. El alcanzar un volumen de emisión en circulación a corto plazo en este mercado de un 10% sobre el potencial podría considerarse un éxito.

Por otro lado, la reactivación de actividad que supondría la obtención de nuevos fondos permitiría a su vez impulsar la financiación comercial debido a la labor de financiación que estas medianas y pequeñas empresas llevarían a cabo con sus clientes.

Un mercado de deuda corporativa ágil, profundo y líquido serviría, además, para disciplinar y hacer más eficientes a las entidades de crédito, al dotar a las empresas de más posibilidades de financiación, introduciendo así una saludable y eficiente competencia entre la financiación bancaria y la financiación directa a través de los mercados.

Adicionalmente, este mercado debe adaptarse al tamaño de la empresa que va a acceder a él, con costes de acceso ajustados y la supervisión precisa para su correcto funcionamiento, además de ofrecer las garantías necesarias a los inversores. En este contexto, la presencia de jugadores independientes, locales, especializados en el mercado de las pequeñas y medianas empresas, que analicen el riesgo de la inversión en estas compañías, es muy necesario. El nuevo mercado debe empezar cuanto antes a dar los primeros pasos para favorecer la salida de la crisis.

Santiago Martín es Director General de Axesor

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