Los próximos años de la Bolsa española
El 'patito feo' de las Bolsas tiene fundamentos para romper con su mala evolución respecto al resto
La Bolsa española se ha convertido en el patito feo de los mercados bursátiles no solo europeos sino mundiales. En particular, en lo que va de año, la renta variable nacional lidera la clasificación como mercado bursátil con peor comportamiento en 2012. Ello contrasta con otras Bolsas desarrolladas donde las rentabilidades, sin ser especialmente destacadas, al menos sí son ligeramente positivas de momento.
Sin embargo, esta dicotomía, especialmente en el caso de la zona euro -ya que compartimos una misma área económica- no solo es llamativa sino que tampoco es tan reciente. Aunque efectivamente en los últimos doce meses la diferencia se ha hecho muy evidente, esta ya había comenzado a labrarse desde la primavera del año 2010. Al poco de cumplirse un año de fuertes alzas bursátiles desde los mínimos de marzo del 2009, al calor de la recuperación cíclica económica global, la renta variable nacional comenzó su periplo de desligamiento (negativo) respecto a otros mercados.
Como puede observarse en el gráfico central, donde se muestra un plazo de cinco años, incluso durante ese año la recuperación del índice de Bolsa española de Lipper parecía más vigorosa que la de sus colegas europeos. Ello tras haber sufrido anteriormente una muy fuerte caída durante la pasada recesión en línea con la media europea. No fue más que un espejismo, como luego la dolorosa realidad ha constatado. La diferencia con el índice Lipper de bolsa alemana (que representa el comportamiento medio de todos los fondos que invierten en renta variable germana) acumula ya en este último quinquenio alrededor de un 30%.
En el último par de meses hemos llegado a ver al Ibex 35 tocar momentáneamente niveles muy ligeramente por debajo de los 6.000 puntos, coincidiendo con momentos de máximo estrés de la crisis de deuda de la zona euro. Ello ha llevado a no pocos analistas y gestores a anunciar que con un mínimo de perspectiva estos precios representaban una oportunidad histórica de entrada. Para valorar dicha afirmación posiblemente lo más adecuado es ponderar dos elementos. Uno precisamente histórico, en cuanto a dónde pueden encontrarse las Bolsas de los países desarrollados dentro del ciclo económico y de mercados. El otro consistiría en situar en contexto la economía y mercado bursátil español dentro de la realidad europea y global.
El primero se sitúa en la línea de lo que venimos repitiendo durante años. Las economías desarrolladas en general se encuentran inmersas de lleno en un ciclo de largo plazo de crecimiento económico bajo y volátil. El comienzo de dicho ciclo habría tenido lugar al principio de la década pasada aunque se haya hecho mucho más evidente a partir del año 2007 con el inicio de la Gran Recesión.
Además, ello habría coincidido con una momento de sobrevaloración histórico de las Bolsas, que tuvo su momento culminante a primeros del año 2000, justo antes de la explosión de la burbuja tecnológica. La combinación de ambos elementos ha llevado a lo que se ha llamado la década perdida de las Bolsas y que significa que tras haber transcurrido diez años, seguimos donde estábamos a comienzos de la década pasada. Una consecuencia de ello son rentabilidades reales (ajustadas por la inflación) negativas para los inversores en Bolsa. Existen evidencias históricas anteriores de estos ciclos y el análisis de los mismos y su comparativa con el actual nos sugieren que a este ciclo le quedan todavía al menos cinco años o más. Así, por este lado, no hay que ser especialmente optimistas ni con la Bolsa española ni con ninguna otra.
El segundo es constatar que a pesar de toda la negatividad sobre España en estos momentos, nuestra economía no se encuentra muy alejada de la media europea. Efectivamente, tenemos un gran problema de deuda (sobre todo privada) resultado de nuestra monumental burbuja inmobiliaria pero no somos los únicos. Claramente nuestra economía y Bolsa están pagando por ello ahora y es previsible que lo sigan haciendo unos pocos años más. También tenemos un problema histórico de competitividad pero estamos en proceso de solucionarlo vía devaluación interna y reformas.
Existe un dato reciente muy positivo que ha pasado casi desapercibido y es que en mayo hemos conseguido equilibrar la balanza por cuenta corriente, algo inaudito. En nuestra opinión, estos datos muestran que el sector privado de la economía ha realizado ya un enorme esfuerzo y se sitúa en buena posición cara al futuro. El problema pendiente de España sería el tamaño y eficiencia del sector público pero ello seguramente se va a atacar también. En definitiva, es posible que España en el corto plazo continúe con su desligamiento negativo pero no debiera ir muy lejos, eso sí, todo ello dentro de un contexto global poco alentador para los activos de riesgo.
Juan Manuel Vicente Casadevall. EAFI Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero
¿Dónde están los mínimos?
l Saber dónde está el mínimo del mercado es la pregunta del millón en un momento como el actual. La respuesta es que probablemente no muy lejos aunque todavía pueda quedarle algo de recorrido. Los próximos acontecimientos políticos y económicos resultarán determinantes.l El caso español es excepcional en relación con otros índices desarrollados. Como se observa en el gráfico, la Bolsa española ha sido la única que ha vuelto a testar los mínimos de marzo de 2009, lo que es un signo positivo en el sentido de que ya ha hecho más recorrido a la baja.l El problema es el contexto económico. Dado el escenario cíclico económico global y la recesión que queda, es probable que volvamos a niveles mínimos del año 2003 (5.200-5.300 puntos). Podría ser peor (¿4.000 puntos?) si cayéramos en una recesión global severa.