Reino Unido debe poner firme a RBS
El Gobierno británico debería ponerse firme con el Royal Bank of Scotland (RBS). A medida que tartamudea la economía nacional, la presión política está creciendo para encontrar métodos de estímulo más allá de la impresión de dinero del banco central. A pesar de las pérdidas de RBS en la primera mitad, usar los préstamos en poder del Estado sería un error.
El consejero delegado, Stephen Herter, debió poner los ojos en blanco tras leer los informes de que el Gobierno británico está debatiendo si comprar el 18% de RBS que aún no posee. Con préstamos casi igualados a los depósitos y a la caza de un 9% de ratio Tier 1, de acuerdo con Basilea III para el final de 2013, el capital y la liquidez han mejorado mucho. Además, el banco se ha deshecho de tres cuartas partes de su objetivo de 258.000 millones de libras de activos tóxicos. Forzar a RBS a incrementar préstamos baratos en una economía encogida podría dar lugar a problemas futuros.
Desafortunadamente, otros factores están oscureciendo el trabajo de Hester. La desaceleración del Reino Unido está afectando al crecimiento del banco, donde la línea superior de ingresos cayó el 8% año tras año. Al igual que sus compañeros, RBS está pagando el precio de los excesos del pasado, con 435.000 millones de libras de provisiones. Y esto antes de cualquier responsabilidad por la manipulación del líbor, que RBS aún no ha cuantificado.
Si el Estado quiere ayudar, podría permitir que el banco salga de su costoso plan de provisionar activos. El Gobierno podría también apoyar las negociaciones con la Comisión Europea para relajar las condiciones de rescate que hacen que sea difícil para RBS pagar los dividendos.
Si el Ejecutivo decidiera tomar el control de RBS, las normas europeas le impedirían forzarle a hacer préstamos a consumidores y pequeñas empresas. Una idea mejor sería expandir el plan estatal de 80.000 millones de libras para ayudar a los bancos con créditos barato, o incluso capitalizar los 4.000 millones de libras que costaría comprar las acciones en manos de accionistas privados. Jugar a la política con un plan que aún vale 19.000 millones de libras parece tener poca visión de futuro.
George Hay